NUNCA Y SIEMPRE

Nunca menosprecies a una persona
Por su aspecto físico, su forma de expresarse, vestirse o comportarse.
Siempre piensa que detrás de todas esas cosas está un ser humano.

Nunca juzgues a los demás sin analizar
Cuales son sus errores y por qué.
Siempre ponte en su lugar y así
Podrás obrar con justicia.

Nunca creas que tengas la verdad absoluta
Y que posees toda la razón.
Siempre analiza que todos tenemos
Defectos y cometemos faltas.

Nunca te creas superior a otros por tu condición social, instrucción o fortaleza física.
Siempre encontrarás un punto débil que
Te señalará tus flaquezas y lo mucho que
Aún tienes por aprender y rectificar.

Nunca te dejes arrastrar por los placeres mundanos, que puedan llevarte por caminos de perdición.

Siempre apóyate en lo que pueda hacerte alcanzar sabiduría, el buen consejo.
Nunca te apartes de la verdad, la justicia y el amor.

Siempre buscarás como la brújula al norte, que te conducirá por los caminos de Dios.

Nunca sientas envidia al ver que el malo prospera en sus andanzas por la vida.
Siempre recibirá el castigo merecido, que tú no quisieras padecer.

Nunca te dejes dominar por la soberbia y la prepotencia.
Siempre dobla tus rodillas ante el Creador
Con humildad y adoración.

Nunca por cobardía y servilismo ante los hombres.
Siempre sé modesto y blando de corazón
Con tus semejantes.
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Nunca le niegues la ayuda a quien la necesita con afecto y alegría.

Siempre extiende tu mano al necesitado, consuela al afligido.
Nunca creas en tu superioridad por los
Bienes que posees, que te hagan despreciar a tus congénere..

Siempre trata de levantar al caído, al menesteroso no le cierres la puerta.
Nunca te olvides que eres creación de Dios y si vives para El tendrás todo su bendición.

Siempre recordarás que el hombre es como la flor del campo, un día florece y al otro se marchita y todo su esplendor deja de ser.

Nunca te olvides que Cristo nació, vivió y murió por ti y que creyendo en Él tendrás la salvación.

Siempre que confíes en Él plenamente y sigas sus ejemplos y enseñanzas, podrás ser llamado hijo de Dios.


Iglesia Metodista “San Juan”
Santiago de Cuba, 20 de septiembre 1999