Siento Grandes celos por mi rival,
tu dueña, esa que comparte tu cama,
la que sacia tus deseos, la que te hace
sentir lo que yo no puedo darte.
Esa que ante la ley de Dios y de los
hombres es tuya.
Esa mujer que debe sentirse dichosa
por poseer lo que tanto deseo.
La que complace tus caprichos y comparte
tu vida.
La elegida por ti entre muchas mujeres,
¡Qué triste y dura realidad!
Soy para ti como un duendecillo juguetón,
que te inspira, alienta en medio de la tormenta.
Pasaré por tu vida como una más, sin
trascendencias de ningún tipo.
¿Y de mí? ¿Qué quedará? Haber sido una sombra,
que por un momento se acercó s tu plácida existencia.
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