30 abril 2015

NEGACIÓN


Día,  a día, cada mañana esperaba su paso  por

mi acera.

Desde  mi ventana y a través de las persianas,

me extasiaba en contemplar su erguida figura,

El color de su piel, sus negros cabellos.

¡Cuántas noches abrazada a mi almohada soñaba

con estar entre sus brazos!

Nunca me dedicó ni una mirada, era apenas una

adolescente  romántica.

El como hombre con otras aspiraciones.

sin conocer los misterios del amor, los presentía,

¿Qué sería estar entre sus brazos? ¿Qué emociones

 disfrutaría?.

La vida  me alejó de él abruptamente, otros paisajes

Llenarían mis ojos, nuevas ilusiones borrarían su

recuerdo.

No pude extrañar sus besos, porque nunca me los dio,

ni sus caricias porque jamás las sentí.

¡Qué tontería es amar sin ser correspondido!

Solo me queda la sensación de haber deseado un imposible

en mis ansias de querer ser mujer siendo aún una niña.


Carretera de Cuabitas
Recuerdos de 1948

¡CABALLO MUERTO EN LA CARRETERA!

Estampa santiaguera


Le llamaban Rocinante,  flaco, lleno de garrapatas, su dueño no era El Caballero de la triste figura, Este era rudo, grosero y autoritario, el infeliz jamelgo era poco menos que su esclavo, lo hacía trabajar desde la salida del sol hasta tarde en la noche en los recorridos desde  el  inicio de la Alameda Michaelsen hasta la Terminal de Ómnibus Nacionales en un improvisado y rústico coche  cabillas de hierros y madera, con el techo de una raída lona, hacía el trayecto  con más de  diez pasajeros arriba, fustigándolo constantemente cuando su paso era  lento  con las peores frases.¡Rocinante sala’o, avanza, penco asqueroso!

Sucedió  en una mañana de verano con el ardiente sol del medio día, su paso  se hizo dificultoso, pese a los latigazos que recibía, al llegar a Yarayó  frente al Callejón de Mariana Grajales, más conocido por el Callejón de los  perros cayó como fulminado por un rayo, de nada valieron los golpes e imprecaciones, Rocinante permanecía  impávido.

Algunos pasajeros impacientes al ver su viaje interrumpido reclamaban la devolución del  importe pagado, otros   al ver la rigidez del jamelgo   le decían: -¡Compay, no se da cuenta que está  muerto!

Este exclamaba con desesperación: -¡ Desgració  no te puedes morir, eres mi único sustento! ¿De qué voy a vivir?

Tiempo le costó percatarse de la realidad,  ya  un público curioso se había a  congregado alrededor.  Para no interrumpir el tránsito  entre  unos cuantos lo arrastraron hasta la mitad del callejón. Había que esperar a que un inspector certificara  la muerte.

Ya al atardecer  yacía en medio del callejón, con el calor su vientre se estaba abultando, sus patas estiradas y el inspector no aparecía,  más de una docena de negros  de la amplia barriada de Los Olmos y sus alrededores cuchillos y machete en mano se disputaban los primeros lugares para descuartizarlo y coger una posta, el dueño impaciente les recomendaba no tocarlo hasta que no se certificara su deceso como marcaba la ley.

Ya casi de noche vino el  solicitado Inspector, para solo mirarlo y sin ningún otro examen certificar que había  muerto de un infarto masivo.

Lo que se formó fue indescriptible, todos se lanzaron al mismo tiempo sobre el animal y  sin importarles que ya hediera,  en menos de lo que canta un  gallo,  solo quedaron los cascos y las tripas. Venían corriendo otros  parroquianos, pero ya era tarde, no quedaba nada, hasta la cabeza para hacer sopa la reclamaban dos vecinas  de la cuartería de Julio Palacios, se fajaron, tiraron al suelo, se revolcaron, se halaron los pelos, se arañaron y se insultaron  con las peores  palabras hasta que vino uno de los participantes al festín y en gesto Salomónico, de un machetazo partiera la cabeza en dos  y se acabó la reyerta y el acalorado altercado.

Pero lo más curioso fue que muchos  siguiendo la cábala china, donde el caballo es el 1 en la charada y exclamaban.- ¡Señores, esta noche no hay más que el 1, el caballo!

Sucedió que ese sábado muchos jugaron a “la bolita” ese número y… ¡Ganaron! Dio la casualidad, que aunque en Cuba el gobierno prohibió todos los juegos de azar, siguiendo los sorteos de  algún país  de la América Central acertaron.

Santiago de Cuba, agosto de 2006





01 abril 2015

COMO DESEO QUE ME AMES

Quiero sentir que me ames tan delicadamente
como quien acaricia una flor.
Quiero sentir sobre mi piel la suavidad de una
gota de rocío.
Quiero sentir el ardor de tu mirada profunda,
dulcemente recorrer todo mi cuerpo.
Quiero sentir tus manos inquietas posarse
hasta hacerme estremecer de placer.
Quiero sentir en mis oídos dulces palabras,
inventadas solo para mí.
Quiero sentir en esta tarde gris y llena  de
melancolía, que para mi todo es sublime y
hermoso si conmigo estás  y eres  capaz de
darme el amor que sueño y espero.