Día, a día, cada mañana esperaba su paso por
mi acera.
Desde mi ventana y a través de las persianas,
me extasiaba en contemplar su erguida figura,
El color de su piel, sus negros cabellos.
¡Cuántas noches abrazada a mi almohada soñaba
con estar entre sus brazos!
Nunca me dedicó ni una mirada, era apenas una
adolescente romántica.
El como hombre con otras aspiraciones.
sin conocer los misterios del amor, los presentía,
¿Qué sería estar entre sus brazos? ¿Qué emociones
disfrutaría?.
La vida me alejó de él abruptamente, otros paisajes
Llenarían mis ojos, nuevas ilusiones borrarían su
recuerdo.
No pude extrañar sus besos, porque nunca me los dio,
ni sus caricias porque jamás las sentí.
¡Qué tontería es amar sin ser correspondido!
Solo me queda la sensación de haber deseado un imposible
en mis ansias de querer ser mujer siendo aún una niña.
Carretera de Cuabitas
Recuerdos de 1948
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