23 julio 2010

LA SEÑAL DE LA VICTORIA




Con la mano alzada y haciendo con sus dedos la V que significa victoria, han arribado a España los primeros presos políticos liberados por el régimen castrista, después de más de siete años de injusto cautiverio, desde la oleada represiva desatada en la Primavera Negra de 2003, que llevó a las cárceles cubanas a 75 opositores pacíficos, entre ellos: Intelectuales, periodistas, bibliotecarios independientes, gestores del Proyecto Varela y miembros de distintos grupos de opositores, condenados a penas entre seis y veintiocho años de cárcel, separados de sus familiares a decenas de kilómetros de sus residencias de origen.

Esta cruel medida fue como un castigo a quienes no aceptaban el sistema, tratando de doblegarlos y humillarlos al máximo, en las peores condiciones carcelarias, junto a presos comunes de alta peligrosidad, en celdas inmundas, plagadas de ratas, cucarachas, mosquitos y otros indeseables insectos, manteniendo a sus familiares y amigos en constantes zozobra y bajo las más severas amenazas.

Nada pudo hacer que ellos desistieran de sus ideales y principios, ninguno se dejó manipular, han sufrido estoicamente estos largos años, padeciendo todo tipo de torturas físicas y psicológicas, han contraído diversas enfermedades, pero su espíritu se ha mantenido incólume.

Debido a esta ola represiva la opinión internacional se ha hecho eco de los pormenores de lo que estaba sucediendo en Cuba, muchas voces se han alzado en protesta por la más flagrante violación de los derechos humanos.

El “esfuerzo” de la dictadura de los hermanos Castro por acabar con la oposición ha sido en vano, no por ello desapareció la Prensa Independiente, las bibliotecas, los sindicatos y grupos organizados de disidentes, ni la rebeldía de un pueblo que ha soportado la más prolongada de las dictaduras de su historia.

Como única forma de manisfertar pacíficamente su protesta y reclamar por todos los medios a su alcance la liberación de sus seres queridos, surgieron las Damas de Blanco, grupo de mujeres esposas, madres, hijas y muchas que con su apoyo iban domingo tras domingo a la misa de la Iglesia de Santa Rita en la céntrica 5ta. Avenida de Miramar en la capital cubana, vestidas de blanco y como única arma de combate: Un gladiolo rosado alzado en alto entre sus manos.

El grupo de estas cívicas mujeres fue creciendo, venían de todas las provincias, tenían seguro albergue en la casa de Laura Pollan.

Al principio recibían amenazas e insultos, nada las hacía desistir, la prensa internacional les daba amplia cobertura, fueron galardonadas con un prestigioso premio, no se le permitió el permiso de salida para recibirlo.

En el año en curso la represión se recrudeció con la muerte de por huelga de hambre de Orlando Zapata Tamayo, las Damas de Blanco fueron objeto de toda clase de vejámenes y maltratos físicos por la turba dirigida por Las brigadas de respuesta rápida, a esto se sumó la prolongada huelga de hambre de otro cívico cubano:
Guillermo Fariñas.

El gobierno dirigido por el hermano menor de Fidel Castro, Raúl, manifestó públicamente que no aceptaba chantajes, en una clara alusión que no le importaba que muriera otro huelguista por reclamar la libertad de sus hermanos de lucha en prisión y con serias enfermedades.

Mientras prestigiosas personas, políticos artistas, intelectuales del mundo, se pronunciaban con sus firmas a favor de la libertad inmediata de todos los presos políticos y de conciencia. La prensa continuaba su labor de divulgación de cuanto acontecía en la isla.

Intervino la Iglesia Católica, hubo conversaciones entre Raúl Castro y la máxima autoridad representada por el Cardenal Jaime Ortega Jaramino. La visita del Ministro de Relaciones Exteriores de España, señor Miguel Ángel Moratinos a Cuba y sus conversaciones con el gobierno.

Felizmente se llegó a un acuerdo:- Los presos políticos serian excarcelados.

Con profunda emoción hemos visto arribar a este país los primeros liberados, hemos podido visitarlos y abrazarlos.

Las oraciones elevadas a Dios en todos estos años han sido respondidas, por ello, hoy de rodillas y con lágrimas de agradecimiento rogamos a El por la total liberación de los que todavía continúan en las cárceles, por el diálogo, la reconciliación nacional y la plena democracia.

Madrid,
22 de julio de 2010

18 julio 2010

SI CREO

“Cuando yo decía: Mi pie resbala, tu misericordia, Jehová, me sostenía”
Salmo 94: 18


Si creo:Que un día mis oraciones y
súplicas se convertirán en una
hermosa realidad.

Si creo:Que tendré la oportunidad de ser
una fiel sierva, para servirle
mejor.


Si creo:Que seré como una antorcha para
iluminar la senda de muchos perdidos.

Si creo:Que mis manos se llenaran de caricias
para consolar afligidos.


Si creo:Que llevaré amor, seguridad y esperanza
a los que la han perdido.

Si creo:Que veré salir de las cárceles a los perseguidos
y oprimidos,

Si creo:Que el sol brillará luminoso en mi patria
en un amanecer de libertad.


Si creo:Pues para Dios no hay imposibles.


Madrid,
25 de abril de 2010

CUQUITA FIGURIN

Estampa santiaguera

Su nombra era Leonor, era alta, elegante y refinada, poseía una melena abundante de color castaño, tenía una forma muy peculiar de caminar, parecía que no pisaba en el suelo.

Por su estilo, tal vez un poco extravagante de vestir, por el barrio comenzaron a nombrarla Cuquita Figurín, pues además de maquilarse, usar adornos pocos comunes, que nadie tenía, ya que recibía periódicamente paquetes de ropas y zapatos con sus accesorios de familiares en el extranjero, por lo que se vestía y adornaba como pocas lo podían hacer, siempre a la última moda. Esto llamaba mucho la atención en su travesía, por lo que cuando salía de su residencia de la Carretera del Morro con paso firme y sin mirar a nadie, dejaba atrás una estela de perfume y comentarios.

Vivía con sus padres y hermanos, trabajaba en una empresa provincial.

Nadie le conoció un novio, ni nada que diese a entender si lo tenía oculto, aunque se comentaba que cuando salía tan bien vestida, era para encontrarse con alguien.¿Quién era? No se sabía.

Por las tardes subía la calle Santo Tomás y al llegar al Parque Céspedes desaparecía.¿Dónde se metía? ¡Ni idea! Era muy discreta. Hasta que un buen día alguien la vió en el Club 300, de esto hace muchos años, se dice que estaba acompañada de un hombre con una personalidad nada común, al que no se había visto antes. ¿Quién era?

Comenzaron las murmuraciones, que si era un alto dirigente, que si era un extranjero…que parecía un oficial o capitán de un barco foráneo…

Nunca más la vieron cortejada del extraño personaje, aunque algunos la siguieron con disimulo en algunas ocasiones.

Los comentarios continuaron, se decía que Cuquita Figurín andaba más elegante que nunca y que de vez en cuando se ausentaba de la ciudad, presumiblemente hacía La Habana. Como era empleada de una empresa estatal, siempre lo hacía los fines de semana y regresaba en el último vuelo del domingo por la noche.

Se exponía que allá la esperaba alguien, que la recogía en el aeropuerto en un lujoso automóvil.

Un buen día una conocida del barrio coincidió con ella en el aeropuerto Antonio Maceo de la ciudad de Santiago de Cuba, aunque ella trató de esquivarla y la saludó fríamente, la susodicha no le perdió ni pie ni pisada todo el tiempo que permanecieron en el salón de espera para abordar el vuelo. Al aviso ella se colocó en el primer lugar de la cola de la puerta de salida y cuando abrieron salió rápidamente y subió las escalerillas del avión. Por muy veloz que la otra le salió atrás, ya ocupaba un asiento, junto a la cabina, alejada de los demás.

Al arribar al aeropuerto José Martí de la ciudad de La Habana, también pudo observar que esta ya había partido primero que nadie a la puerta de salida, como no llevaba equipaje, solo una cartera grande, aunque la otra se dirigió rápido y solo pudo ver cuando se abrió la puerta que da para la calle un auto negro con los cristales velados le abría la puerta y desaparecía velozmente.

Ahora si que muchos tenían la seguridad de que el amante vivía en La Habana. ¿Quién era. Absoluto misterio.

Pasó el tiempo y Cuquita Figurín, le llegó la edad de jubilación dejó de viajar, pero de lo que no desistió fue de lucir cuanta vestimenta nueva le llegaba del extranjero, maquillajes, cambios del color del pelo, la última moda en zapatos, aunque por su edad no le fuera fácil dominar los altos tacones, las cuñas de plataformas, era la mirilla de todos, muchas la envidiaban, otras la criticaban con los más ácidos comentarios, ella sacudía su melena y continuaba adelante como una reina, dueña de la calle y el qué dirán.

Últimamente exageró su estrafalaria forma de andar, con zapatos Popis, monos de mezclilla, pantalonetas de vivos colores, short y pull over pocos adecuados a su edad, pero lo que le puso la tapa al pomo, al decir popular, fue cuando la vieron en una calurosa mañana de del mes de mayo en la cola de los jubilados del Banco Popular de Ahorro de los altos de la Cafetería “El Gallito” nada más y nada menos que vestida con un mono negro con mangas largas , de grueso tejido, con una bufanda multicolor, anudada al cuello, con su melena rojo caoba y para asombro de cuantos la vieron, calzaba unos botines altos de piel, de los que se usan en los países fríos para caminar sobre la nieve.

Al parecer alguien le quiso jugar una broma pesada y le trajo o le mandó de algún gélido país, lo cierto es que ella se paseaba por todo el salón luciendo su indumentaria, sin importarle las miradas burlonas de cuanto la percibieron.


Santiago de Cuba,
30 de mayo de 2002