06 mayo 2018

LA HISTORIA DE MI CASA DE SAN CARLOS



En  esta calle, también con nombre  moderno, que  casi nadie conoce como  Rafael  Pascual Salcedo y de las Cuevas, según pude averiguar, era   un desconocido músico.  Existían, digo  eran 3 casas  casi iguales,  al lado de la Dulcería La Corona, la que hasta  su expropiación por el gobierno  revolucionario  implantado  en  1959 eran propiedad  de  un señor    de nombre  Germán Gandía. Digo, que ya no  son iguales:- La primera pegada a la dulcería  la han dividido en 3,  construido  dos plantas ya su fachada no es la misma, la siguiente  y   contigua a la mía, otras  dos y también con planta alta y fachada diferente,  los  escalones  por fuera. La única que se conserva  original es la que ocupamos.
Se dice por los más antiguos pobladores de la zona, que eran casas de madera y cinc,  muy antiguas, al  adquirirlas  Gandía,  las fabricó las tres  de mampostería y tejas  francesas, dando a  su  frente  idéntica  fachada. Todas se componían de sala, saleta, baño, 4 habitaciones, patio y  cocina al  final, puerta  y dos ventanas de estilo colonial  a la  calle. Las tres por lo desigual del  terreno  tenían  varios  escalones  dentro, para  no obstaculizar  la  acera.
En la mía con el número  257 y que era la última de las tres, se  comenta  que vivió  un  mártir de la revolución. – Otto  Parellada, que  murió  en  el  ataque  el  30 de Noviembre de 1956 cuando  presuntamente  atacaba la Estación de la  Policía, situada  en  el   alto de la Calle General  Rabí  entre  las calles San Carlos Y Santa Rita. Cayó   abatido por la policía junto a Pepito  Tey  y Tony  Alomá.
Más  tarde la  ocuparon el  matrimonio  compuesto  por  Juan Larramendi  y Belkis Espinosa, los  que  después se mudaron para la desocupada  casa, que  era  una  escuela  del  número  256.
Esta  vivienda pasaron a  vivirla  otro matrimonio, que  se nombraban  Georgina y Cao, ambos eran  empleados de la  Empresa Telefónica. Ya  en  los años 60 se dio un caso muy  conocido por su  arbitrariedad. A esa empresa  fue  un día  Fidel Castro, había un numeroso  grupo de operadores  en  ese  turno. Este se dirigió a  ellos y   los saludaba uno por uno, los que  le daban la mano, hasta que llegó a una de las empleadas  y  ésta le negó  el saludo y mucho menos le dio la mano.  El Comandante  en  Jefe, muy  dueño  de sí  mismo, dado a que  donde quiera  que se  presentaba  todos  con  gestos  adulones y complacidos, lo  aclamaban,  le  llamó  la atención esa actitud  y  no tuvo a menos que  preguntarle el por qué ella le había  negado el saludo.- Esta muy firme le respondió: -Yo no le puedo dar la mano la asesino de mi hijo. Le habían fusilado a su hijo  por cuestiones políticas. Aquello  enfureció a Fidel  y acto seguido mandó a despedir a todo ese  turno, entre ellos a Georgina y Cao. Los que al verse despedidos de sus puestos de trabajo y siendo el gobierno el único empleador, no les quedó más remedio que  buscar la salida fuera  del  país. Fue así que después de varios años de penurias  en la que tuvieron  para tener derecho a  que  se les autorizara la salida que incorporarse a  las duras labores  agrícolas.
Ya  en  el año 1968 se marchan del país, quedando  la casa desocupada  bajo la tutela de  la Reforma  Urbana. Es cuando yo padeciendo una  molesta alergia, el médico que me atendía,  en  la consulta  de  alergia  del  Hospital Provincial Saturnino  Lora,  el Dr. Quinidio  Armigñá Dupin, después   de infructuosos tratamientos, me expide un certificado que decía que era susceptible  a un cambio de casa.
Un  día y después de haber tratado  de lograr  una permuta sin ningún resultado  positivo, a pesar de las  muchas gestiones, que  me entero que  en  la llamada  Bolsa  de  Permutas  de  la Reforma Urbana se estaban aceptando certificados médicos para el cambio de casa. Sin pérdida  de tiempo me dirigí a la oficina que estaba  en la calle San Pedro y San Francisco. Allí me atendió  un joven, que dijo  ser  el  Director  nombrado  Eliades Quesada.  En la entrevista  fue muy amable. (Hacía pocos días que había sido nombrado)  -  Como dice el dicho popular:- “Escobita nueva barre bien” Este me explicó que había muchos casos como el mío y  que… ¿Donde  trabajaba? Al  decirle que  el  Departamento  Económico  de la Empresa  de la Harina del  Poder  Local, me dice:- ¿Conoces  a Dolores Badell? -¡Claro que sí!  Trabajamos en el mismo  departamento. Me responde: - Es mi esposa.
Aunque no me dio muchas esperanzas, no sé si en algo influenció que Dolores  corroborara  mis  frecuentes crisis de  coriza y asma, que días después recibo su llamada, para que me personara en su oficina. Allí  me presentó a un joven inspector  con las llaves de  la casa de San  Carlos  257  para que me la mostrara. Recuerdo que solicitó  la presencia de un miembro de  los  Comités  de Defensa de la Revolución  y tocó en la más próxima, que era la de los Larramendi-Espinosa. Salíó  Belkis muy  estusiasmada. (Aunque en esa cuadra no había C:D:R) Entro   con nosotros a mostrarnos la vivienda. Al salir me dijo:- ¡Ojalá te  den la casa a ti!-Asombrada  le respondí:-Si no me conoces.-Pero  eres blanca y tememos que  se la den a  una chusma  como a las otras de por aquí.
Volví a la  oficina  a ver a Quesada  y a manifestarle que la casa me gustaba, era alta, limpia, en una  cuadra de poco tránsito, con  cuatro habitaciones y sobre  todo a pocos minutos de mi trabajo  y  mejor barrio. De todos modos  me dijo que eso dependía si a la  persona que ya se la habían asignado por ser  un damnificado  de cuando  el Ciclón Flora  y que  estaba  albergado  hacía  casi 5 años en  la antigua Beneficencia con su numerosa familia, si estaba de acuerdo con el cambio.
Al  contar a mi familia  el resultado de la entrevista y visita a la casa, mi hermana  menor pesimista me decía:- ¿No te cansas? ¡De aquí no  salimos!
Gracias a Dios que  me ha dado  mucha suerte y que he sabido sacarle ventajas a las desgracias, en este caso  mi  enfermedad, que   a los pocos días  me vuelve a llamar Eliades, esta vez para comunicarme que la persona estaba de  acuerdo con el cambio, trabajaba a pocos  metros en la Cervecera  Hatuey de la firma Bacardí (Ya nacionalizada) Por lo que me hizo el contrato y me dio las llaves. ¡Qué alegría! Sobre todo por sacar a mi padre enfermo y que  sufría  tanto al ver  cómo su querida  panadería Titán era  destruida.
Al  llegar sacudí las llaves con gesto triunfal. Todos muy felices.
Muchos vecinos se alegraron, otros  llenos de envidia se decían cómo era posible que me hubiesen dado otra casa si la  que ocupaba  era buena.
Desde el 28 de febrero de 1968  a esta fecha que se ha cumplido  el período más largo de vivir en  una  casa  (50 años)  Allí mi hermano Antonio  vive solo y  la mantiene lo mejor posible.
Para mi aunque me encuentro muy lejos, sueño con ella casi todas las noches, amo mi  casa de San Carlos  257 y mi mayor deseo sería  poder volver a ella por tiempo  indefinido, junto a mi querido  hermano  hasta que la muerte  nos separe.

Madrid, 12 de abril de 2018


YUYA Y PACO SE DIVORCIAN Estampa santiaguera


La notica corre de boca en boca por todo el barrio del Tivoli. Algunos se lamentan, a otros les causaba  risa y murmurabann:-¿Qué les  habrá pasado a ese par de viejos?-Nadie sabe las causas, por lo que la intriga crece por días, muchos dan su opinión del posible problema  que ha surgido entre los dos, otros se exprimen la cabeza, tratando de adivinar  lo sucedido.
Yuya apenas sale de la casa o se asoma a la  ventana, Paco cuando alguien indiscreto trata de saber el  verdadero motivo de la separación, reúsa hablar y corta rápido la  conversación.

Esto llega a los oídos de la comadre Encarnita, la cual manifiesta su asombro. -¡No  lo puedo creer! ¡Eso no puede ser! ¿Qué Gloria y Francisco se vayan a divorciar? ¡Imposible! ¿Con tantos años que llevan de casados? ¡Qué va! Eso debe ser una bola o una broma de mal gusto. ¡Deja que  vaya a visitarlos! Otra vecina le advierte: -¡No hija, ni te  atrevas, ella, no se dejan ver de nadie, él no dice ni pio. Algo raro debe haber pasado entre los dos  ¿No crees?-Yo sigo opinando que eso es falso, asegura  Encarnita convencida.
Esa misma tarde visita a su comadre, esta la recibe muy triste y llorosa.-¡Qué bueno que viniste! –¡Tengo  tanta necesidad de hablar contigo!- Esta le pregunta:-¿Entonces es verdad  lo que se comenta por ahí de que tienes problemas con Paco? Después que ustedes se han llevado tan bien toda la vida.- Le dice  la amiga-Así es, pero las cosas han llegado muy lejos  y ninguno de los dos da su brazo a torcer. –¿Dime una cosa? ¿Cuántos años llevan de casados?- El año que viene cumplimos 50 años-¡Bodas de oro? ¡Qué pena! Se lamenta Encarnita. –Yuya prosigue;-¡Figúrate! El  tenía 25 años y yo 20. ¡Toda una  vida!
Todavía la comadre insiste. –Pero vieja, puede haber una solución ¿Qué puede haber pasado entre ustedes para tomar esa drástica determinación?- ¡Nada boberías! –Sabes  lo porfiado que es- ¡Y tú no te quedas atrás! ¡Que te conozco muy bien! –La anciana se echa a llorar. La comadre trata de consolarla y vuelve a insistir:- ¡Dime la verdad! ¿Paco tiene otra mujer?- ¡Qué va, si ya no sirve ni pa’ taco de escopeta!-¿Entonces Yuya tú…?- ¡No chica, no! ¿Quién piensa en esas cosas?- Sigo sin  entender, si no te explicas mejor… -La otra  ahora habla de prisa, como quien desea salir lo antes posible del  mal  rato. ¡Mira  chica, lo que sucedió  fue una tontería, tú sabes que yo soy fanática a escuchar  a Radio Marti y ahora Paco  no me deja. De nuevo se echa a llorar. La comadre más intrigada aún pregunta:-  ¿Qué pasó, se metió a comunista?-¡Ay no! ¡Ni loco!- Es otra cosa. Resulta que sigue con su fanatismo a la pelota.-¡Verdad que sí!  Afirma Encarnita. ¿Y qué pasa ahora?- Pues mija, se le rompieron los zapatos   y  ya no puede  ir al Estadio Maceo como antes y se empeña en escuchar todos los juegos  por la radio y por eso yo no puedo  oír a Radio Martí   y enterarme de lo que pasa en el mundo, porque aquí… las noticias  están llenas de propaganda. ¡No lo resisto! -¿Tú sabes lo que eso?  ¡Mi  único entretenimiento, cuando por las  noches pegada a mi radio y a pesar del ruido de la interferencia que  le meten estos desgracia’os  puedo  saber  todo lo que pasa  en  Cuba y otros  países. Discutimos, porque yo le cambiaba la onda, tanto que un día le dije:- Si sigues así me voy a divorciar  y me cogió la palabra. Me respondió:-¡Cuando tú quieras, me avisas para ir a firmar! Desde ese día apenas nos hablamos, pero sigue emperra’o con su pelota y yo con mi Radio Martí. Por eso cuando cobremos la pensión del  mes, vamos al Bufete Colectivo y… ¡Ya!
-¡Pero ese es el problema? ¡Qué  bobería!- Eso  tiene solución, exclama  Encarnación-¿Cómo? –Pregunta Yuya- ¡Muy fácil, se consigue otro radio  y se acabó, cada uno  escucha lo que le  gusta y asunto concluido! –La anciana mueve la cabeza repetidas veces y expresa: ´-¡Qué fácil tú lo arreglas todo! -¿De dónde voy a sacar otro radio? ¡No te das cuenta que solo lo venden en las Shopping? ¿De dónde voy a sacar los dólares, si solo cobramos en moneda nacional y lo de un mes no alcanza? -¡Yo lo que tengo es muchos dolores! – No te atormentes chica, le dice  la amiga en tono consolador.
Unos días después se aparece Encarnación con un radio. -¡Mira comadre, me lo regalaron unos amigos que se van del país! –Es   un Phillips que me dijeron que tiene más de 45 años, pero   sí que se escucha bien todavía. Yuya entusiasmada  lo enciende. ¡Es verdad, se oye!  -¿Coge la onda corta?-No  lo sé, responde. - ¿Si  no  la coge no  me sirve? –Salta Yuya molesta. ¿Para qué lo  quiero  si no puedo  escuchar a Radio Martí si solo sirve para la onda larga?
En ese momento  hace su entrada Paco, saluda a Encarnación un  poco cortado. Esta le dice:-¡Por favor Paco! ¿Sabes cómo  se puede  conectar a la onda corta en este radio?- Paco lo trastea, aprieta  todos los botones, le levanta la tapa de atrás  y finalmente se da cuenta que funciona, así se lo hace saber a ambas. Encarnación se apena y Yuya guarda silencio –Es Paco  el  que pregunta: -¿Cuál es el problema?-Encarnación le cuenta el motivo por el cual  trajo el radio y que es para poner fin a la disputa entre ambos, que de ahora en adelante cada uno tendrá  el  suyo y podrá escuchar lo que le plazca ¡Ok! ¡Asunto concluido y no se hable más de separación -¿Me entienden? Paco muy comprensivo  le dice: - Yo cojo este viejo, ¡Total! ¡Lo único que me interesa es escuchar  los juegos de pelota, Yuya que coja el  Selena y oiga lo que quiera.-Muy bien!  ¡Ahora dense un abrazo! Los dos ancianos muy emocionados se abrazan y besan repetidas veces. ¡Gracias  Encarnación, muchas gracias!
Y  Colorín  colora’o, este cuento se ha acabado.

Santiago de Cuba, 10 de mayo de 2001

VIRULA LA VIRÓ EL VIRUS Estampa santiaguera


Así se expresaba  Virula: ¡Ahora sí que me desgracie!, Me cogió el virus, se lamentaba presa de   los escalofríos de la  alta fiebre ¡Ay mi madre! ¿Qué me hago enferma, si  apenas tengo qué comer. La anciana en cama y por más de una semana nadie la vio por la calle, ni una mano piadosa tocó a su puerta hasta que _: ¡Virula! ¿Qué te pasa que no te veo? A duras penas pudo abrir la puerta. ¡Muchacha si estás medio muerta ¡ -¡Ay mi amiga, me cogió eso que anda por ahí y me  tiene que no tengo fuerzas ni ánimo para nada! –Si  te digo n que hace  una semana que apenas como, me muero de debilidad. _Pero  amiga, para eso están los vecinos, mira, hoy cociné chícharos, te voy a traer un plato. La enferma hace un gesto de asco y comenta: _ Esto me ha quitado el apetito, no tengo deseos de comer nada, solamente me apetece  tomar líquidos, como no tengo ni un vaso de leche, ni un jugo. ¡Imagínate!   Esta enfermedad  y  el mal  llamado Período Especial  acaban con cualquiera. Recuerdo que toda la vida han  habido virus, gripes, le han llamado Cocaleca, Trancazo, pero en esos tiempos había  alimentos y en dos o tres días te reponías, pero… ¿Ahora  qué  hay? ¡Nada, se muere una de hambre! Si tuviese un pedazo de pollo o un bistec…  - Tú  estás  delirando  Virula, ¿Dónde hay eso? Si te digo que en las Shopping  no hay nada, al parecer hay tanta  gente enferma, que han arrasado con todo lo poco que había y en las carnicerías lo único que ha llegado es el pescado de las dietas de colesterol, ni  los huevos, ni  el  picadillo o las 4 onzas de mortadela. ¿Qué es esto caballeros?
Creo que si  cojo otro virus como éste no lo resisto, me voy para el otro mundo. Dicen
 Por  ahí que se han muerto   unos cuantos viejos_ ¡No digo yo! – Exclama la vecina asustada.
Pasan los días y apenas Virula se  asoma a la puerta, está  muy débil, algunos  vecinos compasivos le llevan de  lo poco que tienen.

Ya el día 12 del mes se decide  a ir al banco a cobrar la  pensión. Muy sudorosa y con fatiga, coge  la calle, va al banco y después de una larga cola puede cobrar. A duras penas  se encamina  hacia la Plaza  del  Mercado, va al primer puesto y compra una libra de carne de ovejo a 25.00 pesos, una  mano de plátanos burros y una libra de malanga a 5.00, cebolla,  ajíes, culantro y una cabeza de ajos. Se ha gastado casi la  4ta. Parte  de lo percibido de la pensión del  mes. _ Por lo menos  haré una buena sopa. Ya por la tarde sudorosa y jadeante se dispone a  tomarse la sopa, saca  un humeante plato  de  la olla. Se escucha un toque en la puerta. Deja ver  quién  es, mientras tanto la sopa se enfría. ¡Qué barbaridad!  ¡Un equivocado!  Vuelve a la mesa _ ¡Ay mi madre, tanto sacrificio y  le cayó una mosca a la sopa!
¡Qué asco, no me la tomo yo ni a palo! Si no me muero de ésta, me puedo dar por dichosa.

Santiago de Cuba
12 de julio de 2001


ENCUENTRO CASUAL Estampa santiaguera


Sala de espera  de el  Policlínico de Especialidades,  Hospital Provincial Saturnino Lora de Santiago de Cuba. 2do. Piso.  En el amplio salón existen unas 10 filas de asientos frente a un escritorio  donde una enfermera   chequea  infinidad de Historias Clínicas, según la especialidad a  atender   los distintos facultativos, los que por el orden llama por sus  nombres , Unos  miran su  reloj  impaciente y comenta:  - Me citaron para la 1.00 de la tarde  y…¡Mira la hora que es!   Algunos comentan de diversos  asuntos, otros se abanican con lo que tengan a mano, la sala no tiene aire acondicionado ni ventiladores. ¡Qué calor concho!  Otros dormitan o conversan entre sí. Es algo habitual  entre cubanos.
Una y otra vez la enfermera  expediente en mano  llama a los pacientes, los  que se apresuran  a  llegar a la puerta   asignada a  la consulta del  Dr. X. Instintivamente muchos se paran y le hacer un cerco para poder escuchar mejor. Ella les  exhorta una vez más a permanecer en sus asientos y esperar a ser  nombrados ,que no pueden  estar de pie en el  pasillo Y… ¡Por favor siéntense, que no me dejan trabajar todos encima de mí ¡  Toma el grupo  de historias y   se  dirige al médico asignado que  supuestamente los llamará por su nombre.
El murmullo se disipa y casi todos vuelven a sus asientos, algunos tozudos permanecen de pie cerca de la   consulta. _! Mira pá  eso! Ese llegó ahora  mismo y ya  consultó!  ¡Señores el  “socialismo”  nunca se acaba en este país!  -¿Eh?  ¿Tú   no eres  Susanita la que vivía en San Pedrito?_ La otra responde algo cortada y observando  a  su alrededor: _Yo misma soy. Luce bien  vestida, calzada, maquillada y con un suave olor a perfume y  con  aires de superioridad. _Dice a la otra:_   ¿Tú no te acuerdas de mí?  Soy Ivonne, la hija del  chino bodeguero  Antonio  y de  Sofía  la mora,    y  yo  íbamos a la misma escuela  del  barrio, tu papá… No  la deja  expresarse y  la  interrumpe, a ella le pasa por la mente  el pasado del padre, malversó miles de pesos en la empresa donde trabajaba y fue condenado a  muchos años de prisión. Más cortada  aún_ Es que hace tanto tiempo que no nos veíamos… ¿Cómo  andas? Tu papá y  tu mamá  ¿No tenías  tres hijos?_ Sí, es que no nos vemos desde que tu marido fabricó  una  casa y  se fueron  del   barrio. _¡Verdad! _ Responde la  aludida. ¡Qué tiempos aquellos!          -  Ivonne no también vestida y menos calzada trata de esconder los pies debajo  del  asiento, sus sandalias no pueden competir  con  la modernas plataformas   que  calza Susanita, pero de todos modos Ivonne es  muy conversadora y  trata de indagar  todo lo posible en la vida de su antigua  vecina y  entabla  una amena  charla. _¿Mis hijos? Si  los  vez no lo conoces, Luis Miguel  ya tiene 20 años, Ana Gabriel  18 y la más pequeña  ya  va a cumplir los 15. La otra  la interrumpe de nuevo:_ ¡Espérate  un momento ¡ _ ¿Quiénes   son esos?  ¿No se llamaban Vladimir, Saskia Y Natacha?_ ¡Sí, son mis hijos! _Muy  bien, si hasta jugaban con los míos en  el parque. Ivonne titubea_  espérate, te contaré…Resulta  que estos muchachos después de  grandes  no quieren  tener nombres  rusos, Luis Miguel  como no cogió carrera, ni una  técnica, lo  agarró el Servicio Militar y allí formaron un combo, ahora canta y toca guitarra,  Ana  Gabriel  dejó la carrera al mes, no le gustan las matemáticas y eso fue lo que le dieron, ya tú sabes… pocos puntos y sin ninguna palanca  . Ella  lo que le gustaba  era la medicina, pero pocos  pueden  alcanzarla si no tiene  un ”Padrino”  que la  apoye, hizo un curso de peluquera  y ahora también  está en al combo, toca las maracas y baila, eso le fascina. Para el  baile no tiene precio. ¡Les va de lo mejor!
_ ¡Qué cosa tan grande! ¿Cómo han hecho para cambiarse los nombres?  Pregunta intrigada Susanita. – Nada  mi amiga, en el Carnet de Identidad continúan con sus  nombres, estos son los artísticos, pues  eso cuesta un dineral ¡Qué papeleo! Hasta contratar a un abogado, todo eso será más adelante. ¡Ya tú sabes, son cosas de  los muchachos de estos tiempos! Luis Miguel  salió  perfilado  como su abuelo  gallego Serafín, pero  la  pobre  Ana Gabriel que quiso nombrarse como la protagonista de  la última novela  colombiana Gaviota, pero con los ojos chinos, la pasa en la cabeza y la ñata de su nariz,  la gente se reía de ella en su cara, ahora como  Ana Gabriel  le va  mejor, ella es como  su abuela  paterna  Ambrosina, que era negra como  un totí, de nada le valió  su abuelo  chino y ni  mamá  hija de mora, echó  pa’ tras.  Natacha hasta ahora no tiene  muchos  problemas  con  el  nombre, siempre le  hemos dicho Nati  y  se  pondrá  Nathalie, que es el que le  agrada. Hace una pausa. La otra toma la palabra: ¿Y  tu marido? _¡Tú no sabes nada! Ese descarado se fue en el 94 con los balseros para la Base Naval  de Guantánamo en Caimanera, yo no  me pude ir por los muchachos chiquitos a una aventura  como esa  y me quedé, vino una de esas órdenes que no se podía viajar con niños pequeños y me embromé y tuve que quedarme en la  playa  con los tres. Interpela  la otra: _Te ayudará y mandará algo de la Yuma ¿No?  _ Le habla muy bajo cerca del oído _ ¡Ay  mi amiga! Beby era tan contrarrevolucionario, que no  se cómo no lo cogieron preso de lo que  hablaba por la calle. ¡Menos mal  que se pudo ir! ¿Pero crees que me manda algo? ¡Qué va!  Dice  que con este gobierno  él   que no coopera  ni manda  un  dólar y  lo único que  han recibido estos muchachos de su padre  es  alguna que otra foto  de lo bien que está  en  Las Vegas. Y mucho menos desde que se enteró  que me había echado otro marido. ¿Qué quería que hiciera con tres  hijos y desamparada? _ ¿Te acuerdas  de  Jaba’o  el  carnicero  de la Calzada de Crombet? _ La otra  hace un  gesto positivo.  –Bueno imagínate, me vi sola, él siempre  estuvo  enamorado  de  mí desde que  era  una jovencita, me lleva como 25 años, pero… me ha ayudado a  criar a mis hijos y… ¡Como resuelve cosas!  ¡Carnicero! Tiene sus contactos  en la bodega, el  mercadito y hasta en las shopping,  gracias a él  no me   ha faltado  nunca   aunque sea  la comida.         Gracias también  a que los muchachos me han salido buenos,  trabajan  por  las noches en un hotel para turistas extranjeros  y  siempre se les  pega  algo, le dan propinas.  Luis Miguel  hasta piensa viajar al extranjero, una italiana un poco mayor, le hizo una invitación y está de lo mas embullado ¡Ojala que se le dé.  Dice que es fea como un comeme , pero con fulas…!Que está  locamente enamorada de  él,  hasta le va a abrir una cuenta en  divisas!  Ana Gabriel  también tiene un Pepe  español  que es  una  maravilla, también un poco mayor, pero es lo que aparece, le da fulas en cantidad y todo lo que se le antoje. Interrumpe la otra: _ ¿Todavía vives   en el mismo lugar? -¡Qué va, permutamos para una casita vieja, pero  mejor lugar, en el Casco  Histórico de la ciudad y con la ayuda de los muchachos la estamos reformando, quitando tablas y techo de tejas  y  echando  placa,  ¡Poco a poco!  Pensamos  en la placa  hacer dos apartamentos  para  cada uno de los mayores   y Jab’ao, la niña y yo  abajo, el  pobre ya  está viejo  y  enfermo, diabético, con problemas en la circulación, pero  no  se quiere jubilar ¡Figúrate con lo mala que está la cosa! ¡Qué comemos, nos morimos de hambre! Susanita  menea la  cabeza. Otra  pausa. _ ¿Pero cuando coño nos llamar a la consulta?
Toma la palabra de nuevo  Ivonne_ ¿Y   qué?  ¿Sigues con Roberto?_ Si  chica, con sus problemas de siempre, ¡Mujeriego…! Tomador  de ron, pero por lo demás no me falta nada, no me puedo quejar, está  terminando  la  licenciatura  en  Economía por encuentros, es  jefe en un departamento de la Empresa de la construcción donde siempre ha trabajado, tiene carro y chofer, pero ahora le ofrecieron  un alto cargo en el Ministerio del  Interior. La otra se lleva las manos a la boca­  ¡Mi madre y yo hablando tanto! _¡No  hija, él no se mete con nadie!, Solo  con los contrarrevolucionarios y esos que llaman disidentes.-  ¿Pero aquí hay contrarrevolución? Pregunta  con gesto incrédulo  Ivonne  - ¡Deja eso, no toques ese punto ¡   _Como  te  decía, Rebequita  estudia  Historia del  Arte en la Universidad, es  lo que le gusta, Robertico  termina  el año  que viene  Ingeniería  Mecánica, yo trabajo de cajera en una shopping. -  Ivonne hace un  gesto de asombro - ¡Tú si  estás bien mi amiga!
De  nuevo comienza  a llamar la enfermera: ¡Ivonne Chang  Gendis!
Alguien  comenta: - Nombre francés,  apellidos  chino y árabe ¡Qué cosas se ven  caramba!
Chao, mi amiga, te dejo, me toca mi turno.

Santiago de Cuba
Junio 28 de 2000

¡PAPAS EN EL MERCADITO! Estampa santiaguera


La voz  de Elvira, la más  potente de la barriada divulga de cuadra en cuadra la  llegada  del  casi extinguido tubérculo.
La mayoría de los vecinos  jaba  y Libreta de Racionamiento en mano salen presurosos a coger turno en la ya  larga cola. Se anuncia en la pizarra que se venderá a 2 libras por persona. Los dependientes  cargan los mojados y pestilentes sacos  hasta cerca del mostrador, al vaciarlos comienzan los comentarios  principalmente de por parte de  Elvira- ¡Qué asco! ¡Casi todas están podridas   y retoñadas! ¡Qué falta de  respeto, después  que hace  mucho más de un año que no se veían ni en los centros espirituales! ¡Qué un año, no se  sabe de cuando!
Como siempre sale  una  defensora del  proceso  revolucionario:- ¡Tú como siempre Elvira, criticando, dale gracias que  vamos a comer papas!-  Dice  ella: -¿Dar gracias  porque nos vendan  esa  porquería? ¿Ustedes  no saben que  esas papas retoñadas  son  tóxicas? Producen solanina y eso  intoxica, da una picazón…Una  de la cola se atreve a decir  bajito:- Por  eso  yo no  lo sabía y la última vez que las comí, me dio tremenda picor por todo el cuerpo y ni Benadrilina tenía.
Mientras  la venta  está  suspendida, los  dependientes con las manos  sucias y con un pañuelo tapando la nariz  tratan de  escoger las pocas  papas sanas y las van separando  a un  lado. Son más las  dañadas, que las  aptas para la venta.
Elvira pondera   la vida en países desarrollados- ¡Por cuanto en Niza donde vive mi hija mayor  van a vender algo así, allí todo es  muy limpio y de calidad! Las fruterías dan gusto.- Le responde la otra:-  ¿Por qué no te quedaste  si  aquello es tan bueno?- ¡Por qué  no me dio la gana! ¡- Este es mi país y lo que tienen los gobernantes es que  respetar más  al pueblo!- Según dicen se hizo  una revolución porque Batista no  respetó la Constitución del  40 ¿Y dónde  está  ahora  esa  constitución? La borraron y  casi nadie sabe su contenido, pero mi padre  la tenía y yo la conservo y en uno de sus artículos dice que el gobierno del país tiene el deber de  satisfacer las necesidades de la población. ¿Qué necesidades  se  satisfacen  aquí? -¡Te callas o  no  vas  a salir más país y si sales no vas a entrar!-  Le grita colérica la otra .Elvira le responde:- ¡Esa es la libertad que conoces, sumisa, arrastrada!
Varios de la cola tratan de promediar la acalorada discusión.- Algunos cuchichean  bajito: -¡Si  la oye  un  seguroso,  se la lleva presa¡  -¡Por favor déjense de eso, compren  sus  papas  y  no discutan  más,   ¡Al  fin  nadie va a arreglar esto, lo tomas  o lo dejas  y se  acabó.
En  eso  llega  una de las hijas de Elvira- ¡Mami,  sal de esta  cola! Compré  en  Cubalse  estas papas limpias y sanitas. -¡Si claro, en dólares!
 Elvira se marcha murmurando  miles de cosas.
La otra aliviada  se dirige a los demás: -¡Qué gusana se ha vuelto  después que viajó a Europa!

Santiago de Cuba, enero de 2018