Nadie quiera ponerle freno a mi corazón,
acumulo tanto amor, que si pretendieran
ponerle coto, reventaría sin remedio.
Tengo represado tanto… que es más que
una necesidad fisiológica.
Siento tanto amor por mis semejantes, los
que tengo más cerca, mis seres más queridos,
mis amigos… se desborda y prodigo a los más
desvalidos, marginados, los que están detrás de
las rejas de una prisión, en la cama de un hospital,
a los animales, las plantas y las flores, a todo lo
hermoso de la naturaleza.
No me cohíban que ame, sería como encarcelar
mis pensamientos, encadenar las fibras más
sensibles de mi ser.
Déjenme la libertad de amar, lo necesito como el
aire que respiro, es la luz que me permiten ver
mis ojos, es la esencia de mi vida, mi ser, mi propia
personalidad.
No se me impida amar, que sin amor ¿Para qué
quiero vivir?
Madrid,
27 de mayo de 2009
15 junio 2009
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