¿Soy aquella mujer feliz, tranquila,
En paz con su conciencia?
Me miro en el espejo y no me reconozco.
He perdido mi auto estima, mi orgullo y
A veces me considero una marioneta que
Se mueve por la voluntad de otros.
Inútilmente busco a la otra, segura, respetada,
Fiel a sus principios, Esta que me muestra el
Espejo la considero mezquina, egoísta, que
Vive fingiendo lo que en realidad no es, tratando
De complacer a quien no lo merece, el que rechaza
Mis cuidados, los que les prodigo como si fuera
Su esclava, a sabiendas que mi vida no le interesa
En lo más mínimo, que tal vez esté deseando no
Verme más, que desaparezca de su existencia.
Muchas veces llevo pensamientos no acordes a lo
Que ha sido mi trayectoria de siempre.
Me duele no ser yo como antes, como siempre,
Fingir una doble moral, lo que soy en realidad y no
Los que otros creen de mí.
¡Como encontrar la salida de este laberinto?
¿Podré hallar de nuevo la paz que tanto añoro?
Solo Dios en su infinita bondad y amor me puede
Ayudar a encontrar de nuevo la verdad y la
Tranquilidad que tanto necesita mi espíritu
Madrid,
27 de diciembre de 2008
19 octubre 2009
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