13 enero 2010

LA DULZURA DEL HOGAR

¡Qué sensación de bienestar y seguridad,
es cuando nuestros pasos nos hacen llegar
al tibio hogar, encontrar amor y comprensión

No puede haber lugar en el mundo en que hallar
alivio al cuerpo y el espíritu como en ese
recinto sagrado que es el dulce hogar.

Allí donde podemos depositar nuestras cuitas,
sueños y anhelos, el que siempre nos espera
para brindarnos el apoyo necesario en los
momentos de prueba.

Es la amable compañía en cada objeto que
guardamos, lo logrado, el lecho que nos acoge
para poder entregarnos al descanso, al sueño,
después de una jornada de agotador trabajo,
o un largo viaje.

Es tener quien nos reciba con una amable sonrisa
y nos desee lo mejor a la hora de la salida,
tener un hogar es de Dios una gran bendición.


Madrid,
3 de noviembre de 2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario