La vida nos ha puesto frente a frente,
Después de tantos años,
Para recordarme que me hiciste mucho daño.
Como ayer, hoy te aborrezco con
Todas las fuerzas de mi corazón
Y lamento profundamente el fatal día
En que te conocí y amé con devoción.
Ese día creí haber alcanzado la meta
Que tanto busque, con el transcurso del tiempo,
Comprobé que me equivoque.
Ni aunque vinieses arrastrado de rodillas
Pidiéndome perdón, lograrías de mí
Una mirada de compasión.
Fue mucha la traición y la vileza
Que me hiciste padecer, por eso
No quiero nada que me recuerde tu ser.
Te he borrado de mi pensamiento
Y de mi corazón, como lo escrito
Con tiza en un pizarrón.
Ya nada queda de aquella historia,
El tiempo se encargó de convertirla
en escoria.
No creo en tu arrepentimiento,
Pues en ti nunca hubo sentimiento.
Por fatuo y engreído me perdiste,
Fue tan grande tu perfidia,
Que dejaste mi ser herido.
Cuando te creías dueño del mundo
Y todo te sonreía, mataste mi ilusión y
Mi alegría
Un día me dijiste que lo que más te dolía
De una mujer, era su desprecio,
Hoy paso junto a ti, ni te miro, ni te aprecio.
Siento asco de pensar que un día
Besé tu boca y pienso que tal vez estaba loca.
Hoy soy quien soy, segura de mí misma
Y ni siquiera mi sombra te doy.
Donde no podrás hallar ni paz, ni seguridad,
Pues en mí jamás encontrarás
La ansiada y perdida felicidad.
Santiago de Cuba
18 Abril 2000
11 enero 2010
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