29 enero 2010

LA CENA DE CATALINA

Estampa santiaguera

Se acercaba la navidad y el fin de año. Catalina añoraba los tiempos de su niñez y juventud, cuando su padre mandaba a asar al horno de la panadería más cercana o lo hacía en púa en el patio de la casa un puerco grande, iba a “El Baturro” y de allí llevaba una cesta repleta de vinos, turrones de jijona, yema, alicante, dátiles, higos, nueces, avellanas, castañas, uvas y manzanas.
En la cocina, su madre guisaba un caldero de congrí, en las ollas ñame de agua de las lomas de Barajagua del El Caney, se hacían buñuelos de ñame y malanga, una hermosa ensalada de lechugas, tomates, rábanos y pepinos, adornaba la mesa.
Eran de la clase media común, vivían sus padres y hermanos del pequeño negocio de una tienda mixta, muy bien surtida y situada en una de las avenidas principales de la ciudad.
¡Qué alegría alrededor del crujiente lechón! Todos se disputaban el rabo tostadito, pero nadie lo tocaba hasta que sus padres se sentaban uno al lado del otro en la amplia mesa de cedro, cubierta por un fino mantel y con un hermoso ramo de rosas en el centro. El padre con el afilado cuchillo le daba los primeros cortes, después de hacer la oración de Acción de gracias.
En la esquina de la sala el árbol con sus luces intermitentes y sus bolas de diversos colores, alegraba la escena de navidad y a sus pies el nacimiento del niño Jesús en un pequeño pesebre, junto a sus padres y animales
Con el proceso revolucionario a partir de 1959 , la familia se fue desintegrando, unos se iban de la ciudad, otros del país, otros morían y esas costumbres y tradiciones fueron desapareciendo. Ya nada era igual los principales productos escaseaban, por lo general la carne de cerdo, que estaba a precios muy elevados, no acordes a la mayoría de la población. Solo en las tiendas shopping y su venta en dólares se podían comprar algunos turrones y vinos, las uvas y las manzanas apenas se vendían en tiendas preferenciales.
En estos días, a pesar de todos estos inconvenientes, se respiraba el espíritu navideño, aunque las calles y parques no se adornaran, las tiendas shopping exhibían algunos discretos adornos. Las iglesias cristianas se montaban hermosos árboles y nacimientos, muy iluminados, se cantaban villancicos, se celebraban dramas alegóricos y sobre todo se cantaba mucho en honor al Niño Rey. El día de reyes se les celebraba una fiesta a los niños con regalos y dulces, refrescos y caramelos. Lo que ya no se observaba en las calles cada 6 de enero era la Cabalgata con Los Tres Reyes Magos, Gaspar, Melchor y Baltasar, y no era como antes, no había la algarabía de los infantes jugando en las calles con sus recién estrenados juguetes, esta bella festividad también había desaparecido.
No obstante este espíritu había inspirado a Catalina celebrar una cena en su hogar, ya eran una familia muy corta, su hermano y un pequeño perro eran su única compañía.
Para eso contaba con los ahorros que guardaba en una alcancía con la forma de un cerdito, por varios años.
Ese día realizó una buena limpieza en la casa, lavó las viejas cortinas, le sacó brillo a los muebles y si le sobraba algo, compraría aunque sea de la flores más baratas un ramo de radiantes y como antes, las pondría en el centro de la mesa.
Rompió el cerdito alcancía, se puso a contar las monedas de a peso y las hacía bultitos de cinco. Al terminar pudo comprobar que solamente tenía 80.00 pesos y algunas moneditas sueltas.
-¿Qué podré comprar con esto? La carne de cerdo está a más de 20.00 pesos la libra. Por la prensa escrita se anunció que se vendería en las carnicerías a 14.50 la libra, pero no se ha visto por ninguna parte y si la llevan a alguna, se supone las colas y las fajasones serán terribles. Además para hacer una cena decente, me hacen falta otras muchas cosas.
Después de hacer múltiples cálculos, se decidió por comprar un pollo en la Bolsa Negra, de 1 100 gramos, le costó 60.00 pesos, con el resto pudo adquirir un pedazo de ñame, no tan blanco como los de antes, pero…Un paquete de lechugas y algunos tomates. De ese modo su hermano y ella tendrían aunque sea una modesta cena, se sentarían a la mesa y recordarían otros tiempos, frente a la foto de sus padres fallecidos, sin vino ni turrones, pero darían gracias a Dios por estar juntos.
Llegó una vecina y la encontró afanada aliñando el pollo, lo pondría en el horno entero, aunque el gas planificado se le terminara. Esta se brindó a llevárselo a la panadería, donde el hornero era su amigo y no se negaría.
¡ Qué rico! ¡Pollo asado! La boca se le hacía agua de pensar en el delicioso plato. Por pena invitó a la amable vecina, además consideraba un gran favor el llevarle el pollo a la panadería y traerlo asadito.
Unas horas después ya tenía las lechugas limpias, los tomates pelados, el congrí y el ñame cocinados, la mesa vestida con el viejo mantel bordado, herencia de su madre y que se usaba en todos las festividades más importantes. Como no le alcanzó para comprar flores, cortó de una tapia cercana un ramillete de coralillos.
Llegó Rita con el pollo. ¡Umm, qué olor! Hasta el perro Rinki se revolvió y salió de su escondite, donde dormitaba y corría de la sala a la cocina olfateando para la mesa donde permanecía tapado esperando el momento de servir.
El vecino de al lado, también vivía solo, era viudo, sintió el olor y se asomó por la tapia elogiando a la cocinera, por pena le dijo que lo invitaba a cenar. Ya eran cuatro comensales. Se sirvió la mesa y justo cuando se elevaba una oración, Catalina perdió el entusiasmo y fue a abrir la puerta de la calle, un insistente toque, anunciaba otra visita, era una sobrina con sus dos hijos, en el momento de picarlo en cuatro y comenzar a servir.Todos alababan lo delicioso que había quedado el asado, a pesar de lo poco que le tocó a cada uno. Catalina para no quedar mal, fue la más sacrificada, solamente alcanzó los pellejos que separó de la carne. El perro disfrutó en un rincón de los huesos y al parecer muy satisfecho.
Mientras… Catalina triste y en silencio murmuraba: - ¡Tantos sacrificios para qué! ¡Más nunca invento otra cena!

Santiago de Cuba,
24 de diciembre de 2004

IMPORTANTES HECHOS OCURRIDOS EN 1957

Relatos de amor y de guerra
Capítulo XXX

1ro. de enero de 1957:
En acta levantada en el Juzgado de Instrucción norte de la ciudad de Santiago de Cuba, fueron identificados tres cadáveres, que fueron encontrados en la noche del día 30 de diciembre balaceados por las fuerzas leales al gobernante Fulgencio Batista y Zaldivar, nombrándose Alejandro de Dios Soto, de 20 años de edad, sobrino de los doctores Luisa y Humberto Soto del Rey, médicos y profesores del Instituto de Segunda Enseñanza de esta ciudad.
El segundo joven identificado fue José de la Luz Díaz Ruiz Jefe de ventas de la Trading Company, que apareció en el interior de un auto, en la calle Sagarra entre 10 de octubre y Jobito, junto a un petardo. El tercero no fue reconocido.
2 de enero:
En la galera número 2 del Vivac Municipal de Santiago de Cuba, fue hallado ahorcado el joven de 32 años de edad, Alfredo Reyes Rodríguez, que se encontraba acusado de propaganda subversiva.
22 de enero:
En la carretera que une la ciudad de Santiago de Cuba con el reparto Ciudamar, en la bahía santiaguera, se encontró el cadáver de Froilan Guerra Blanco, de 20 años de edad y que era vecino de la calle General Banderas No. 310.
9 de marzo:
En su residencia de la calle Máximo Gómez No, 302, en la ciudad de Santiago de Cuba, fue muerto a tiros Carlos Manuel Armiñan Figueredo, de 27 años de edad, a quien le apodaban “Corona” y herido en una pierna su hermano José.
El autor del hecho se dio a la fuga en un auto color rojo. Se desconocen los móviles de este suceso.
13 de abril:
Siendo las 9.00 de la noche fue muerto a balazos en Avenida de Manduley y calle 11, del Reparto Vista Alegre de Santiago de Cuba el cabo del ejército Julián Rodríguez Coto. Dos horas después fue muerto a tiros en la calle Clarín y Castillo Duany el policía Máximo Alvarez Morales.
13 de mayo:
Fue muerto de varios disparos , cuando llegaba a su casa, el cabo José H, Gallo, de 46 años de edad, vecino de la calle Bonifacio Byrne, del reparto Los Olmos, por tres jóvenes desconocidos.
10 de junio:
Brutalmente golpeado apareció flotando en aguas de la bahía santiaguera, Buenaventura Baliú Canellas, de 55 años de edad, residente en la calle Calvario No. 310. Se desconocen más datos.
14 de junio:
Pedro Luis Rodríguez Oliva, de 50 años de edad, propietario del “Níspero Club”, situado en la bahía de Santiago de Cuba, fue asesinado de un balazo en la cabeza, según declaraciones de su viuda, señora Leonila Bibiana Alfonso antes el juez de Instrucción Sur de Santiago de Cuba, que fue sacado del establecimiento por tres hombres que le dijeron:-“El teniente coronel está afuera, en el auto y quiere verlo, venga con nosotros” Disparándole al momento. Rodríguez Oliva había pertenecido al Partido Revolucionario Auténtico.
Se desconoce si el móvil del crimen fue por la extorsión ejercida contra muchos comerciantes, al negarse a darles el dinero solicitado, los mataban, como ocurrió con el dueño de la panadería “La Guantanamera” , el del “Bar Fito” Frente a la Clínica “Los Ángeles”, con Conrado Dávila Barreto, dueño del “Bar Central”, de Avenida de Garzón y Carretera Central y Orlando Monte de Oca, dueño de la tienda “La Primera Caridad” de frente al parque de La Libertad y muchos otros.
17 de julio:
El juez de Instrucción Sur de Santiago de Cuba, procesó a Armantino Feria Pérez, acusado de la muerte de Raúl Almanza y herido grave a Orlando Domínguez, en la Sierra Maestra.
27 de julio:
Nicolás Dautsh, propietario de lanchas de cabotaje, fue balaceado frente a su domicilio de la calle San Félix No. 360, en la ciudad de Santiago de Cuba. Cuando era asistido en la Casa de Socorros, se dice que personas desconocidas llamaban por teléfono preguntado:- ¿Ya se murió el chivato?
13 de octubre:
Alrededor de las 11.00 de la noche una patrulla de milicianos del Movimiento “26 de julio” interceptó en callejón Comanche y Carlos Dubois, al marino Bernardino Montero Santiesteban, patrón de la goleta
”Corsario de Chivirico”, hiriéndolo de varios disparos.
Montero fue ingresado en el Hospital Civil Saturnino Lora, donde falleció horas después.Su embarcación era utilizada por el ejército de la dictadura batistiana, para el transporte de tropas a la zona de Uvero, en la costa sur, cercana a la Sierra Maestra.
13 de octubre:
Momentos después, El joven Armando García Aspurú, fue sacado de su casa en el reparto Chicharrones de Santiago de Cuba en pijama, sin darle tiempo a vestirse. Apareció muerto, sentado, como si durmiera en un banco del pequeño parque del reparto, cercano al Hospital Infantil.

Madrid, 29 de diciembre de 2009

26 enero 2010

UN ACTO DESESPERADO

Relatos De amor y de guerra

Capítulo XXV

Lo había visto varias veces, me resultaba demasiado intrépido y temerario, más de una vez le quise dar un consejo, sus hermanas Agustina y Margarita Malo de Molina, me contaban que su desesperación se debía a la miseria que confrontaba la familia, eran seis hermanos , él, único varón, su madre viuda. Vivian humildemente en la calle Capdevila, del reparto Los Olmos.

Su nombre no lo recuerdo, siempre lo conocí por el apellido Malo de Molina.

Me contaron sus hermanas, que aquel fatídico día llegó a su casa hastiado de buscar un trabajo, para poder sostener la precaria economía familiar. Todas las puertas se le cerraban. Destapó las ollas del frío fogón y no encontró nada que saciara su avidez de comer algo. Su madre tristemente le dijo que no había podido cocinar nada.

Salió como un exhalación exclamando: ¡Hoy voy ha hacer algo grande!

Se lanzó a la calle y ya pasando por la Avenida Mariana Grajales abordó un ómnibus de la Empresa Autobuses Modelo, que fueron los sustitutos de los antiguos tranvías y que les hacían competencia a los Ómnibus Orientales de Cabrera, lo secuestró, encañonando al chofer, hasta la Avenida Yarayó y la calle Santa Cilia, del propio reparto., le prendió fuego.

No le dio tiempo a escapar, fue acorralado por la policía y acribillado a balazos.

Así terminó la joven vida de este combatiente, que no supe su nombre, pues sus hermanas nunca permitieron que apareciera en una tarja o se designara a un Comité de Defensa de la Revolución, por el abandono en que fueron objeto después del llamado triunfo de la Revolución, nadie se ocupó de socorrerlas, ni darle a su anciana madre el consuelo de que su sacrificio no fue en vano.

El dolor más grande que ellas sentían era que su hermano había muerto con hambre


Madrid,
7 de diciembre de 2009

LA DESPEDIDA DE PEDRO

Estampa santiaguera

Mes de noviembre de 1993, pleno Período Especial, los productos escaseaban, principalmente los alimenticios, todo había subido de precio astronómicamente, parecía imposible que apenas un año antes una libra de arroz costara en la Bolsa Negra 3.00 pesos, en la actualidad 30.00 pesos y… si se encontraba. Así por el estilo demás productos de primera necesidad.

El desvalorizado peso cubano se llegó a vender en 150.00 por un penalizado dólar, ya que constituía un delito tratar de hacer algún cambio con esta moneda, muchos fueron a la cárcel por este motivo.

Nuestro querido Pedro salía de viaje hacía Alemania, a visitar familiares. ¿Cómo no hacerle una despedida a quien había tenido tantas atenciones con nosotros?

Entre los dos quedamos que haríamos una cena, para ello me dio 10.00 dólares, si lo cambiaba por la moneda nacional serían 1,500.00 pesos cubanos, tal vez fuera más fácil conseguir lo necesario para esa comida especial.

Muy pronto me di a la tarea de adquirir las cosas, ya casi era fin de mes y no me quedaban provisiones de la cuota mensual planificada por la libreta de racionamiento, la Plaza de Mercado de Padre Pico entre Heredia y Aguilera había sido cerrada, solo aparecía algo de forma clandestina, personas que ocultamente mataban puercos y lo revendían a 50.00 pesos la libra. Fui directo a la casa de uno de mis suministradores habituales, Alvio, hasta se había mudado de la calle Calvario y Santa Rita.

Caminé por todos los puntos conocidos, los más cercanos a mi casa, la Ceiba de Santa Rita y Santiago, un punto que siempre tenía carne fresca de cerdo y de carnero, pero allí ni las mesas pude ver. Me dirigí por la Avenida Trocha, Carretera del Morro, repasé muchas calles de los repartos Mariana de la Torre y Veguita de Galo, donde tenía amigos y conocidos que me pudiesen resolver. ¡Nada! Al parecer todo se lo había tragado la tierra. Alguien me dijo como solución de última hora:- ¡Mira! Si no puedes conseguir ningún tipo de carne, te sugiero que vayas por Los Cangrejitos, allí los pescadores furtivos casi siempre venden buen pescado fresco, lo que tienes es que buscar quien te de una dirección y como tu posees figura de buena gente, no se van a negar a vendértelo.

Incrédula le pregunté:- ¿Cuánto cuesta una libra de buen pescado, ya sea una Sierra, Mero o cualquier otro?

-Bueno… te puede salir a 15.00 o 20.00 pesos la libra.

-Deja, deja, trataré de conseguir aunque sea un pollo.

Visité cuanto amigo y conocido tenia por la mitad del Casco Histórico de la ciudad. Nadie me podía dar nada, ni siquiera orientarme de dónde conseguirlo.

Por último y faltando solo un día para la comida despedida, se me ocurrió visitar a Hilda, una hermana de la Iglesia Metodista que tenía muchas relaciones y que vivía en la calle San Basilio entre Carnicería y San Félix. Subí los escalones rogando encontrar una solución a tan penoso caso, al día siguiente Pedro viajaría en el primer vuelo hacía La Habana, la comida debía ser esa noche y yo… sin nada en la mano.

Hilda me recibió aún con las manos ensangrentadas, había podido comprar un gallo en 300.00 pesos y lo estaba troceando.

Le conté mi problema y si sabía alguien que tuviera otro gallo o un pollo, cualquier cosa . Ella muy comprensiva y notando mi angustia, me propuso venderme la mitad en 150.00 pesos. ¡Vi los cielos abiertos! El principal producto estaba resuelto, lo demás entre mi hermano y yo lo solucionaríamos.

Encomendé a mi hermano buscar por las hortalizas de Quintero lo necesario para una ensalada, por otro lado tenía un pedazo de ñame, de unas dos libras, 30.00 pesos, no tan blanco como era antes, pero… era la vianda que acompañaría el congrí. Para mi suerte tenía un puñado de frijoles negros, compré 2 libras de arroz en 60.00 pesos, una cabeza de ajos 5.00 pesos, una cebolla 5.00 pesos, una botella de tomate casero 15.00, un paquetico de ajíes de cocina 5.00 pesos, una botella de aceite de girasol 150.00 pesos.

Ya casi por la tarde y yo muy preocupada por la tardanza, llegó mi hermano refunfuñando. – Por poco me coge la policía cuando me metí por las hortalizas de alrededor de la Universidad de Oriente, no sé qué pensaron, al fin no pude comprar nada, todo está pelado.

- Después me fui a los jardines de nuestro amigo Mingo y me mandó a la casa de otro colega, por poco me estropea un jeep al cruzar la carretera llegando a Quintero. A duras penas el gallego Cangas me vendió este mazo de lechugas, que todavía están nuevas, pero tanto le rogué…Me costó 10.00 pesos.

Una de mis amigas, también me ayudaba en la gestión y me trajo 20.00 pesos de tomates maduros y algunas ramitas de perejil, me propuso que un “Socio” tenía cervezas Hatuey y vino Viña 95, una especie de vino tinto dulce. Las cervezas a 10.00 pesos la botella y el vino a 150.00 cada una. Ya para que la cena fuera lo mejor posible, le encargué 10 cervezas y una botella de vino.

La cena estaba lista, mantel y servilletas, los mejores vasos , platos y cubiertos, la ensalada decorada, una fuente de congrí y un plato con el ñame y el gallo picado en trozos aumentado con algunas papas que me regaló un vecina y las cervezas bien frías.

Como me quedaba dinero mandé a hacer un cake con la mora Kinye de Santa Rosa y Padre Pico, que los hacía deliciosos, solo por 5.00 dólares.

Cerca de las 8.00 p.m. escuché los inconfundibles toques en la puerta de Pedro:- Tum turundu tun tun.

La cena fue un éxito, después de tantos sinsabores, celebramos con la música del programa radial “Nocturno” y nos despedimos aquella noche, deseándole lo mejor en esta nueva aventura.

¡Gracias Pedro! Hasta el día de hoy te recuerdo con mucho cariño, hasta la próxima cena ¿OK?

Madrid,
13 de enero de 2010

24 enero 2010

RECUENTO DEL AÑO 1955 Y 1956.

Relatos de amor y de guerra

Ya en esa fecha se organizaban los grupos opositores en la ciudad de Santiago de Cuba, principalmente los estudiantes. Desde años atrás hubo algunos que se destacaron en su lucha por restablecer un gobierno democrático, entre ellos:- Temístocles Fuentes, Radamés Heredia y Orlando Benítez.

El 28 de enero de 1955:-
Se organizó una marcha con antorchas rumbo el cementerio de Santa Ifigenia, hasta el mausoleo que guarda los restos de nuestro Apóstol de la Independencia José Martí Pérez. Fue disuelta por la policía a tiros, resultaron heridos los jóvenes Juan Bronks, Emiliano Blanco, José Quiala (Pepin), la conocida luchadora Gloría Cuadras y a pedradas un vigilante de apellido Garay.

Enero 31 de 1955:-
En horas de la noche se registraron nuevos actos de protesta en la ciudad, En el encuentro con la policía resultaron heridos los estudiantes Sergio Galí Cuza, Filiberto Torres, Eloy Rivera, Benito Martínez, José Durán y José Antonio Cisneros. La agresión fue repelida y se le ocasionaron heridas a los policías Orlando Ponce, Carlos Méndez y Orlando Ortiz.

Febrero 22 de 1955:-
Antonio Goulet, de 60 años de edad, padre del cabo barbero del ejército Dioscorides Goulet, vecino de la calle Barnada No. 112, falleció a consecuencias de la explosión de una bomba, colocada en la ventana de la referida vivienda, resultando herida su nieta Emilia Iris Tabares, de 15 años de edad, la que refirió que se encontraba limpiando la sala, cuando vió una mecha que ardía, llamó a su abuelo y al explotar le causó la muerte.

19 de julio de 1955:-
En la Audiencia Provincial es presentado recurso de Habeas Corpus favor del Capitán Alejandro García Olayón, Jefe de la policía marítima de Santiago de Cuba, el cabo Valeriano Velásquez Savigne y el vigilante Epifanio Cotilla González, acusados por haber dado la muerte a palos del ingeniero alemán Hans Kensin, de 55 años de edad, vecino de bario de Punta Gorda en el litoral santiaguero.

26 de julio de 1955:-
La estación de la policía que se encuentra a la entrada de el poblado de El Caney, fue asaltada por un grupo de jóvenes al mando de Frank País García, en la que resultó muerto el vigilante de la Policía Nacional Ernesto Carrillo Moya, que se encontraba de guardia.
Estos jóvenes fueron acusados e instruidos de cargo, salieron absueltos en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial por falta de pruebas

RECUENTO AÑO 1956.

Abril 20 DE 1956:-
Al sostener un choque frontal en la Avenida 24 de febrero (Trocha) con el soldado Luis E, Matos Alemán, resulto muerto el joven Manuel Sosa, vecino de la calle Hernández Tudela No. 64. El soldado alegó que éste lo había agredido.

27 de abril de de 1956:-
Andrés Cobas, que laboraba como sereno de la fábrica de refrescos
Canadá Dry, de carretera central y Camino de la Ceiba en Santiago de Cuba, fue detenido y torturado, según certificado médico de los doctores Buch, Alipio Rodríguez y José Cabrales, médicos forenses de esta ciudad, que presentaba quemaduras en la región auricular y otras partes del cuerpo.
La policía lo acusaba de haber realizado varios atentados.

Julio 17 de 1956:-
El joven Rafael Echavarría, vecino de la calle Corona No. 106, fue ultimado a balazos por el soldado Eduardo Martínez, quién declaró ante las autoridades que el occiso lo había amenazado con un machete

Octubre 6 de 1956:-
Un hecho que conmovió a la ciudad de Santiago de Cuba, fue el asesinato del ex capitán de la policía y líder del partido Cubano Ortodoxo Arsenio Escalona Aguilera, quien apareció flotando en la bahía con las manos atadas a la nuca y 11 heridas en la cabeza.
Se acusan del crimen a capitán de la policía marítima Alejandro García Olayón.

30 de noviembre de 1956:-
Asalto a la estación de la policía de la Loma del Intendente, situada en la calle Santa Rita, entre Padre Pico y General Rabí y la Policía Marítima, ubicada en la Alameda Michaelsen.
En el ataque fallecieron los jóvenes José Tey Sainblancard (Pepito) Otto Parellada y Antonio Alomá Serrano (Tony). Heridos José Cervera Cuquet , hijo de Antonio Cervera Nadal, dueño de una flotilla de camiones tanques de combustibles y el Servicentro Cervera de Avenida de Yarayó y Avenida Mariana Grajales y Joaquín Pedrón, hijo del director del acueducto de Santiago de Cuba, en el asalto a la policía marítima, del cual perdió una pierna.
Esta acción fue coordinada por el Movimiento 26 de julio, para facilitar el desembarco del Yate Granma, desde México, donde venían Fidel Castro Ruz, su hermano y se dice que 82 expedicionarios por la costa al sur de la provincia, por el lugar conocido por “Las Coloradas” del municipio de Niquero, que por un mal tiempo, no llegó exactamente el día 30 como se había planificado según telegrama remitido por el santiaguero Arturo Duque de Estrada.
En esta actividad participaron muchos jóvenes santiagueros, las mujeres estaban encargadas de estar al frente de botiquines, en caso de tener que curar heridos, los lugares donde se prepararon las condiciones del ataque fueron principalmente, una casa en los altos del club restauran El Lido, de frente a la explanada de Ferreiro , la casa de Santa Rita entre Santo Tomás y San Pedro , de la familia Abdala y la casa de Santa Rita esquina a San Félix.
Los restantes expedicionarios que quedaron con vida después del combate de Alegría del Pio, se internaron en la Sierra Maestra, donde permanecieron hasta el 1 de enero de 1959.

Madrid,
16 de diciembre de 2009

SOLIDARIDAD, HERMOSA PALABRA

Pocas veces hemos visto a tantas personas condolidas por la tragedia del pueblo haitiano, una solidaridad que viene de todas partes, los que tienen mucho, los que menos, pero todos desean hacer llegar a esos sufridos seres humanos con su donativo, el apoyo en tan difíciles condiciones, la compasión y la dedicación de esas personas que han ido hasta el lugar de la tragedia a cooperar, a costa de cualquier sacrificio, sin escatimar esfuerzos, ni horas de trabajo, sin comodidades, solo con el deseo de paliar en lo posible la angustia de los que han perdido a seres queridos, sus hogares, el dolor de ver todo destruido, el hambre y las enfermedades, la violencia y el caos.

En oración nos unimos a ellos, bendecimos a cada persona, nos convocamos de todas las naciones y regiones del mundo, en amor, como creaciones de Dios compartimos un vínculo que suplanta todos los contrastes, vemos que las tradiciones, las costumbres, los idiomas y las religiones se unen para crear una bella y armonioso relación.

Rogamos porque se mantenga ese espíritu hasta la total recuperación, que llega con efectividad a todos los lugares y podamos ver en un futuro no muy lejano de nuevo la paz y tranquilidad, la sonrisa de los niños, hogares reconstruidos, el trabajo y la reconciliación entre todas las esferas de la sociedad.

Madrid,
21 de enero de 2010

19 enero 2010

SE VENDE GUION PARA PELÍCULA DE TERROR

Sinopsis:

En una isla paradisíaca en medio del caribe, donde todo es tan perfecto, que no se necesita de muchos periódicos, ya que las noticias solo resaltan todo lo hermoso de sus paisajes, la belleza de sus mujeres, la bondad de sus gobernantes y sus logros en todas las esferas, por lo que se mantienen en el poder por más de 50 años, no se necesitan elecciones, es el país mejor alimentado del mundo, constituye una potencia médica, muy solidario, es capaz de enviar centenares de médicos y toneladas de medicamentos a cualquier país necesitado.

Allí todos sus ciudadanos son felices.

Ocurre algo inesperado.- Periodistas indiscretos divulgan al mundo la noticia que en un hospital psiquiátrico de la capital de la república, que siempre se ha citado como modelo, han fallecido un número indeterminado de pacientes, unos dicen que 18, otros que 26.

La prensa oficial hace silencio, el “Manda más” no se atreve a escribir una reflexión sobre el hecho.

En el drama se puede observar una demente que trata de escapar, aparece muerta colgando de las cercas protectoras del recinto.

A pesar que se ha anunciado la llegada de un frente frío, con temperaturas muy bajas, en varias salas, donde permanecen ingresados un sin número de pacientes no existen sábanas, mantas ni ropa adecuada para cubrir los endebles cuerpos, tampoco la alimentación requerida.

Con la bajada de los termómetros, se escuchan los gritos y quejidos en pedido de auxilio. Están tan débiles que no pueden salir de sus cubículos.

El director no aparece, los médicos y las enfermeras de guardia, parecen no existir.

Uno a uno van muriendo por la hipotermia, retorcidos, con rostros espectrales, ojos muy abiertos en una súplica que nadie escuchó.

El escándalo es colosal, al día siguiente se envía un camión cargada de mantas, abrigos y todo lo necesario, pero ya es tarde, las víctimas no pueden resucitar.

En reuniones secretas se trata de buscar como otras veces “Un chivo expiatorio.” Alguien tiene que pagar por esta desidia.

La noticia corre de boca en boca por todo el archipiélago, aunque nadie se atreve a protestar públicamente, sin embargo, se teme que hechos semejantes se repitan en otros centros hospitalarios y principalmente en las cárceles.

Los interesados en el guión para hacer la película, se les recomienda buscar imágenes de los campos de concentración nazis.

Madrid,
18 de enero de 2010

17 enero 2010

LA TRAGEDIA DE HAITÍ

Desde el martes pasado la noticia ocupa los primeros planos de la prensa mundial, Haití esa pequeña nación caribeña, unida por tierra con la república dominicana, azotada por varios huracanes, ahora sufre el terremoto más devastador de su historia, de 7 grados. Según un profesor de geofísica británico el seísmo ha sido 35 veces más destructor de la bomba atómica arrojada sobre la ciudad de Hiroshima en Japón.

Se calcula que un tercio de su población ha sido afectada y que el número de fallecidos supera los 50,000, más lo que aún se encuentran desaparecidos.

Este pequeño país de América en que se considera que el 80 % de su población de 9 millones de habitantes, vive en la pobreza, con casi un 48 % de analfabetos, miles de enfermos de sida y otras dolencias producidas por la insalubridad y la mala alimentación, la falta de recursos financieros, una infraestructura económica que les permita salir del subdesarrollo.

La ayuda de las naciones llega con lentitud a la capital, Puerto Príncipe, dada las condiciones de la pista de aterrizaje, la torre de control sigue inoperante, El caos reina por doquier, los gritos de los atrapados entre los escombros no cesa, los heridos en plena calle reclaman auxilio. Dolor, hambre, desesperación, sufrimiento supremo por la pérdida de muchos de sus seres más queridos, la destrucción de su pobres hogares, la miseria una vez más se enseñorea de esta nación que un día fue ejemplo para el mundo libre, el primer país de la zona en abolir la esclavitud en el año 1794 y la segunda nación del continente americano en independizarse del yugo francés en 1804.

La corrupción de los malos gobiernos desde entonces, con seguidas dictaduras ha sumido al país en la miseria y la anarquía. En la actualidad tenía cierta estabilidad, después de la intervención de Las Naciones Unidas y el arribo al poder de René Preval, pero la naturaleza se ha cebado en esta pequeña nación, considerada una de las más pobres del mundo.

Observando las dantescas imágenes que nos llegan desde el lugar del siniestro, nos sentimos profundamente conmovidos y pensamos:- La oscura noche es negra, la miseria es negra, la maldad es negra, como los malos sentimientos, todo lo negativo es negro, según las apreciaciones, vemos con consternación en las imágenes que todos los muertos tirados en las calles son negros, los heridos son negros. Sabemos que entre los fallecidos y desaparecidos los hay de otros colores y razas, pero la mayoría pertenece a estos pobres infelices, los más desposeídos, los de peores condiciones de vida, los hogares más precarios, los que han sufrido por siglos la discriminación y los abusos de poder de las continuadas dictaduras.

Ahora la sensibilidad mundial pide apoyo para paliar en algo tanto sufrimiento y desolación, muchas artistas han dado su aporte, organizaciones humanitarias, los gobiernos de varios países, incluyendo a España, se han habilitado teléfonos para recabar fondos, todo es poco frente a la magnitud del desastre.

Como cubana admiro a la delegación de médicos y personal de la salud de mi país que sé que están aportando su mayor esfuerzo en muy difíciles condiciones, con un gran sentido de humanismo y la solidaridad que siempre los ha caracterizado.

Ante este drama, elevamos una oración por los víctimas fatales, y por los que aún viven, porque la solidaridad se multiplique entre los seres humanos, hasta con el más pequeño donativo, todo es poco para lograr la reconstrucción de todo lo destruido y que algún día los pobres de esa tierra puedan volver a sonreír y saber que en el corazón de
Millones de personas, sentimos su dolor y deseamos la más pronta recuperación.

Madrid, 15 de enero de 2010

15 enero 2010

VEN JESUS

Ven Señor Jesús a librarme
Del odio y el rencor.

Ven a poner amor, misericordia
Y paz.

Ven a traer concordia y justicia,
Para que se acaben las guerras.

Ven con tu gracia a poner clemencia
Entre los hombres.

Ven a quitarnos las ofensas, el temor
Y la opresión.

Ven a limpiarnos de pecado y maldad,
Para que tengamos ternura y piedad.

Ven a curar nuestras heridas, calmar el
Dolor, a sanar enfermedades.

Ven a dar pan a los hambrientos, liberación
A los oprimidos.

Ven a llevarte la ambición, la arrogancia y
La soberbia.

Ven a morar para siempre con los humildes
De corazón.

Ven con tu luz a iluminar la senda de nuestras
Vidas.

Ven a juntar tu rebaño, venga tu reino, Príncipe
De paz, hijo bendito de Dios.


Iglesia Metodista “San Juan”

Santiago de Cuba,
28 de marzo de l999

PROCOPIO PROFETA

Estampa santiaguera

Este excéntrico y singular personaje se pasea por las calles más céntricas de la ciudad y los parques más importantes, como son el Céspedes, la Plaza de Dolores, el parque de La Libertad, Serrano y la Placita de los Mártires de Santo Tomas y Trinidad. También es asiduo a tomarse un café en La Isabelica o en la cafetería de San Félix y Enramadas, que son sus sitios preferidos.

¿Quién no conoce a Procopio? Es negro como el carbón, pero sus facciones son más finas que cualquier emigrante de la península ibérica. Invariablemente viste su alta y delgada figura con un descolorido saco de casimir marrón oscuro y corbata de seda, cubre su cabeza con un sombrero tan antiguo, que nadie conoce su procedencia. Usa gafas con la armadura de oro redondos de alta graduación, sus modales son extremadamente finos, siempre lleva un libro debajo del brazo.

En esta ocasión está sentado en la hilera de bancos de la calle Corona, a un costado de la Iglesia de San Francisco. Le saludan unos jóvenes, para indagar un poco más sobre la historia de Cuba, que él se la sabe al dedillo, al decir del vulgo y a muchos les agrada escucharlo, además de sus relatos de otras épocas que él vivió, narraciones del machadato, que aunque era muy pequeño, han corrido de boca en boca hasta el día de hoy, de los tiempos de la dictadura de Batista y de lo que está ocurriendo en el presente y sus antecedentes.

Sobre todo tiene fama de profeta, pues según se dice ha pronosticado muchos hechos que después han ocurrido invariablemente. El modesto les dice:-No es que yo sea un gran vidente, ni nada, no creo saber tanto como el Profesor Ramsés Al nacer el parasicólogo de Miami y que dejé atrás las profecías de Antonio María Claret, no, es que he leído mucho y tengo también experiencia por los años que he vivido ¿Comprenden?

Ahora se entretiene leyendo un voluminoso libro, los jóvenes le preguntan.- ¿Qué lees Procopio?- El les responde:- Este es uno de los tres tomos de la vida de Nerón y es del siglo antes pasado, está comido por la polilla, pero se puede leer.

Ellos siguen insistiendo- ¿Qué nos cuentas?

-Bueno, que el Período Especial va a lo largo, con Fidel y sin Fidel todo va a seguir de mal en peor.

-Procopio ¿Es verdad lo que dice Tito el cojo, que tú pronosticaste desde principios de 1959 que esto era comunismo y que muchos te tildaron de loco?

-Mira para todos partes, para observar si hay alguien indiscreto cercano que los pueda delatar, ya que están a pocos pasos de la estación de la policía de Corona y San Jerónimo, conocida por El Palacete de Beija. Hace una pausa y prosigue:-

-Cierto, pero el tiempo me dio la razón, también en aquella época alerté a muchos, les decía:- ¿Ustedes ven esas tiendas de Enramadas llenas de mercancías? Pues aprovechen y compren todo lo que puedan, pronto no habrá nada, ni en las tiendas de víveres jamás comerán jamón, ni el bacalao que ahora viene de Escocia, todas las latas de los escaparates van a desaparecer, junto con el Mercado Vidal de Enramadas y Barnada y la Plaza de Mercado de Padre Pico y todos los comercios que están a su alrededor incluyendo el restauran Pacifico y el Orense, todos esos hoteles pequeños, hasta la tienda por departamentos El Machetazo, La Vía Blanca y todas las demás. La mueblería Barrios, se convertirá en una estación de policía, las mejores tiendas de ropa y quincalla de la calle Corona ,como los grandes almacenes Bigelman, almacenes Dau serán destruidas y convertidas en casas insalubres y otras en improvisadas oficinas, El bar de la esquina de Enramadas y Corona llamado Happy Time Bar, será otra oficina y ya no podrán venir los marines yankis a recrearse allí .Quedaran dos o tres ferreterías que no venderán casi nada, La Dolores será un restauran, la Marcé y Castany,una florería y el Champagne, eso que ustedes ven ahora, La Isabelica”.

Y prosigue con los recuerdos de sus acertadas predicciones:- Llegará un día en que el dólar valdrá cientos de pesos cubano y al que lo cojan con uno, lo meterán en la cárcel, acusado de tráfico de divisas.¡Mira que se lo dije a María, la saguera, pero no me hizo caso y si no pone pies en polvorosa y se va no se sabe por donde del país, la encierran un montón de años. Eso fue al principio de los 90, después rectificaron el error y lo despenalizaron.

Les dije a muchos y nunca lo creyeron hasta que no lo vieron con sus propios ojos, que la Zona de Tolerancia de Barracones iba a desaparecer, me porfiaban que eso no podía ser.

-¡Y las chicas qué se hicieron?

-Pues trataron de educarlas, las mandaron a pasar cursos, a trabajar en comercios como dependientas y otras labores, la mayoría era semi analfabetas. ¿Ustedes no han escuchado un chiste por ahí… de una de estas mujeres que se enfermó con una gripe muy fuerte, fue al médico y al examinarla le preguntó:- ¿Usted esputa? Ella le respondió apenada.- Yo era, pero ahora soy de la Federación de Mujeres Cubanas.

- Prosigue:- Vi lo que venía, ahora les dicen “Jineteras” están regadas por todas partes, principalmente en los céntricos parques y en los hoteles para el turismo extranjero, buscan “Pepes” a quien sacarle los dólares.

En ese momento llega Tito el cojo y se suma a la amena charla con sus aportes recogidos de antemano de Procopio.

-Te lo juro por los restos de mi madre y se da un beso juntando el dedo gordo con el índice.

-Yo también pensaba que estaba loco compay, pero todo lo que dijo era verdad.

-Entre el grupo sale Betico.- Es cierto compa, me acuerdo cuando pronosticó. Que la relambía de Milady pronto la íbamos a ver con una barriga y así fue. No hace mucho tiempo que dijo;- ¡Ustedes ven a Yamila, esa negrita pelá, pues rápido estará viajando por varios países europeos y vendrá con pelo y tan elegante que nadie la va a conocer.

-¡Mira si es verdad! Corrobora Tito. –Se metió a “Jinetera” y se ha encontrado más de un “Pepe” y ha viajado a España, Alemania y ahora anda por Italia. Hasta la casona vieja , que se estaba cayendo de Santo Tomás la está fabricando de placa, para todos los negros que dejó atrás.

-Continúa Tito:- Me acuerdo cuando dijiste que todos los blancos cocotuós y las “señoras” con la nariz levantada, que escupían por el colmillo del aristocrático reparto Vista Alegre abandonarían sus casas y se irían del país y que esas serían para los “Chericanes” del gobierno o las convertirían en oficinas o restaurantes, otras se caerían a pedazos.

Hace un además de levantarse, los jóvenes lo rodean. L e hacen una invitación a comerse un dulce o un refresco a la Dulcería “La Diana”, sin que antes les diga algo

Que todos quisieran saber y que les preocupa mucho:-

-Dinos, compay ¿Cuándo se cae este sistema?

-El se quita el sombrero y se rasca la cabeza, los mira fijo:- Miren me han hecho una pregunta y yo le voy a hacer otra a ustedes, quien la adivine se gana el premio de los 64 000 dólares. ¿Lo saben ustedes? –Pues yo tampoco.

Santiago de Cuba,
26 de abril de 2002

13 enero 2010

EL CASO SOSA

Relatos de amor y de guerra

Capítulo XXIII

Continuaban los asaltos, sabotajes y hasta ataque a inofensivos militares, como cocineros del Cuartel Moncada y otro tipo de servicios, con el objetivo de despojarlos del arma que portaban.

Esta vez la misión era quitarle su arma de reglamento a un militar, de unos 40 años de edad, vecino de la carretera de Cuabitas, muy próximo a un crucero del ferrocarril, de apellido Sosa.

Se presentaron en su domicilio, tarde en la noche, mi hermano Nino, Margarita, que era su novia y dos jóvenes. Como ella era del barrio, vivía el jardín “La Georgina” con una tía y varios primos, era conocida de vista del mencionado militar.

Esta se presento y tocó a la puerta, Sosa separó con cuidado una hoja, al reconocerla, abrió por completo. No le dio tiempo a preguntar qué deseaba a esas horas, detrás de ella los jóvenes lo encañonaron y solicitaron que les entregara su arma.

La madre del militar, que padecía demencia senil, al observar que a su hijo lo estaban amenazando unos sujetos armados, comenzó a dar gritos de auxilio, lo cual llamó la atención de los transeúntes y vecinos.

Margarita, que era la que dirigía la acción, los conminó a retirarse lo más rápido posible, ella conocía el lugar y por donde escapar, ya que seguro que el militar daría el aviso y al momento se llenaría la zona de microondas. Dos de los jóvenes le entregaron las armas y comenzaron a correr por los jardines circundantes, no conocían el terreno y fueron a parar precisamente debajo del puente elevado que separa la ciudad de Santiago de Cuba, de Altos de Quintero. Allí había una posta permanente, para evitar que se le hiciera un sabotaje y lo derribaran, obstruyendo también el paso del tren que cruzaba por debajo.

Inmediatamente fueron detenidos, llegó la policía, se dice que fueron torturados, para que revelaran quién tenía las armas. Uno de ellos en su agonía declaró que se las habían dado a una trigueñita de un jardín. Era cuanto sabían de ella.

Vecinos aledaños, al escuchar gritos y amenazas, permanecían dentro de sus casas, pero con el oído atento a todo lo se decía, esto fueron lo que al otro día propagaron la noticia.

Al amanecer siguiente, aparecieron los dos cadáveres tirados a los lados de los jardines, acribillados a balazos.

La policía se dio a la tarea muy temprano de visitar jardín por jardín en busca de “La trigueñita” la única que encontraron con esas señas fue una joven del jardín “El Lirio”, la detuvieron y se la llevaron para el Cuartel Moncada. Se dice que estuvo allí, hasta el 1 de enero de 1959.

Al parecer Sosa no reveló su verdadera identidad, de hacerlo, sabía que estaba condenado a muerte y prefirió callar.

Margarita y mi hermano, huyeron por todos los matorrales aledaños a la Universidad de Oriente, brincaron cercas, hasta la lechería “Las Cuabas” de Pancho Iglesias, allí pidió refugio, ya que era sumamente peligroso cruzar la carretera ha esas horas. Muy temprano llegaron a nuestra casa de Quintero. Ella no podía volver a donde vivía su familia, ya estaba descubierta. Tampoco permanecer allí, por las investigaciones que realizarían si Sosa comunicaba lo acontecido y podían sospechar donde se encontraba.

Permanecieron escondidos en la casa de la familia Céspedes, del Reparto Sueño, hasta que pudieron incorporarse a la Columna 9 comandado por Hubert Matos, ella, en el campamento San Pool, destinado a las mujeres, en las inmediaciones de La Gran Piedra. donde permaneció como guerrillera, hasta el 1 de enero de 1959.

Mi hermano en distintos puntos de avanzada. La huída de Fulgencio Batista lo sorprendió en el Campamento La Redondita, por la carretera de Siboney, muy próximo a la ciudad de Santiago de Cuba.


Madrid,
1 de diciembre de 2009

LA DULZURA DEL HOGAR

¡Qué sensación de bienestar y seguridad,
es cuando nuestros pasos nos hacen llegar
al tibio hogar, encontrar amor y comprensión

No puede haber lugar en el mundo en que hallar
alivio al cuerpo y el espíritu como en ese
recinto sagrado que es el dulce hogar.

Allí donde podemos depositar nuestras cuitas,
sueños y anhelos, el que siempre nos espera
para brindarnos el apoyo necesario en los
momentos de prueba.

Es la amable compañía en cada objeto que
guardamos, lo logrado, el lecho que nos acoge
para poder entregarnos al descanso, al sueño,
después de una jornada de agotador trabajo,
o un largo viaje.

Es tener quien nos reciba con una amable sonrisa
y nos desee lo mejor a la hora de la salida,
tener un hogar es de Dios una gran bendición.


Madrid,
3 de noviembre de 2009

12 enero 2010

INMOLACIÓN

Relatos de amor y de guerra

Capítulo XVII

El silencio de la noche se rompió bruscamente, desde la altura en que vivíamos en el kilómetro 5 1/5 de la carretera central, se escuchaban los ruidos de la ciudad, la música, las explosiones de bombas y los tiros, que asolaban a diario la urbe santiaguera.

En esta ocasión se podía percibir con claridad, que el intenso tiroteo procedía de la carretera de Cuabitas (Hoy Patricio Lubumba) muy cerca de donde habíamos vivido parte de nuestra niñez y adolescencia.

¿Qué estaría pasando? No lo podíamos saber. ¿Quién se hubiese atrevido a acercarse a lo que sin dudas era un combate entre las fuerzas del ejército de Batista y un grupo de revolucionarios?

Por lógica, opinamos que debía ser entre algunos de los muchos combatientes, que operaban a diario por toda esa zona, realizando sabotajes, para mellar la moral de los soldados de la dictadura.

Continuaba el tiroteo y las ráfagas de ametralladoras, se percibió claramente el rodar de tanques. Nos dijimos:- La cosa es en grande, cuando hasta han sacado los tanques a la calle.

¿Qué habrá pasado? Nos seguíamos preguntando cada vez más acongojados, sin poder acostarnos, pendientes de todos los ruidos, como tratando de adivinar lo que estaba sucediendo.

La desigual ofensiva duró, más de una hora, poco a poco iban disminuyendo los tiros, por último, una ráfaga de ametralladora seguida, después silencio total.

¿A quién habrán matado?

Mil ideas cruzaban por nuestras mentes:- Debe ser alguien conocido, por ahí, casi todos eran nuestros vecinos, amigos, compañeros de escuela…

¡Qué angustia por no poder conocer la realidad de los hechos!

Al día siguiente muy temprano supimos lo ocurrido.

Nuestro antiguo vecino, condiscípulo desde la primaria y también compañero de lucha, había muerto. Era Eugenio Nogués, más conocido por Cuchi, hermano de la Cucha, la Nena y el Nene, así se apodaban los hermanos Nogués. Principalmente y por ser más o menos de la misma edad, mi amiga era la Cucha, la Nena era mayor.

¡Qué golpe tan sensible! Habíamos perdido a uno de nuestro más aguerrido compañero.

Como siempre que ocurría un suceso de esa índole, no se permitía que los familiares lo velaran y dieran cristiana sepultura, ellos se encargaban de trasladar el cadáver hasta el necrocomio y de enterrarlo en una fosa común.

Quisimos acercarnos a su casa, para expresarle nuestras condolencias a la familia, no fue posible, toda la manzana estaba tomada militarmente.

Por los vecinos más cercanos, supimos todo lo que en realidad había acontecido. Se dijo que Nogués había convocado a una reunión a los miembros de su célula, Todos se encontraban en la amplia sala de la casa, de madera marchimbrada, pintada de verde claro. Al parecer, fue una delación, ya que se aparecieron cuando todos estaban congregados, Al percatarse Eugenio de lo que iba a suceder, mandó a toda su familia (Hasta su madre anciana) y a sus compañeros con una orden estricta: -Debían dispersarse por la parte trasera de la casa y saltar a los patios contiguos y así salvar sus vidas, algunos quisieron oponerse, él con un arma en la mano, de las varias que había en la morada, los hizo salir en forma imperativa, ya los militares habían comenzado a disparar indiscriminadamente todo el frente. Nogués también repostó el ataque moviéndose continuamente a todo lo ancho y largo, para hacer parecer que eran muchos los que combatían, mientras los demás escapaban.

La soldadesca al suponer que eran numerosos, pidió refuerzos, por lo que desde el Cuartel Moncada mandaron los tanques, armados hasta los dientes, los que al llegar arreciaron la ofensiva.

Nuestro mártir luchó hasta la última bala, ya cuando los agresores se dieron cuenta, que no había sobrevivientes o que se les habían acabado las municiones, violentaron la puerta y ya dentro del recinto, lo ultimaron.

Al ver que estaba solo, registraron toda la casa, no había nadie, todos lograron dispersarse, pero… Uno de ellos tal vez no fue tan ligero y no le dio tiempo a correr por la calle paralela del Reparto Santa Rosa y perderse de vista antes que tomaran toda la manzana. Saltó un alto muro y fue dar a la nave de Guillermo Maceira, que era donde se depositaba la leche de su vaquería nombrada “Guaninicún” y lavaban los embases, después de vendida por las mañanas. Miró por una pequeña rendija y pudo observar que ya los soldados corrían por toda la cuadra Volvió a brincar otro muro y logró caer en otro patio. Lo único que podía salvarlo era un enorme árbol que estaba en el terreno de la Escuela número 41, (de la que todos habíamos sido alumnos) Se trepó ágilmente hasta lo más alto y copioso. Como había una profunda oscuridad, los esbirros, que registraron casa por casa, abrieron puertas a la fuerza, pasaron por debajo en innumerables ocasiones, no percatándose de su presencia, él estaba hecho un ovillo y se supone que aterrado.

Por la mañana cuando los conserjes abrieron la escuela, pudo bajar de su improvisado refugio y salir sigilosamente y así salvar su vida.


De mis recuerdos.

Madrid,
19 de noviembre de 2009

ENTRE PENUMBRAS

Se ensombrece mi alma,

se llena de inquietud

ante lo incierto del

futuro.

¿Hasta cuando seré una

piedra que rueda por no

encontrar lugar seguro?

Busco la paz y el sosiego,

no la encuentro a través

del camino que transito,

La tranquilidad y seguridad

que me faltan.

¡Dame Dios lo que necesito

para que no muera en mí la fe

en la soledad y el olvido!


Madrid,
20 de diciembre de 2009

11 enero 2010

LA FIESTA DEL COMITÉ

Estampa santiaguera

Este hecho ocurrió hace algunos años un 27 de septiembre, víspera de la fiesta de los Comité de Defensa de la Revolución, que se celebra en cada cuadra, en la parte más alta de la calle Planta, cercano al Reparto Mármol , entre los repartos de Mariana de la Torre y Altamira.

Como ya es una costumbre, se planta en la acera un caldero tiznado entre varias piedras, se recogen tablas y palos y se prende la candela, los más entusiasta cooperan con el ejecutivo, además de aportar 10.00 pesos y los menos 5.00 pesos, para la compra de bebidas, refrescos y dulces para los niños, con viandas y especias, para que la caldosa quede mejor. En las carnicerías sitúan para esa fecha huesos de cerdo o costillas de res y en los mercaditos calabaza y plátanos burro, portando un papel los dirigentes a nivel municipal, se recoge.

Ya anocheciendo, se les encomendó el cuidado del caldero y de atizar la leña con frecuencia para que no se apagara a Peruchín y Pitifeo. Como ambos eran alcohólicos habituales, mientras con una larga cuchara de madera revolvían la caldosa de vez en cuando, también empinaban el codo con una botella de chispa e tren.

A las 9.00 de la noche ya estaban ebrios. Loe demás cederistas se encargaban de adornar la calle con cadenetas hechas de portadas de revistas a color y en las esquinas pencas de coco, sacado las banderas del 26 de julio y frente a la mesa nuestra enseña nacional.

Los niños corrían alegres de un lado para otro, esperando la hora en que se repartieran los dulces, caramelos y refrescos.

En un tejado cercano varios gatos maullaban lastimosamente, se disputaban los favores de una hermosa gata, se fajaban y chillaban. Dos veces hubo que tapar el caldero con un improvisado cartón, ya que de la disputa entre los felinos se desprendían cantidad de pelos, pero había que destaparlo, sino se desbordaba y amenazaba con apagar el fuego.

Aproximadamente a las 12.00 de la noche, salió la membresía del comité, se sentaron a la mesa y pidieron a los concurrentes que se acercaran, para poder escuchar el comunicado de la organización a nivel provincial, cantar el himno nacional y gritar consignas revolucionarias.
Después de celebrado el acto de rigor,

Una de las cederistas más hábiles en eso de partir el cake y repartir equitativamente los comestibles ya situados en la mesa, con la ayuda de otra fue llenando las cajistas con pastelitos, bocaditos, dulce y refrescos en vasos de cartón, primero para los más pequeños que ávidos esperaban sentados en las puertas y bordillos de la acera.

Después se les dijo a los concurrentes que llevaran platos y jarros, para servirles la caldosa, que por cierto olía bien y muchos se les hacían la boca agua al pensar en saborearla.

Ya unos cuantos estaban tomando la caliente y espesa caldosa, cuando uno de los comensales se sacó de la boca algo raro. Exclamó con gesto asqueado ¡Qué es esto? Al instante otros también se sacaban pelos de la boca.

Pitifeo y Peruchín ya totalmente embriagados se habían tirado a la larga en un corredor a dormir la juma. Vino Juan, el presidente del comité y metió el cucharón hasta el fondo del mugriento caldero, para encontrarse con algo grueso, que no era vianda, ni los pedacitos de carne extraídos de las costillas y los huesos. Volvió a introducir el cucharón y sacó por el medio a uno de los felinos, que en un descuido de los borrachos en la disputa que sostenía con otros, cayó del techo, precisamente dentro del caldero.

Ya se podrán imaginar la escena, muchos vomitando, los que aún no la habían probado salían asqueados, la música se apagó y la fiesta se acabó, no como la de los monos, ni la del Guatao, sino con grandes deseos de linchar a los dos sujetos que habían echado a perder la fiesta.

Santiago de Cuba,
24 de abril de 2002

DESPUES DE 20 AÑOS.

La vida nos ha puesto frente a frente,
Después de tantos años,
Para recordarme que me hiciste mucho daño.

Como ayer, hoy te aborrezco con
Todas las fuerzas de mi corazón
Y lamento profundamente el fatal día
En que te conocí y amé con devoción.

Ese día creí haber alcanzado la meta
Que tanto busque, con el transcurso del tiempo,
Comprobé que me equivoque.

Ni aunque vinieses arrastrado de rodillas
Pidiéndome perdón, lograrías de mí
Una mirada de compasión.

Fue mucha la traición y la vileza
Que me hiciste padecer, por eso
No quiero nada que me recuerde tu ser.

Te he borrado de mi pensamiento
Y de mi corazón, como lo escrito
Con tiza en un pizarrón.

Ya nada queda de aquella historia,
El tiempo se encargó de convertirla
en escoria.

No creo en tu arrepentimiento,
Pues en ti nunca hubo sentimiento.

Por fatuo y engreído me perdiste,
Fue tan grande tu perfidia,
Que dejaste mi ser herido.

Cuando te creías dueño del mundo
Y todo te sonreía, mataste mi ilusión y
Mi alegría

Un día me dijiste que lo que más te dolía
De una mujer, era su desprecio,
Hoy paso junto a ti, ni te miro, ni te aprecio.

Siento asco de pensar que un día
Besé tu boca y pienso que tal vez estaba loca.

Hoy soy quien soy, segura de mí misma
Y ni siquiera mi sombra te doy.

Donde no podrás hallar ni paz, ni seguridad,
Pues en mí jamás encontrarás
La ansiada y perdida felicidad.

Santiago de Cuba
18 Abril 2000

07 enero 2010

UNA BROMA DE MAL GUSTO

Relato

Si Honorato de Balzac viviera, podía volver a escribir “Las Ilusiones Perdidas”, pero con un tema diferente, algo conmovedor en las circunstancias actuales que vive nuestro país, de escasez, miseria, pérdida de valores, ansias de poseer cosas imposibles, donde los sueños e ilusiones son quimeras inalcanzables para la inmensa mayoría de la población, que vive prácticamente de milagro, sin esperanzas de un futuro mejor, sumidos en la incertidumbre de vivir bajo los dictámenes de la más feroz dictadura que jamás padeció esta nación. Inmersa en desigualdades insalvables, entre la corrupción, el temor a ese poder omnímodo, capaz de aplastar a todo el que se le oponga, donde la vida de un ser humano puede depender del capricho o la rabieta de un tirano despótico y cruel, que no acepta consejos, ni concede perdón.

Frente a estas realidades ¿Qué experimentaría en lo más profundo de su corazón una persona sumida en la más negra de las miserias, que de pronto viera entre sus manos un billete con la cifra: - One millón de dólares? Con las cifras en número, fecha de expedición, bastante actualizada, firma autorizada y todo lo que lleva cualquier denominación de esa poderosa moneda.

Una emoción muy grande, miles de pensamientos de lo se puede hacer con una cantidad semejante y jamás soñada.

María miró a su alrededor:- una casa llena de miseria, despintada, con la urgente necesidad de una reparación. Los pocos muebles muy viejos, algunos ya rotos, las paredes que fueron blancas de un color grisáceo, con moho de la humedad producida por las goteras procedentes del techo en muy mal estado. Las puertas sin cortinas dejaban ver el interior de las dos habitaciones, donde convivían hacinados hijos, nietos, biznietos, sobrinos y animales domésticos.

La vida en el humilde hogar era un reto cada día en que había que gestionar de cualquier forma la supervivencia. Cada uno de los miembros de la familia salía a ver qué y de qué modo lo conseguía. No era fácil, dada las difíciles circunstancias actuales.

Pavel con un amigo iba a una granja avícola a muchos kilómetros de la ciudad, con buena suerte lograban conseguir varios cartones de huevos, si en el transporte en que viajaban no hacía un registro la policía en los puntos de vigilancia o se encontraban con un inspector en el trayecto por la ciudad hasta llegar a su morada, se podía decir que habían tenido un buen día.

Katiuska había salido temprano a “marcar” en una shopping donde supo que iban a vender productos rebajados, Aunque la tildaran de “Merolica” ella se las iba a agenciar para ser una de las primeras, comprar y luego revender, así podría obtener alguna ganancia y “Resolver” el día.

Yurisney, una de las más jóvenes y atractiva, desplegaría todo su arte y coquetería, para sacarle partido a su esbelta figura de color bronceado, la larga e implantada cola de caballo entretejido, la falda corta y el provocador jersey, dejando ver parte de sus túrgidos senos. Iría a la caza de un turista extranjero, no era la primera vez y aunque ya había tenido varios encuentros con la policía, que ronda el Parque Céspedes y los más conocidos hoteles, los cuales la amenazaban que si no desistía de la práctica del oficio más antiguo del mundo, la llevarían a un juicio y de allí a la granja “La Jinetera”, en las inmediaciones de la carretera de Mar Verde, donde las reclusas recibían un trato cruel y degradante, obligadas a trabajar como esclavas, para según el criterio de las autoridades “Reeducarlas”

Había dejado los estudios de preuniversitario, pues opinaba que de estudiar una carrera, le pagarían un salario miserable, inferior a lo que ella se podía ganar en una noche de fiestas, orgías, bebidas y buena comida. Al día siguiente podía ir a una shopping y comprar artículos que nunca sus padres les iban poder dar. A pesar de las recriminaciones de su abuela y las charlas moralistas, que según ella, estaban pasadas de moda. ¡Eso era en tus tiempos!

A María se le salían las lágrimas, pero, ¿Qué hacer? En realidad no podía satisfacer las necesidades de la joven.

Irina no había tenido suerte en la vida, según expresaba, fracasó más de una vez en su intento de ser feliz y encontrar un hombre decente y trabajador, que le ofreciera aunque fuera lo necesario de cada día, tenía dos hijos sin padres, no le quedaba más remedio que trabajar en lo que encontrara, su escaso nivel de escolaridad no le permitía aspirar a algo que no fuera lavar, planchar, limpieza de casas o cualquier otra labor que no se necesitara emplear el intelecto. En la actualidad se había encontrado un trabajo en una casa de alquiler para extranjeros, se trabajaba duro, pero le pagaban bien, aunque la empleadora era muy exigente y había que tenerlo todo que brillara, ni una gota de agua en el piso, ni la más pequeña tela de araña colgando de una pared y sobre todo:- Poca confianza con los huéspedes y mucho menos atreverse a pedirle algo, aunque algunos eran generosos y siempre le dejaban sus propinas a escondida de la rígida señora, por su simpatía y atenciones.

Cristian “El mala cabeza” no le gustaba trabajar honradamente y siempre estaba metido en líos con la policía, ahora estaba en espera de un juicio por u n presunto robo con fuerza. Todavía se le notaban los hematomas por la cara de los golpes recibidos por no querer confesar y denunciar a sus cómplices.

Aniuska vivía de lo que los demás le daban, era enfermiza, casi siempre tenía un ataque de asma y además su único hijo también le había nacido enfermo.

El viejo Vicente, aunque jubilado continuaba tratando de buscarse la vida haciendo cualquier trabajo de carpintería, albañilería, plomero, pintura…

María había lavado y planchado tanto en su vida, que con 60 años padecía una artrosis severa. No obstante hacía Las principales labores de la casa y cuidaba de varios nietos y biznietos. Aunque los nuevos núcleos familiares se cocinaban aparte. ¡Qué odisea! Tener que esperar por la única hornilla eléctrica. La olla arrocera o la multipropósito por turnos. No era una tarea fácil, Las discusiones, las quejas y lamentos por tener una sola libreta de racionamiento y por lo tanto no poder optar por más de un artículo por núcleo, la capacidad del pequeño refrigerador, para tantos moradores…

Con este conmovedor panorama, María se veía con un billete en sus manos de un millón de dólares.

¡Qué suerte! Es una bendición del cielo, el pago a una vida llena de sufrimientos y sacrificios. Pero… ¿Cómo María obtuvo este fabuloso premio?

Cuenta a sus más íntimos familiares y amigos con mucho temor y con el billete metido en un nylon transparente, para protegerlo, que un día fue a la tienda de ropa reciclada,, “El Trianón” de la calle Enramadas más conocida por “Trapichoping” y compró un abrigo, al llegar a su hogar, le revisó los bolsillos, allí oculto en lo más profundo de uno de ellos se encontró el billete doblado en varias partes. ¡Jamás había visto uno igual!

Con mucho recelo y cuidado indagó con una amiga si lo podía cambiar en un banco de la localidad, allí le dijeron que de una denominación tan alta, solo era posible en los Estados Unidos.

Se dice que fue hasta La Habana con el fin de hacer la gestión de cambio y le dijeron lo mismo.

Hizo un comentario con una vecina de mayor nivel escolar que ella y toda su familia, esta asombrada y maravillada le comentó a su vez, con lo que ella consideraba de una inteligencia superior y además con mucha experiencia por haber viajado más de una vez al extranjero, ser una persona de sobrada seriedad.

Cuando se lo contó por teléfono, esta no pudo dormir esa noche ¡Un millón de dólares!
Mil ideas le pasaron por la cabeza.

Al día siguiente había tomado una decisión.-Hablaría con la dueña de la inmensa fortuna y se ofrecería a viajar a Estados Unidos, cambiar el billete si le daba el diez por ciento. ¿Quién mejor que ella? Poseía una doble nacionalidad y podía salir y entrar con facilidad a cualquier país.

Dándole vueltas y más vueltas a la idea, pensó: - Debido a las nuevas tecnologías del mundo moderno, podía cambiar el billete, solicitar a un banco previo depósito, una tarjeta y así podría traer la elevada suma en una tarjeta de crédito, pues de pensar en una pérdida o robo no tendría valor para enfrentarse a esta pobre familia que había depositado su confianza en ella. Digo si María estaba de acuerdo en que fuera ella quien le realizara la operación.

A su vez Esperanza se hizo muchas ilusiones, se conformaba con el diez por ciento, con esa suma era suficiente para poder ayudar a su familia y hacer obras filantrópicas, como a ella le gustaba. Se había hecho el propósito de ser lo más honrada posible, por nada del mundo le cogería un centavo de más y trataría que la operación se efectuara en el menor tiempo posible. Para ello debía actualizar ambos pasaportes, lograr que alguna persona le hiciera una invitación por un tercer país, pues para Estados Unidos no era fácil en los momentos actuales logar una visa temporal, aún para ciudadanos residentes en Cuba con otra nacionalidad. Según pudo informarse el requisito era similar a u n ciudadano cubano, se debía pedir por un familiar en Estados Unidos una cita por teléfono, para después ir a una entrevista y ya los turnos andaban por el 2008, por lo tanto debía viajar a España y de allá a la otra nación y viceversa.

Todos estos trámites eran costosos, pero valía la pena si al final podía disponer de $100.000 dólares.

En sus sueños se veía efectuando un periplo por las principales ciudades españolas, las que siempre anheló conocer, hasta tomaría un avión y visitaría Las Palmas de Gran Canaria, donde había nacido su padre, abuelos y tíos.

Al regresar sería generosa con toda la familia y amigos necesitados, le compraría una casa a su sobrina que vivía agregada y sufría mucho, a los demás le daría una buena suma, para resolver sus más perentorias necesidades, además de traerles una buena maleta cargada de regalos a cada uno, no se olvidaría de los más pobres, ni de sus hermanos de la iglesia a la que además daría un espléndido diezmo.

¡Qué sueños tan lindos!

Al día siguiente aún sin poder creer que fuera cierto lo del billete y su alta denominación, se presentó en casa de María, le pidió que le mostrara el billete. Esta lo sacó de su escondite y se lo enseñó. En efecto, era un billete de un millón de dólares.

Le hizo la propuesta, no sin antes hacerle saber que ni ella ni su parentela podía obtener una visa para ese país, que ella podía hacerlo con la promesa y la seguridad de que no se quedaría en ningún estado, ni le cogería su dinero, que para ella sería anatema, si la traicionaba.

La noble María estuvo de acuerdo, por lo que Esperanza le dijo que en breve comenzaría a tramitar los documentos necesarios para el viaje, que representaba un gasto, pero que valía la pena.

Esa noche Esperanza tampoco pudo dormir, pensando como se haría para sacar del país semejante billete, Debería tomar las más grandes estrategias y precauciones, pues de ser detectada, lo más seguro era que las autoridades se apropiaran de él.

En la larga noche le vino una idea a la mente:- ¿No será falso? Eso sí sería fatal, había que comprobarlo, pues de salir del país y presentarse en un banco podía ser detenida y acusada. ¡Qué horror! El sueño se podía volver una pesadilla.

Temprano fue de nuevo a casa de María, le contó su preocupación. Ella volvió a mostrarle el billete. Lo revisó minuciosamente por todas partes, tenia las firmas y al parecer todos los requisitos exigidos, pero… al ponerlo contra la luz no se le veía la raya de seguridad, ni tampoco la cara del patriota que tiene todos los billetes, hasta los un dólar.

Al expresarle que le parecía falso, a María por poco le da un infarto, solamente murmuró:- ¡Qué jarro de agua fría me ha caído encima!

Sin duda, había sido una broma de mal gusto.

Ya me lo figuraba, decía Esperanza con tristeza, debería ser un excéntrico o un loco, regalar un millón de pesos con tanta facilidad…

Para ambas el castillo de naipes de sus respectivas ilusiones se había venido estrepitosamente abajo.

Nada, que la felicidad en casa del pobre dura poco.

(Escrito en la media noche del día 2 de noviembre de 2006 en Santiago de Cuba, por:

Haydée Beatriz Rodríguez Rodríguez.

UN CUBANO EN MADRID

Estampa

Desde los primeros meses de 1959 comenzaron muchos cubanos a emigrar hacía España, “La Madre Patria”, de donde proceden los progenitores de más del 80% de ellos.

Buscaban un espacio de libertad, otros como trampolín para más tarde trasladarse a Estados Unidos y otras naciones.

En la actualidad este fenómeno no ha cesado, se valen de muchos medios, los más afortunados se acogen a la nacionalidad de uno de sus padres, otros mediante matrimonios, artistas, deportistas y otros viajeros desertan y se lanzan en el primer aeropuerto que les sea posible. Así la cifra se calcula hoy en unos 40,000 mil, diseminados por toda la península ibérica y sus islas.

Nuestro personaje, no se quiso quedar atrás, tenía la ciudadanía heredada de su padre isleño de Las Palmas de Gran Canaria.

A pesar de sus más de siete décadas de vida, se lanzó a la aventura con mucho optimismo. ¡Yo soy una bárbaro! ¡Yo hago lo que sea! ¡No le tengo miedo a nada!

Así llegó un frío día del mes de diciembre.

La solidaridad humana vale mucho, no faltaron compatriotas y familiares que lo llevaran a conocer lo más típico de Madrid: La Plaza del Sol, con su oso y el madroño, La Plaza Mayor, la Plaza de Cibeles, La Puerta de Alcalá, La Plaza de España, El Parque de El Retiro, demás parques y avenidas, El Museo del jamón,
los antiguos edificios tan bien conservados, todo le causaba admiración.

¡Qué maravilla! Exclamaba lleno de asombro al ver las numerosas cafeterías y restaurantes a todas horas colmadas de público y…! A pedir de boca! Los ojos se le salían de las órbitas al ver tantas tiendas y joyerías ¿Cuántas cosas que hacía mucho tiempo que no veía?

Esos fueron los primeros días, ahora debía enfrentarse a la nueva vida solo, los amigos y familiares tenían sus propias ocupaciones.

Una mañana se vio dentro de un metro, tenia un mapa con todas las indicaciones, pero no pudo evitar sentir pánico, se sobrepuso y escuchaba con atención la voz que indicaba cada parada y hasta la correspondencia con otras líneas. Cuando oyó la que le tocaba, salió de prisa a abrir la puerta, tan rápido que introdujo una mano en el lugar inadecuado y se le quedó trabada. ¡Qué apuro! Sudaba copiosamente, no salía por mucho esfuerzo que hacía, casi se desmaya, personas caritativas le echaban fresco, paró el metro y vino el auxilio necesario, nuestro compatriota juró no meter jamás la mano donde no le incumbe. La lección fue muy severa.

Tuvo otros percances, pero de menor cuantía, como pedir una comida, según la carta y toparse con algo extraño y desconocido, al cruzar una calle sin semáforo pararse y hacerle señas al chofer que continuara, hasta que un día uno molesto le gritó:- ¡jiripollas!

Al preguntar qué significaba y porque se lo decía, supo que las calles señalizada para peatones, los autos le ceden el paso.

Poco a poco nuestro “Héroe” iba aprendiendo, pero lo que le sucedió hace unos días, no tiene nombre en la historia. Hacía mucho frío y se puso además de una licra, tres pantalones, iba presuroso para su recién estrenado empleo y tomo un autobús, que a esa hora de la mañana iba repleto. Estaba en medio del pasillo cuando su móvil comenzó a avisarle que alguien lo llamaba, Se metía la mano aquí… allá… y el celular seguía sonando y no aparecía, se bajó el primer pantalón, nada, el segundo, nada, el tercero, ante la mirada asombrada de los viajeros, hasta que alguien le gritó.- ¡Oiga, lo tienes en el bolsillo de atrás! Abochornado se bajó en la primer parada que hizo el autobús, enredado entre los tres pantalones y ya no sonaba.

¡Qué desgracia coño, esto nunca me hubiese pasado en Cuba!


Madrid,
29 de diciembre de 2009

05 enero 2010

MI ABUELO (Cuento Corto)

“Corona de los viejos son
sus nietos, y la honra de
los hijos, sus padres.”

Proverbios 17: 6


¡Qué tarde más triste es esta que la lluvia cae incesante. Negros nubarrones cubren el cielo y un niño de cara morena, cabellos muy rizados y revueltos, de grandes ojos negros, llenos de añoranza, espera detrás de la puerta impaciente a su abuelo.

Por su mente infantil cruzan muchos pensamientos:- ¿Cómo no quererte abuelo, si sabes adivinar mis deseos y aunque otros te riñan, porque dicen que me consientes mucho, no les haces caso y siempre me complaces.

¡Ay mi madre! Sigue lloviendo sin parar y tengo un hambre… hoy mamá no fue a trabajar, dice que no se va a subir en un camión sin techo, tener que pagar un peso y mojarse. La escuché refunfuñando:- ¡Bah! ¡Qué descuenten el día, que me sancionen si les da la gana, pero con esta lluvia y con hambre yo no le trabajo a nadie!

No fui a la escuela, mi abuela me llevó al dentista del policlínico, me tapó con un nylon. Yo no quería, pero dice ella que hay que arreglarse los empastes, que a cada rato se me caen, me explica que eso que ponen, no sé, amalgama, no sirve, sí eso que parece un cemento, que ella tiene un empaste de cuando era joven y ese sí que era bueno.

Yo iba temblando, pero no lloré, porque dice mi papá que los hombres no lloran, pero… a la verdad que le tengo un miedo… cuando el dentista me pone esa máquina… me parece a esas grandes que rompen la calle y me quiero morir del susto. Mi abuela me sujeta, porque si no… salgo corriendo y no hay quien me coja, me desprerendo por la calle Heredia para abajo…

Expresa mi papá que yo tengo tantas caries, porque me quitaron la leche a los siete años y que los niños deben tomarla por lo menos hasta que le salgan todos los dientes y las muelas también.

El día que mi abuelo la fue a buscar a la bodega y le dijeron que ya no me tocaba por la libreta, que ya tenía siete años, mi abuelo lloró de rabia y dijo muchas cosas. Ahora cuando me voy para la escuela por las mañanas, él me hace un vaso de agua de azúcar y cuando se acaba… entonces… mi abuelo no sabe qué hacer, mi abuela peleando, que si se acabó… que se gasta mucho y que son 5 libras al mes y no se puede derrochar. ¡Qué manera de decir cosas! ¡Qué refunfuñona es!

El sale a la calle y siempre me trae algo, un batido de zapote, un turrón de coco, que sabe que me gustan mucho, aunque a veces no tiene ni un peso, que es lo que cuesta y me dice:- ¡Compay, hoy la cosa está mala, no hay dinero, voy a ver si “invento” algo por ahí.

Al poco rato viene aunque sea con un platanito maduro y si hay mangos se va a una finca de unos amigos, allá por El Caney, allí si hay bastantes, trae una jaba llenita de mangos de bizcochuelos, mamey, toledo y corazón, que son los que más le gustan a mi abuela. Por eso lo quiero tanto, aunque mi abuela no es mala, ni mis padres tampoco, pero esas chuchearías, como dice él, nadie me las trae. Mi mamá dice que no se puede gastar u n peso a cada rato en esas cosas y que todo vale por lo menos un peso, un turrón de maní… cualquier cosa, lo que haga más falta, lo que aparezca.

Mi papá no tiene trabajo, tampoco tiene dinero, hace bastante tiempo que se iba a pescar por las orillas de las playas, vendía algunas ensartas de lo que pescaba y con eso ayudaba en la casa, los más hermosos, los dejaba, mi abuela decía que si hubiera manteca, como antes del Período Especial, los podía freír. ¡Qué rico, pescado frito! Pero ahora no hay, que la media libra de aceite viene a la bodega de pascua a San Juan, no alcanza. Ahora salió una ley en los periódicos, que prohíben pescar, que el que lo cojan, le aplican una multa…

El niño continúa en la larga espera pensando:- Con tanta lluvia me da miedo que la casa se derrumbe, ya en otra ocasión se le cayó el techo de las habitaciones de atrás, por ahí no me dejan pasar, indica mi abuela que es peligroso, ahora llenaron el frente de la casa de palos por todas partes, dice mi abuelo que está “Apuntalada”, yo no sé qué quiere decir eso, pero que si llueve mucho o tiembla la tierra, se puede caer. ¡Ay mi madre! Los pelos se me ponen de punta. Han venido mucha gente con papeles, pero dice mi papá que nada resuelven, que cuando se caiga y mate a uno, tal vez nos den otra casa, pero yo no quiero la casa más linda del mundo si esta se cae y mata a mi abuelito o a cualquiera de los demás. ¡Solavaya! Como dice mi abuela cuando pasa una lechuza por la noche, que anuncia muerto y mi abuelo que no, que lo se comen los ratones y… ¡Como hay por aquí!

En este día no se ha cocinado en mi casa, por varios motivos:- no hay kerosén para encender la cocina, el arroz no ha llegado a la bodega y los frijoles que nos vendieron el día primero ya se acabaron, no hay grasa de ninguna clase y nadie aquí tiene dinero para ir a la plaza de mercado a comprar algo. Mi abuela siempre con que hay que ser conformes y tener resignación y además estar calladitos, para que los vecinos no se enteren que hoy no tenemos qué comer.

Mi papá salió así, lloviendo, aunque mamá no quería, tiene catarro y tose mucho por las noches. El va a ver si encuentra algo, un trabajo o lo que sea. ¡Qué le pasó? Nada, dijo en una asamblea en la empresa donde laboraba que allí todo lo que se hablaba era pura basura, que no se resolvía nada y lo botaron, ahora a donde quiera que vaya le dicen que no es idóneo. ¿Qué quiere decir eso? No sé, pero ni de C.V.P. lo quieren.

Sigue lloviendo y yo tengo un hambre… abuela lee la Biblia y a veces cierra los ojos, no sé; estará durmiendo u orando, se limpia los ojos ¿Estará llorando? Pobre mi abuela, ella dice que no está acostumbrada a esta miseria, que antes no era así, cuando vivíamos en otra casa, la que se quemó, que era un barrio mejor que este, que aquí hay mucha gente mal hablada y boqui sucia, que las casas están muy feas y sin pintura, con las calles con muchos huecos y llenas de basuras y si mi abuelo dice:- Y gracias que nos dieron esta casa, que si no, nos meten en un albergue o cuartería y sería peor, que mucho tuvo que caminar y ver a no sé cuanta gente, para que se la dieran, después que se fue el gallego, que era dueño y cuando se la quitaron, se largó del país

Yusnay y Yasnay, mis compañeritos de la escuela Me dijeron que este lugar era malo, que aquí vivían las mujeres… bueno…esas parecidas a las ”Jineteras”.Que las calles no estaban tan sucias y rotas y que había muchos comercios. A mi abuela no le gusta que mis amiguitos me cuenten esas cosas, porque todavía soy muy chiquito para saber esas historias

En una escampadita, mi mamá salió a la calle con un paquete en la mano, abuela le preguntó y le dijo que iba a ver si vendía un vestido, ella la regañó y le dijo:- ¡Te vas a quedar sin ropa! Pero ella no le hizo caso y se fue. ¡Qué bueno que lo vendiera! Seguro que algo íbamos a comer hoy. Al poco rato volvió corriendo y mojada, lamentándose que nadie tiene dinero y aunque a muchas les gusto, no tenían con qué comprarlo. ¡Qué vamos a hacer! Dijo mi abuela, pero el estómago me dio un salto ¡Qué hambre tengo!.

Mi abuela se lamenta que cuando llueve da más deseo de comer, que antes uno iba a las muchas panaderías que había, que por cinco centavos le daban un cartucho de galletas partidas o pan viejo y con eso se resolvía, pero ahora… nada de eso, ya no hay galletas ni pan viejo, no queda nada.

Mi abuelo antes de salir me dio un vaso con agua de azúcar y me dijo sonriente ¡Tómate este té de gallo, para que te sostengas. ¿Qué quiere decir eso de té de gallo? Pues que yo sepa eso sabe a dulce y no a gallo.

¡Quién tuviera un gallo o una gallina en un día como hoy! Abuela haría una sopa con las patas y el hígado, la molleja, el corazón y el pescuezo, porque ella dice que hay que ahorrar, con lo demás hace un día un fricasé, otro día arroz con pollo, digo gallo, pero total, más o menos sabe igual.

Mi abuela le riñó a mi abuelo:- ¡Jacinto, vas a acabar con el poco azúcar que nos queda para el mes! ¡Con qué voy a colar el café por las mañanas? Mi abuelo la interrumpe:-

¿De dónde sacaste café?-

-¡Nada viejo, ¿No viste que tosté un poco de chícharos?

-¡Bah! Mi abuela todo lo confunde, dice que se le olvidan las cosas y ahora que el chícharo es café.

¡Ay mi madre! ¿Por qué no escampará? Mi abuelo no viene y yo se que algo me va a traer, yo lo sé, mi abuelo “inventa” cualquier cosa con tal de no venir a la casa con las manos vacías. Si al menos escampara, podía jugar un rato en la calle, aunque mamá no
Quiere que corra y retoce, porque dice que se me rompen los zapatos, que son los únicos que tengo y que no hay dólares para ir a las shopping y que en moneda nacional ya no venden nada.

Mi abuelo siempre hace cuentos e historias de cuando él era joven y las tiendas estaban llenas de comida y que había ropas y zapatos a patá ¿En qué tiempo sería eso? Que yo sepa, nunca he visto ni las tiendas, ni las bodegas y esa plaza de mercado como él me cuenta, ni los tranvías que por cinco centavos lo llevaban de un extremo a otro de la ciudad y que la gente siempre se ponía ropas y zapatos nuevos para las navidades y fin de año, aunque fuera pobre, que todo era muy barato, que él ganaba treinta pesos al mes y se ponía camisas de hilo y zapatos Ingelmo. ¿Qué zapatos serían esos? Yo vi una foto de mi abuelo cuando era joven y no se parece en nada a este de ahora. ¡Pobre mi abuelo! ¡Qué viejito está! Dice que cuando se acabe el Período Especial y haya bastante comida él va a volver a engordar, pero…joven… ¡Qué va!

¿Dónde se habrá metido mi abuelito? ¿Se estará mojando? ¿Y si se enferma y se me muere como el abuelo de Pedrito? ¡Ay no! Mi abuelito no se puede morir, si hay que orar como lo hace mi abuela a Dios, yo lo hago, pero… mi abuelito… Al niño se le ensombrece el rostro y sacude la cabeza, como para alejar tan mal augurio.

¡Niño! ¿No piensas venir a bañarte?, llama la abuela desde el interior de la casa. ¡Ten cuidado y no tropieces con esos trastos! Ya no sé qué voy a poner con tantas goteras, ahorita llueve más adentro que afuera. Sobre los muebles, las camas, el piso hay numerosos cacharros, que tratan de recoger el agua que se filtra por todo el cielo raso, ya bastante deteriorado y con mucha humedad, al igual que las paredes de cuje y tierra, que parecen no aguantar más.

¡Oye eso1 Mi abuela llama bañarse a echarse agua arriba sin jabón. ¿De dónde habrá sacado eso, que uno se puede bañar sin jabón? Un día me regañó porque le dije que le iba a pedir a Anabel, la niña de la esquina, que su papá trabaja en una shopping y su mamá en una corporación de esas que hay a montones por Vista Alegre y en su casa siempre hay jabón y… ¡Qué olor tan rico! Muchas cosas más que en la mía no hay nunca, pero mi abuela me dijo que tuviera vergüenza, que se debía tener dignidad ¿Y por qué ellos tienen tantas cosas y nosotros no? Yo no entiendo, su papá no va al trabajo en camiones como mi mamá, todos los días viene en un auto lindo, rojo y nuevo y la mamá cuando salen a pasear se pone ropas y zapatos que nunca les he visto ala mía, ellos tienen muchos juguetes, un televisor grande, y otros más pequeños en las habitaciones, grabadoras, radios y muchas cosas más. Mi abuelo dice que soy muy pequeño para entender esas cosas, pero lo que sé que tienen dólares para comprar dulces en “La Corona” y nosotros no. ¿Por qué? Mi abuelo me cuenta que antes no era así, que con lo que ganaba le servía para comprar en todas partes y se me hace la boca agua cuando me relata que en el TenCent de Enramadas, había muchas vidrieras llenas de toda clase de dulces y caramelos, galletitas y que en esa época los niños creían en los Reyes Magos y que cada 6 de enero le dejaban debajo de la cama juguetes, si le hacía una cartita pidiéndoselos. ¡Como no volvieran esos tiempos! Así yo tendría juguetes, porque yo me porto bien, no digo malas palabras, ni le falto el respeto a mis mayores, como me enseña mi abuela.

Me dice mi abuelo un día:- Michel, cierra los ojos y vas a ver a Enramadas en los tiempos de antes en navidad y yo cerré los ojos y no vi nada más que oscuridad, mi abuelito me decía bajito:- Mira las tiendas llenas de guirnaldas de brillantes colores, campanas y estrellitas rojas, azules, doradas… escucha los villancicos de una punta a otra de la calle Enramadas, mira el parque Serrano, como hay juguetes, los arbolitos de navidad en las vidrieras de las tiendas, mira a Santa Claus vestido de rojo y su barba blanquita como la nieve y muchas personas en la calle cargadas de paquetes. Pensé:- ¡Qué lindo ¡ Pero por mi madre que no vi nada, solo oscuridad.
-¡Michel ven! Lo llama la madre una y otra vez, él sigue con la mirada perdida en la oscura calle, la abuela va a sus encuentro.: - Ven mi hijito, para que comas algo, Juanita la vecina me dio por la ventana del patio un jarro de sopa. ¡Ven mi vida! Para que comas. El niño no quiere moverse de la puerta y exclama:- No, hasta que no venga mi abuelo no como, no quiero nada.

-Pero mi niño debes tener mucha hambre, mira la hora que es, son casi las 8:00 de la noche.

-Abuela, dime:- ¿Qué le habrá pasado a mi abuelito? No hay repuesta, ella también está preocupada. Sale la madre del niño y también mira a todo lo largo de la calle aún lluviosa.¿Dónde estará papá?

La abuela viene con el plato de sopa y trata de que el niño coma. ¡Mira mi amor! Si supieras los trabajos que pasó Juanita para poder comprar estas patas de pollo, hizo una cola la mañana entera en el avicentro de Corona y Santa Rosa, bajo el agua, y hasta se formó tremenda bronca con los coleros de siempre, que quieren tener el primer lugar y comprarlo todo, para luego salir a revenderlo, tuvo que intervenir hasta la policía, para tratar de organizar la cola, que las mujeres gritaban:- ¡Tenemos hambre! Por fin ella pudo lograr que le vendieran un kilogramo de patas, ya las demás cosas se habían acabado.

-¡Mira mi hijito, qué rica está esta sopa! Tiene plátanos fongos, yuca y calabaza, como te gusta a ti. El niño se echa a llorar. -¿Dónde estará mi abuelito, dime?

La madre y la abuela están nerviosas y angustiadas por la prolongada ausencia del anciano en un día como ese, él nunca se demora tanto. Mientras el niño murmura:- A mi abuelito le ha pasado algo malo, él me dijo que si escampaba me iba a llevar a la loma del Intendente, que a mí me gusta mucho, porque veo la bahía, los barcos que entran y salen, los que están atracados en el muelle… las montañas donde mi abuelo estuvo alzado con los rebeldes cuando la guerra contra Batista.

-¡Por tu madre Michel, no anuncies desgracias, que ya bastante tenemos!

Ya tarde en la noche, nadie se ha acostado, ansiosamente miran a la calle esperando al anciano. A lo lejos ven a Ofelia la presidenta del Comité de Defensa de la cuadra. –

¡Rosa! ¡Mariela! Jacinto está preso en el Palacete de Beija (Estación de la policía de la calle Corona y San Jerónimo)

Ambas mujeres salen a su encuentro, Michel detrás temblando de frío y del susto.

¡Ay Señor! ¿Qué le pasó? Por las mentes de ambas pasan veloces las ideas. ¿Será que habló algo de más y lo cogió la Seguridad del Estado? ¡Ay mi madre! ¡Eso es lo único que nos faltaba! Tal vez hasta se lo llevan para la policía política de Versalles y hasta lo metan en una celda tapiada y después a juicio por contrarrevolución y de allí a la cárcel. ¡Qué desgracia!

- Michel lloroso se pega a la madre y a la abuela. Exclamando: ¡Mi abuelito! ¡Yo quiero verlo! Nadie a podido convencerlo que se quede con la vecina. El triste trío camina de prisa por las oscuras calles llenas de huecos y de agua, una lluvia fina cae salpicando los rostros trémulos de ansiedad. Se dirigen a la Estación de l a policía. Ya están pisando el amplio corredor sostenido por gruesas columnas, se dirigen al policía de guardia que se encuentra en la carpeta. El local está lleno de una masa heterogénea, principalmente de jóvenes, algunos esposados, otros entran a empujones al salón. Se comenta que son ladrones, carteristas sorprendidos in fraganti, otros proceden de una reyerta tumultuaria en plena vía pública. Algunas mujeres discuten, vociferan acaloradamente, desgreñadas, se ofenden mutuamente, hasta que un oficial las manda a callar amenazadoramente.

-¿Dónde estará Jacinto? Lo buscan con mirada anhelante. Allá en un banco de un rincón está cabizbajo y triste el anciano. Ellos van a su encuentro. ¿Qué te pasó? Pronuncian al unísono.

-Nada, que estaba por los alrededores de la plaza del mercado de Padre Pico y me encontré “Un socio” y nos pusimos a vender limones a ver si nos ganábamos algo y de pronto nos sorprendió un operativo de la policía, de esos que caen de golpe y porrazo y no nos dio tiempo a desaparecer la mercancía, se paró el carro de patrulla y todos se lanzaron al mismo tiempo, cogieron a todos los que estaban en plena acera vendiendo algo y cargaron con nosotros, nos quitaron los limones, nos registraron y hasta el poco dinero de lo que habíamos vendido, pues dicen que tenemos que vender dentro de la plaza en una tarima y pagar impuestos y tener patente y todo lo demás. ¡Figúrate! Pagar todo eso por vender un ciento de limones, que fuimos a buscar lejísimos, pagar el transporte, caminar bastante y mojarnos hasta más no poder. Ahora esperar, nos van a imponer una multa, no sabemos de cuanto. ¿Con qué la voy a pagar? ¿Con qué? El anciano lleno de consternación se aprieta las sienes con ambas manos, como derrumbado. El niño lo abraza cariñoso, mientras murmura muy bajo a su oído:- Abuelito, no te dejaron ni un peso para que me compres un turrón de coco?


Santiago de Cuba,
15 de octubre de 1996

MI HISTORIA Y TÚ

Irremediablemente estás en mí
historia, aunque pretendas borrarla.

¿Como olvidar la noches vividas de
dulce insomnio?

¿Esos sueños compartidos y las
realidades de cada día?

Inútil será que quieras ignorar los
buenos y malos momentos.

Nadie me podrá suplir, por mucho
que se lo proponga.

Estás en mi historia, nadie se atreverá
a negarlo.

Si te ha pesado conocerme, lo siento,
no puedes dar marcha atrás.

Estás en mi historia, aunque al mundo
creas poder hacerlo ignorar.

Quisiera lograr olvidarlo, pero es
imposible.- Estás en mi historia.

Con letras esculpidas en piedra, pasarás
por los siglos de los siglos en mi historia


Madrid,
28 de octubre de 2008

04 enero 2010

Madre en Cinco Letras

Decir madre es pronunciar en cinco letras
Un mundo de amor, sacrificios, dolores
Y abnegación.

Decir madre es expresar ternura, cariño,
Dulzura de miel.

Decir madre es enunciar el más desinteresado
Y puro de los amores.

Decir madres es formular el amor en la forma
Más sublime y poderosa que existe.

¿Quién sería capaz de frenar su fuerza
Descomunal y poderosa?

¿Quién puede controlar a una madre cuando ve
A un hijo en peligro?

Decir madre es hablar de María, Mariana, Leonor,
Rosario y tantas madres que ofrendaron al mundo
Lo mejor de su ser.- Sus hijos.

El fruto magnífico de sus vientres, convertidos en
Antorchas que guían a los hombres en pos de un
Mundo mejor.

Es luchar porque impere la justicia, la verdad y
La plena libertad.

Decir madre es manifestar la más hermosa de las
Palabras si sabemos honrarla y respetarla todos
Los días de su vida.


Cuando somos ejemplo vivo de dedicación y
Devoción, y al unísono la amamos a ella y
A nuestra patria, por ser ella la más excelsa
De las madres.


Santiago de Cuba,
10 de mayo de l981

ERROR DE CÁLCULO

Estampa santiaguera

Conocí a Yamisel, una linda mulatita, de ojos rasgados y cuerpo escultural de unos 16 años de edad.

Alguien le dijo que yo sabía llenar muy bien las planillas que se deben presentar en Inmigración y Extranjería, ya que pensaba viajar al extranjero.

Se apareció en mi casa una tarde, estaba apurada, debía presentarlas al día siguiente.

Saqué mi vieja, pero eficiente máquina de escribir Óptima alemana de los años 60,
mientras le pedía datos para el llenado de las planillas, ella como es proverbial en el cubano me contaba “Su vida y milagros”.

Supe que vivía en una habitación de una casa multifamiliar de altos, en la calle Heredia (residencias que fueron de huéspedes, hoy convertidas en cuarterías) con sus padres y hermanos.

Con un mohín gracioso y rostro siempre sonriente detallaba como había conocido a un español “de casualidad” cuando se encontraba cerca del Hotel Melía Santiago con unos amigos y este los invitó a la cafetería, después se fueron a bailar, “Simpatizaron” por la mañana la llevó a su casa en un turistaxi. Que fue muy atento. ¡Como le regaló cosas! Todos los días la llevaba a un shopping. Que aunque la policía la hostigaba, él le llevó con un papel de Inmigración, que debe pagar, para que no la molestaran más a una casa de alquiler y allí pasó unos días ¡maravillosos!

Se fue a despedirlo a La Habana, conoció los mejores hoteles y playas, el “tipo” estaba podrió en fulas.

Le prometió regresar muy pronto. Cumplió su palabra y en menos de un mes volvió para casarse.

No era que le gustase mucho, pero…¿Dónde iba a encontrar algo mejor? Extrajo una foto de la cartera. Exclamé:- No está mal y es bastante joven, digo al parecer.

Si, me respondió ella, tiene 40 años, pero se conserva muy bien, en todos los sentidos, lo dijo con su inseparable y pícara sonrisa.

-Nos vamos a vivir en su casa de la playa de Benidor.

¡ Muchacha! Esa es una playa de lujo, de las mejores de España , ¡Que suerte haz tenido! Volví a expresar.

Salió tan agradecida por mi eficiente servicio, que me invitó a su boda, primero en la Consultaría Jurídica Internacional y después en la Iglesia de Santa Lucía. El brindis sería también en el Hotel Melía Santiago, por todo lo alto, para eso le había traído elegantes y muy modernos vestidos y zapatos, para ella y su familia más allegados.

Me disculpé, no podría ir a tan fastuosa ceremonia, no contaba a mi parecer con el vestuario adecuado a la misma., además suponía que los invitados no estaban acorde con mi forma de ser y actuar.

Pasaron unos meses, un día caminando por la calle Heredia, me encontré con la amiga que la había llevado a mi casa. A modo de saludo me dijo:- ¡Oye! ¡Ve a ver a Yamisel, vino de España con su bebé recién nacido!

Por curiosidad, quise conocer al niño, subí las desvencijadas escaleras de madera y preguntando, di con la habitación de la familia.

Allí me recibió la joven, tan sonriente como siempre, el pequeño dormía plácidamente en un bello coche. Al observarlo me di cuenta de lo sucedido, era negrito, de ordinarias facciones y con los cabellos rizados.

Por cortesía le dije:- ¡Qué hermoso es! Mientras… mil ideas pasaban por mi cabeza.¿Como es posible? No lo puedo creer. ¿Un español y una mulata adelantada dar eso?.

Sin preámbulos me contó que Sebastián, estaba como loco con la idea de ser padre, que le había adornado una habitación con todo el lujo posible y muchos juguetes, que hasta le pagó un pasaje a su madre para que la asistiera a la hora del alumbramiento, pero que al nacer y verlo, sin pérdida de tiempo, le recogió sus cosas, le sacó un pasaje a ambas y las montó en un avión de regreso a su ciudad natal, con la advertencia, que jamás quería saber de su vida.

Yo conmovida expresé:- ¡Criatura! ¿Qué te pasó?

-Nada tía, mi negro no me perdía ni pie ni pisada, yo no pensé, no previne lo que me iba a suceder, calcule mal, fallé el tiro . Con un guiño malicioso concluyó:- ¡Ya vendrá otro!

Santiago de Cuba,
20 de febrero de 2005

03 enero 2010

LOS APUROS DE LUPERCIO

Estampa santiaguera.

Hacía ocho meses que se había acogido a la jubilación, a pesar de sentirse físicamente apto para el trabajo, se sentía tan hastiado de la constante propaganda política, los trabajos voluntarios, las guardias obreras, los mítines relámpagos, las charlas de los que él llamaba “los prodri’os” estos siempre a favor de “concienciar a las masas” la excesiva vigilancia de los dirigentes, lo mantenían a la expectativa y no se atrevía ni a abrir la boca, por temor de expresar algo que lo pudiese comprometer y Lupercio era una persona muy medida y nunca quiso hacerse de problemas ni en el trabajo ni en la cuadra, donde acataba dócilmente cuanta orientación se diera por parte de las organizaciones políticas y de masas como le llaman a los Comités de Defensa de la Revolución y que seguramente tenían en sus manos la historia personal de cada miembro. Era tan inofensivo, que al parecer nadie sospechaba lo que llevaba por dentro, aunque en el interior de su casa y procurando no ser escuchado “explotaba” como le decía su esposa cuando lo veía llegar rojo de ira y descargar su mal humor.

Por estas razones ella misma le aconsejó que se jubilara, ya tenía suficiente edad y años de servicios, antes de que en una reprimida rabieta le diera un infarto o un derrame cerebral.
En los primeros meses Lupercio pareció sentirse aliviado, ya que era libre de pensar y actuar sin que nadie lo estuviera vigilando, podía levantarse y acostarse a la hora que le diera la gana, el reloj despertador no sería una tortura más, pero…con el transcurso del tiempo se dio cuenta que las necesidades en el hogar aumentaban, todo era más difícil de lo que él se había imaginado, ahora la entradas de dinero se habían reducido a la mitad y se quejaba que por lo menos en la unidad del INIT (Instituto Nacional de Industria y Turismo) donde laboró más de 30 años tenía su seguro el almuerzo, la merienda y algo que siempre se le pegaba. Comenzaban las dificultades, la cuota mensual de la llamada “Canasta Básica” no alcanzaba, ni el dinero que percibía por la chequera tampoco. Se aburría enormemente, al principio quiso hacer lo que por muchos años había postergado por falta de tiempo. También esos pequeños proyectos presentaban grandes dificultades, no habían tejas para reparar el techo, que ya presentaban muchas goteras, los azulejos de la cocina estaban en las ferreterías del área dólar, no tenía ni clavos, ni madera para arreglar algunas puertas y ventanas que se estaban deteriorando progresivamente, tampoco se podía pintar, otro sueño inalcanzable, cada lata de pintura costaba como él decía: - Una fortuna.

Después de haber limpiado el patio de escombros y basura, tratar de hacer algo para detener los estragos del tiempo y el abandono, se dio cuenta que ya nada más podía hacer. La televisión en un viejo Krim 218 y el casi inservible radio VEF lo aburrían enormemente y aumentaban su mal humor las repetidas mesas redondas, las tribunas abiertas, las que consideraban las mas grandes de las torturas psicológicas de los últimos tiempos. Ya ni jugar dominó en el corredor de la esquina le llamaba la atención, pues el viejo Agustín siempre quería entre juego y juego meter la charla política, aquello lo exasperaba al extremo, ya que le molestaba “ese fervor revolucionario” cuando se decía por el barrio que vino huyendo de Sagua de Tánamo por temor a que los rebeldes lo ahorcarán por chivato. Por eso esa mañana salió a respirar otro aire.
Caminó por toda la calle Enramadas, dobló Aguilera y observó los restaurantes del área dólar enclavados en la Plaza de Dolores. ¡Qué cosa tan grande, como esta parte ha cambiado! Antes aquí en esta esquina estaba la Peletería New York. Al lado del café Aguilera, frente a la farmacia Grimany, el café Nuviola, la ferretería Dolores, del otro lado el café El Champagne, la ferretería Marcé, allá la tienda de ropa La Habanera, la heladera de los Italianos, los Almacenes Inclán, al doblar la fonda que vendía la completa de arroz, fríjol colorado, picadillo de carne de res, plátanos maduros fritos y hasta ensalada por solo 15 o 20 céntimos. En frente estaba el hotel Flor de Cuba y la panadería al lado, mas arriba el mejor teatro de toda la provincia Oriente, el Aguilera, que se quemó en 1966 y estos sala’os no lo han podido hacer nunca más, con él se quemó el Subway y el Flamingo, uno en el sótano y el otro en la azotea y muchas cosas más. ¡Qué caray, nos cayó la desgracia. ¿Y ahora qué… uno con su mísero peso cubano no puede entrar a ninguna parte. ¡Mira pa’eso ¡ ¡Cómo había carritos por aquí vendiendo manzanas, uvas, melocotones y peras!¡Ay Señor! ¿No volveré a ver eso jamás? Su rostro se ensombrece por los recuerdos, camina despacio, casi arrastrando los pies cuando escucha: -

¡Lupercio! ¿Desde cuando no nos vemos, mi amigo?- Chago su ex compañero de trabajo lo saluda efusivamente. Se sientan en el parque y ambos comentan sobre la dura y difícil situación en voz baja, púes por allí abundan los policías que lo observan todo, rememora con nostalgia los tiempos pasados, la transformación de aquel evocador paraje y los años que trabajaron juntos en uno de los cafés del área.

Chago le pregunta: -¿A qué te dedicas? Lupercio le cuenta a grandes rasgos su situación actual y su amigo le comunica que él trabaja por cuenta propia y no le va mal.

¿Tienes patente?

¡No viejo! Eso es un embarque te cobran un ojo de la cara, no puedes hacer esto, lo otro… entre patente y los impuestos, los inspectores y los policías que siempre tienes detrás ¿Qué te queda? Yo trabajo por la izquierda ¿Sabes? Un día aquí, otro allá…y siempre me busco algo extra.

Se para del banco y convida a Lupercio.- Mira, vamos conmigo, voy hacer un trabajito en una casa por aquí. Lupercio vacila. ¡Vamos chico!

Dos horas después ya han arreglado varias llaves de agua poniendo zapatillas inventadas de la lengüeta de un zapato viejo, o un pedazo de una llanta inservible, arreglar un enchufe y apretar un tornillo a una plancha eléctrica. Por ese trabajo la señora de la casa le ha pagado con tres monedas de 25 céntimos de dólar, que son aproximadamente unos 15 pesos cubanos.

Al salir Chago le regala una de las monedas, Lupercio no la quiere aceptar, pero Chago insiste, quedan de verse al día siguiente para hacer otros trabajos de pintar una cuna y coger unas goteras de un techo.

Nuestro personaje baja toda la calle Santo Tomás con la moneda en la mano, mientras piensa: -¿Qué hago con esto?, No me alcanza para nada, si fuera como antes serían 5,00 pesos, entraría en la dulcería La Corona y compraba dulces para todos los nietos y me sobraba, le llevaba a Mima plátanos fruta, que a ella le gustan mucho. Mira a través de los cristales y observa la variedad de dulces, pasteles, cake, refrescos, cervezas, pizzas, bocaditos, yogurt y vuelve a pensar: -¡Total! ¡Todo es en dólares! Con estos 25 centavos me voy a comer un panquecito que hace tiempo que no los pruebo. Empuja la puerta y el fresco del aire acondicionado lo hace sentir el confort de lo bueno y moderno, se acerca al mostrador y mira los precios ¡Qué cosa más grande! Una señorita 0,25 centavos, lo mismo un tarrito, los pasteles de hojas. ¡Ah! Me comeré un panqué, es lo más barato, 0,15 centavos, con el real que me sobra compraré plátanos fruta, por lo menos me dan tres.

Rememora otros tiempos en que un panqué tenía una masa suave que se deshacía en la boca y pasitas. Se decide y pide uno, ya que no puede tomarse un refresco de lata, cuestan más de 0,50 centavos, pregunta y no hay agua si no es Ciego Montero también en divisa. Toma el panqué y se sienta en una de las mesas, muchas ocupadas por extranjeros y cubanos con mayores posibilidades que él, tienen la mesa llenas de latas de cerveza Cristal y hasta botellas de ron. Se lleva el dulce a la boca,¡ Ahí mismo comienza la gran batalla! Se le ha pegado al cielo de la boca, la prótesis se le sale del lugar, el pobre Lupercio no sabe como salir del apuro, mira a todas partes. ¿Cómo sacarse el mazacote? ¡Imposible! Se encuentra pegado como si fuera un cemento, trata con la lengua de moverlo, no puede hacer nada, la lucha se entabla cómo desprender el mazacote que se encuentra adherido a la bóveda palatina. Si tuviera por lo menos un vaso de agua, tal vez se ablandaría, pero… ¿Cómo? Mira de nuevo ¿No habrá aquí baño? Por ninguna parte ve el anhelado letrero de Damas y Caballeros o en su lugar el dibujo de un hombre y una mujer.

Ya Lupercio ha enrojecido y no sabe qué hacer, por más que lo intenta el mazacote ni se mueve, mientras la prótesis se niega a volver a su lugar y hasta teme ahogarse, Sudando frío sale del local rápidamente mientras murmura mentalmente: -Algo tengo que hacer, si por lo menos conociera a alguien por aquí, pero… si no puedo ni hablar ¿De qué me valdría? Llega a la esquina y trata de arrimarse al poste de la luz, siente una pena tremenda el tener que meterse los dedos en la boca en plena calle, pero no le queda mas remedio, con inusitado valor mira para todas partes, introduce sus dedos y trata de sacar el hormigón digo, al mazacote, este sale con dificultad, pero con él se va la prótesis y es tanta la fuerza que hace que se le cae de las manos ¡Salación! Se le ha caído en el tragante que no tiene tapa. ¡Ahora si que me desgracie! Piensa atribulado el anciano. El tragante sin tapa, está desbordado de lodo líquido, latas, desperdicios, ratas y cucarachas. Murmura:- ¡Qué asco! ¡En la misma puerta de esta dulcería, que parece de luj!
Allí está su prótesis, la que tantos trabajos le costó, largo tiempo asistiendo a la Escuela de Estomatología, un día por que no había electricidad, otro que no había agua, la técnica no vino, falta el material. Al fin un buen día salió de allí con su prótesis nueva, después de más de dos años de incansable lucha, de ir cuanta veces lo citaban y siempre había un problema. ¿Ahora? ¿Qué diría su esposa María? Le parece escucharla:- ¡Qué tonto eres! ¡Mira que sacarse la prótesis frente a una cloaca!

¡ Imposible resignarse a perderla! Intenta recuperarla, se agacha y trata de hurgar entre los deshechos y la pestilencia y el perverso mazacote que se ha convertido en su más grave tormento.

Unos niños del barrio indagan al ver al anciano en lo afanoso de la búsqueda y se brindan a ayudarlo, buscan un pequeño trozo de palo y revuelven la masa pestilente a ver si encuentran el objeto perdido, escarban tanto que se va por la cloaca.

Ya con las esperanzas perdidas exclama:- ¡Qué mala hora en que me dio por comprar ese desgraciaó panqué ¡Carajo!


Santiago de Cuba
24 de julio de 2001