31 diciembre 2009

31 DE DICIEMBRE DE 2009



Hoy hacemos un recuento de lo que ha significado agregar un año más a nuestra vida, en las que han sucedido diversas pruebas, tal vez conflictos, problemas, también logros, nuevas metas a seguir en pos de alcanzar en el año venidero.

Hemos disfrutado de la bella navidad, los villancicos nos han llenado de una dulce esperanza: ¡Ha nacido el salvador del mundo! En el cielo ha aparecido un ángel con un mensaje de amor:

“¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!”

Este texto nos hace meditar: - En medio de la alegría, la abundancia, el confor de la vida moderna, también en los dolores, las penas, las carencias, la tristeza por la lejanía de lo que más amamos, -¿Somos capaces de dar gloria a nuestro Creador ¿ ¿De rogar por la paz del mundo? ¿Tener buena voluntad con nuestros semejantes? ¿Qué significado tienen estas fiestas? – Reunirnos con nuestras familias y amigos, pensar en vestirnos lo mejor posible, disfrutar de abundantes bebidas y buena comida, Adornar nuestras casas, calles y plazas con todo lo alegórico a esta festividad. Algunos viajar a conocer nuevos territorios u otras agradables opciones.

-¡Qué lugar ocupa Dios en todos estos festejos?¿Dedicamos unos minutos al día en ponernos en comunión con El para glorificarlo, para que nos haga de mejores sentimientos, despojados de la ira, el rencor, el odio, la envidia, la avaricia, la vanidad y tantos defectos que empobrecen nuestra alma? ¿Pedimos por la paz o por la guerra? ¿Tenemos un pensamiento de buena voluntad hacía nuestro prójimo? ¿Le damos un pequeño lugar a la compasión por los más desposeídos, pobres de espíritu, los enfermos, los que sufren detrás de las rejas de una prisión y elevamos al cielo una oración por ellos? ¿Educamos a los niños en estas sanas prácticas, para que aún sean mejores que nosotros? ¿Compartimos con nuestros análogos las bendiciones que a diario nos proporciona gratuitamente nuestro Dios, aunque sea una palabra de estímulo, una sonrisa?

Tenemos tanto que dar y apenas nos damos cuenta. ¡Qué bendición es ver la luz de cada día y poder exclamar con júbilo:- “Este es el día que hizo Jehová; ¡Nos gozaremos y alegraremos en El!” Salmo 118: 24

Deseo compartir con mis hermanos las afirmaciones al comenzar el nuevo año, centrados en la paz que nos proporciona la presencia constante de Dios en nuestras vidas, proporcionándonos serenidad y confianza en el futuro.

Conscientes de su guía, le damos la bienvenida a nuevos comienzos, revitalizando cada célula de nuestro cuerpo con la energía sanadora de Dios, le doy paso a mi mente a las ideas divinas para atraer el mayor bien hacía mí y mi seres queridos.

¡Con la eficaz ayuda de Dios, todo es posible!

¡El te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga misericordia; Dios alce sobre tu rostro y ponga en ti paz! –Números 6: 24 -26.
Son mis mejores deseos en 2010, para toda la humanidad, la paz, el amor y la plena libertad sea el colofón a conquistar en este nuevo año.

¡Así sea!

Madrid,
31 de diciembre de 2009

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