El invierno se acerca, me lo dicen,
la brisa fresca, los árboles que pierden
sus hojas, la dulce melancolía que me
invade en las noches de frío al añorar
el calor de la patria lejana.
Si bien aún el cielo es azul, vendrán los
días grises de lluvia y vientos, sentiré la
nostalgia de no ver el infinito firmamento
de mi país tropical, los campos de eterno
verdor.
Añoraré caminar por las calles, sentarme en
un parque, tomar con las manos una ola en
la playa o simplemente asomarme en mí
ventana a contemplar mi ciudad y sus
habitantes, las montañas cercanas y en una
noche estrellada soñar una vez más a la luz
de la luna.
Madrid,
3 de noviembre de 2009
06 diciembre 2009
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