16 diciembre 2009

TOMASA ROMPE GRUPO

Estampa santiaguera

El sindicato, la administración y demás factores políticos de la Empresa Consolidada de Asuntos sin importancias, con la sigla ECASI ha convocado a todos los trabajadores para una asamblea extraordinaria. Por su importancia se encuentran como invitados representantes del municipio y la provincia.

Se trata de analizar y darle solución a un grave problema que, según los últimos análisis realizados por los dirigentes del centro, está afectando objetiva y subjetivamente, el desarrollo de las actividades, la producción y la disciplina en general.

Todas estas personalidades se encuentran sentados en la mesa de la presidencia, en l a parte más alta del local, donde con frecuencia se celebran reuniones y otros eventos. Como está repleto, el aire acondicionado no es suficiente, para que los jefes no sufran calor, se han colocado dos ventiladores grandes, uno a cada lado de la mesa; por si acaso… no faltan algunos “Guatacones” dotados de pencas, para echar más fresco si fuera necesario. Tampoco se puede prescindir de la jarra de agua bien fría, ni la bandeja con u n termo de café, por supuesto, para los jefes.

Los trabajadores están expectantes e intrigados, unos a otros se preguntan en voz baja, con la mano puesta sobre la boca: - ¿Qué será? ¿ De qué se tratará? – Nadie lo sabe.

El director de la empresa, ajusta el micrófono, no sin antes dirigirse para donde se encuentra sentado el secretario general de la sección sindical:- ¡Oye, Pancho! ¿Ya pasaste lista para ver si no falta nadie?

-Ya jefe, están todos, los que han venido a trabajar hoy, pues Lidia llamó que tiene el hijo enfermo, Tatita que fue al médico, Euclides, que tenía que resolver un problema, dos más que no se han justificado, ya los llamaré a contar…los demás… ya lo ve…, ahí, para eso he convocado a esta asamblea una hora antes de la salida, porque si no… se me van casi todos.

-¡Bien, compañeros y compañeras! El motivo de esta reunión es para resolver el asunto que está afectando grandemente la productividad y la disciplina del centro. Se trata del problema de la compañera Tomasa, que como ustedes saben, se desempeña como auxiliar de limpieza de nuestra empresa, pero… debido a… ¡ejem! Bueno… ustedes saben… eso de…¡para terminar!, que por ese asunto la productividad y la disciplina del centro se están viendo seriamente afectadas. Es de todos conocido, que cuando entra a un departamento a realizar sus labores de limpieza, todo el mundo abandona el puesto de trabajo y la dejan sola. A la hora del almuerzo, si ella se encuentra sentada en una mesa, el comedor permanece vacío; los compañeros soportando estoicamente el ardiente sol o bajo la lluvia en la acera, aguardan la cola hasta que ella sale, lo cual ha traído como consecuencia que el horario de almuerzo se haya alterado y por tanto… se pierda parte de la jornada de trabajo. Dadas estas circunstancias tan especiales, nos vemos precisados a buscar una solución urgente. Damos la palabra a los demás factores aquí presentes:

-El secretario general del sindicato qué propone:

-Vaya, yo… eh… pediría que se le aplicara como sanción la separación definitiva del cargo.

Varios trabajadores levantan la mano.

¡Un momento, esto es con orden!

Unos apoya la medida, otros opinan que si la compañera no ha cometido ningún delito, esa medida es muy severa.

El jurídico de la empresa toma la palabra y aclara que no se puede aplicar esa sanción, que sería una violación, ya que la compañera Tomasa no ha sido sancionada anteriormente ,no tiene llegadas tarde, ni ausencias injustificadas ni siquiera aparece con una amonestación, en su expediente , participa en todas las tareas y actividades, que se tome otra medida, que si ella eleva este asunto al Consejo de Trabajo, la cosa se complica, ustedes saben que la compañera Aida, no es fácil, cuando se trata de defender a los trabajadores y más de una vez hemos perdido, cuando se ha querido imponer una sanción no acorde con los estatutos y demás reglamentos. A propósito ¿ Donde está la compañera Aida? Varios Contestan a la vez: De vacaciones.

Una persona mantiene su mano levantada todo el tiempo, pero no se le concede la palabra, hasta que ya cansada baja el brazo y se dirige a la mesa en voz alta: ¡Compañeros, si no se me permite hablar y dar mi opinión, abandono esta reunión!

Ante tal insistencia y no sin antes dirigirse a los demás miembros de la mesa, el director dice en voz baja:- Esta siempre pone mala la asamblea, ¡Tiene cada clase de conceptos!

-Hable Pura, pero trate de ser breve y objetiva,¡ por favor.!

Pura se para de su asiento se dirige a los presentes. – Mi preocupación es la siguiente: ¿Por qué se va a dejar sin trabajo a una compañera tan eficiente como Tomasa, quien tiene que mantener a dos hijos y a su madre inválida, por el problema que tiene? ¿No sería más correcto tomar otra medida más justa? Yo he conversado con ella , tratando de ayudarla y la infeliz me ha contado que con los 100.00, pesos que gana al mes, más lo se busca vendiendo turrones de coco por la noche, después que sale del trabajo y gracias a que su madre se pasa el día rallando cocos, jugándole la cabeza a la policía y a los inspectores, ni con eso puede gastarse un dólar con ochenta centavos, para comprarse un desodorante Rexona for men en las shopping, porque todo el mundo sabe que ya no los venden como antes a precios módicos y en moneda nacional por la libreta de Productos Industriales cada tres meses y que además , a nosotros no nos pagan con dólares, ni nos dan jabas de estímulo, como a los trabajadores de los centros priorizados o de las corporaciones ¿Verdad? ¿ no sería mejor ayudarla? Interrumpe el secretario general del sindicato: - ¿Ayudar como?- Pues bien, aclara Pura-podíamos hacer una ponina el día de cobro y así, con algo que de cada uno, podríamos comprar el dólar, se lo daríamos y ella tendría su desodorante y problema resuelto. ¿ no creen que es una solución más justa y humana?

Salta airado uno de la mesa:

¡Ustedes saben que nosotros no mandamos, solo orientamos, yo creo que eso sentaría un mal precedente, si hacemos una recogida de dinero para Tomasa, después vendrá Pitilli y querrá un talco desodorante para los pies, pues cuando se quita los popis… y a Domitila, que tiene su problema en la boca, habrá que comprarle cuando se le acabe el tubo de pasta dental Perla, que dan cada tres meses en la bodega, un Close –up o un Pepsodent, también en las shopping, que cuesta el primero un dólar con ochenta y cinco centavos y el segundo, dos dólares con cincuenta centavos. ¡Eso no puede ser!

-¿Ustedes no han valorado en trabajo de Tomasa? Recalca Pura sin poder contenerse.

-Le pagan como auxiliar de limpieza, pero la mandan al banco a depositar, le sirve de mensajera y hasta atiende la recepción cuando no hay nadie, le hace mandados a todo el mundo y todo por 100.00 pesos, además mantiene el centro muy limpio.

De nuevo se dirige el director a la mesa: -Se los dije, esta siempre trata de poner mala la cosa e ir a la contra en todo, creo que es una diversionista ideológica. ¡Ojos con ella!

Dos o tres de la mesa hablan a la vez, mientras entre los trabajadores presentes se escucha un gran murmullo.

Ya los ánimos están caldeados, el director pregunta. ¿Qué hacemos?

Es ahora que el vice-director de economía y servicios toma la palabra;

-Creo que la mejor solución, además que no la perjudicaría en nada, es un traslado para un puesto de igual remuneración, por ejemplo: tenemos una plaza vacante en la base de transporte del kilómetro ocho de la carretera de Mar Verde.

Muchas expresiones de alivio. Esa es la solución. Pura sigue levantado la mano, al ver que no le hacen caso, comienza a hablar: - ¡Eso es una injusticia! ¿ No han pensado el costo del transporte hacía esa base? Ella vive en lo último de Chicharrones, viene caminando todos los días por no gastarse 0.80 centavos en las guaguas.

De nuevo interviene el jurídico: - Mire compañera, allí laboran muchos trabajadores de esta empresa y todos buscan la forma de llegar, ya sea en la guagua de la playa… pidiendo botellas… pero llegan, que haga ella lo mismo.

Muchas voces tratan de dar su opinión, por lo que el compañero del sindicato propone llevar a votación, si se traslada a Tomasa para la base de transporte. Pero Pura les grita:- ¡Compañeros, esto es una violación, esta asamblea se está efectuando sin la presencia de la afectada!

La interrumpe de nuevo el jurídico: ¡Basta , compañera, ya usted ha tomado la palabra más de la cuenta! ¡Que se lleve a votación! ¡A ver, que levante la mano el que esté de acuerdo con que Tomasa sea trasladada. – Los que se abstienen, ninguno, los que están en contra, uno, la compañera Pura.

De nuevo el director dice en voz baja: - No se los dije, está en contra de todo, hay que analizarla.

¡Se ha terminado la asamblea!¡ A partir del día primero, la compañera Tomasa prestará sus servicios en la base de transporte de la carretera de Mar Verde y punto.!

Ya fuera del local continúan los comentarios: ¡Pobre Tomasa! Si no fuera por eso… es tan bonita, tiene la cara de una virgen, ¡Qué facciones tan finas! Su cuerpo, parece que lo hizo un escultor. Otros dicen : Es tan simpática, servicial y buena gente… ¡Qué pena! Siempre está contenta, riendo y cantando. Pura los escucha y replica con lágrimas en los ojos. Esto es un abuso. Ella tan infeliz, no es capaz pensar que le han clavado el puñal de la traición por la espalda, ni tan siquiera tuvieron el valor de esperar que ella tuviera presente, aprovecharon que pidió una licencia por quince días , por problemas personales, para hacerle esto.

Otro más medido le aconseja: - Mira, Pura, no te metas en ese asunto, te vas a buscar un problema, yo sé que esta gente y demás “Chericanes”, te tienen el ojo puesto. ¡Cuídate! Que lo peor que le puede ocurrir a uno en este país es caer desgracia, te lo digo por experiencia, acuérdate de otros casos, han tenido que salir como bola por tronera.

¡Chico, tu tendrás razón, pero no me puedo callar cuando veo una injusticia! Recuerda que mi bisabuelo fue mambí, mi abuelo luchó contra Gerardo Machado y mi papá se alzó contra Fulgencio Batista en la Sierra Maestra. Yo no tengo la sangre de sapo, ¿Me entiendes?

El aludido hace un gesto con el hombro derecho: “Allá tú”.

El día primero del mes, muchos están expectantes, para ver la reacción de Tomasa cuando se incorpore al trabajo y sepa que ya no podrá laborar más allí, que ha sido trasladada, pero no llega puntual como siempre.

Otros comentan con sigilo: ¡Tú verás cuando venga Aida de las vacaciones y se entere, seguro que impugna la asamblea, esa no le teme a esta gente, para eso se da golpes en el pecho: ¡Por mi moral de combatiente! ¿Esto no lo permito yo! Ya por estas cosas unos cuantos han tenido que volar la valla, por corruptos y sinvergüenzas. Dice otro: - Bueno… hasta un día…Dice Pura. ¿Se habrá enterado de lo que se acordó en la reunión del viernes pasado? ¡Qué extraño, ella nunca llega tarde!

A las 10.00 de la mañana se escucha un gran alboroto en la redacción. De todos los departamentos se ven asomadas cabezas: ¡¡¡Tomasa!!! ¡Umm! ¡Qué perfume1 ¡Qué elegancia! ¡Qué bella estás!. Ella muy sonriente y feliz, se dirige a sus compañeros: ¡Miren, les presento a mi esposo Belisario, nos casamos el sábado!

¡Mentira, muchacha!

¡Qué sorpresa!

¡Qué calladito te lo tenías!

Todos los parabienes de los mismos que días atrás levantaron la mano en contra de ella. Pura la abraza llorando. Tomasa extrañada, le dice: -No seas boba, chica, ¿Por qué lloras?

-Es la alegría, solloza Pura.

Belisario, emocionado, con su peculiar acento español, se dirige al grupo, que llena la recepción: - Ya me lo había dicho mi Tomasa, que sus compañeros la querían mucho y que este iba a ser un momento muy difícil.

Ahora Tomasa abraza a cada uno de sus compañeros, también muy emocionada y llorosa, mientras recibe felicitaciones por doquier, otras alaban su precioso vestido y zapatos de la mejor marca, sus adornos y prendas muy finas y costosas.

Pasados los primeros momentos, presenta una carta: - Vine a pedir la baja, nos vamos todos para Valencia.

Algunos curiosos preguntan: ¿Cómo fue eso? Ella les explica brevemente, como tres meses antes se habían conocido casualmente en el banco y que fue un amor a primera vista, que le prometió volver y había cumplido su palabra. Ahora eran muy felices. Que el viernes se cansó de llamar por teléfono a todos los departamentos por la tarde y que nadie le respondía, ya que hubiese deseado que alguno de sus compañeros le sirvieran de testigo y compartieran con ella tan grato acontecimiento.

Belisario de más de 60 años, de baja estatura regordete y rosado, sonreía al ver la acogida que había recibido con su esposa y no se cansaba de dar las gracias, por lo que les hizo una invitación a todos a una comida en el Hotel Meliá Santiago.

Allí, disfrutando de la buena comida y bebidas a selección, se pudieron enterar que era un rico empresario, pero que su debilidad eran las negras, en Tomasa había encontrado su ideal de mujer.

Por último, supimos que la única que no asistió a la comida, fue, precisamente Pura.

Santiago de Cuba,
3 de mayo de 2004

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