24 junio 2020

JINETERAS

¡No critiquemos a esas pobres
muchachas que venden su cuerpo
al  mejor  postor!

Desean saciar el hambre  de un día,
para  ganarse la deshonra  para siempre.

Perdido el honor y la virtud, son víctimas
de su propio destino.

Nada podrá limpiar esa mancha que como
hierro candente caerá sobre su conciencia.

Tal vez por un momento  crean  sentirse feliz, 
para  después sumergirse en el  fango para
siempre.

Por  mísero  prebendas que nunca  saciaran
su aspiración.

El fingido amor vendido, no es amor, es un
canje deshonroso.

Más vale la pobreza con dignidad, que las
riquezas que mancillan.

No hay gozo más grande que disfrutar de
lo  ganado honradamente.

Santiago de Cuba, 
5 de febrero 2005

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