Es vivir cada día prendido de
la esperanza.
Es gozo, dolor, incertidumbre,
¿Me ama? ¿no me ama? ¿qué
será si no lo tengo? ¿Si no lo veo?
¿Sentirá lo mismo que yo? ¿Serán
sus noches de desvelo cuando no
estoy?
¿Qué será de mí si lo pierdo? ¿Podré
vivir sin su calor?
Incógnitas de un corazón vehemente que
sufre, anhela, suspira ante la inseguridad
y el temor de perder lo que tanto se ama.
Santiago de Cuba
14 de febrero de 1984
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