Se me entrelazan los sentimientos:
¿Olvidar?
¿perdonar? ¿venganza? ¿rencor?
¡Qué hago Dios mío ante esta incertidumbre?
¿Puedo dejar de ser amable, dulce y bondadosa?
¿Puedo mostrar la dureza de mi corazón herido
De tantos desengaños?
Creo que debo
postrarme ante Dios y seguir su
orientación, buscar el amor, encontrar rosas entre
espinas y no continuar sangrando por la herida,
sanar mi alma de malos y perturbadores pensamientos,
Así solo alcanzaré la
anhelada paz con mi conciencia,
limpiarla para poder
encontrarme con Dios, ser
perdonada y lograr
olvidar tanta maldad y traición.
Madrid , 13 de agosto de 2014
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