Hora mala, hora negra, no sé que
Decir, pero no te puedo maldecir,
Pues a solas me pregunto:¿Por qué
Lo conocí?
Día fatal, cosas del destino… dirán
Otros.
Reflexiono: ¿Tuviste la culpa o fui yo?
¿Es acaso que sabe la mariposa cuando
Está revoloteando alrededor de la llama
Que quemará sus alas?
¿El inocente pez, que al morder el traidor
Anzuelo encontrará su muerte?
Entonces…¿Cómo habría yo de saber que
Al besar tus labios tomaría el néctar venenoso
Que mi corazón para siempre ha embrujado?
¡Ay Cupido! Solo tú haz tenido la culpa, que
Ciego disparaste la certera flecha.
¿Qué de hacer? … Nada, pues a pesar que
Mucho sufro, sé positivamente que aún te amo.
Me es tan imposible odiarte, como olvidarte,
Ya que no sé odiar y mucho menos como te
Podré olvidar.
Santiago de Cuba,
12 de diciembre de l974
26 septiembre 2009
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