No me engañes con amor mentido,
Dime siempre la verdad,
Aunque me duela el alma, prefiero la
Realidad a la cruel mentira.
Nunca mientas por piedad, que me
Ofendería y dolería aún más.
Me siento muy mujer, capaz de afrontar
Con valentía la dura realidad.
Aunque el corazón se me destroce, en mis
Ojos llanto no verás, tal vez mis manos
Tiemblen, mi voz vacile… pero solo será
Un momento.
Prefiero pedir la muerte, que una limosna
De amor, tengo un corazón muy frágil, pero
Me sobra dignidad.
Santiago de Cuba,
29 de julio de 1971
26 septiembre 2009
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