06 septiembre 2009

DESILUSIÓN

Ahora Después de una amarga experiencia, me pregunto: -¿Qué es el matrimonio?
Desde muy joven salí en busca del amor, tal vez lo encontré demasiado tarde. Por muchos años lo diseñe a mi manera, me había hecho tantas ilusiones… era una romántica emperdernida, demasiado espiritual y soñadora.

En mis noches de desvelos, soñaba despierta como sería el amor, el matrimonio, si era como en los cuentos que leía de adolescente, el hombre escogido, el perfecto amante, ese que tiene un palabra hermosa a flor de labios todos los días, el complaciente, cariñoso y comprensivo esposo.

Saboreaba con sumo placer lo que sería probar las mieles del primer amor, los encuentros furtivos, disfrutando de la belleza del nacer de tantas emociones, las citas ocultas, los encuentros tan esperados, la frustración de no verlo llegar y esperarlo inútilmente. Los secretos compartidos, la amena charla en confianza mutua , la contenida pasión, las noches de insomnio disfrutando de la ensoñación de los sublime momentos vividos en la complicidad de la soledad, sin más testigos que el cielo. El imborrable recuerdo de la melodía de moda, bailando muy abrazados. Compartiendo poemas al oído, las dulces palabras de esperanza de lo que faltaba por experimentar, miles de fantasías en la mente embriagada.

¡Qué etapa más bella! El noviazgo, los anhelos contenidos, la formalización de la relación, la fecha del matrimonio, los días que parecen interminables, el ajuar de novia, las invitaciones, los regalos, despedida de soltera por las mejores amigas, los chistes y las bromas picarescas. Todo es nerviosismo y ansiedad, lágrimas, incertidumbre ante la nueva responsabilidad en la etapa por comenzar, siempre emocionante en la vida de toda mujer. Vestido blanco, azahares, marcha nupcial, padre orgulloso llevándola del brazo, ramo blanco y perfumado entre las manos temblorosas, las piernas que amenazan con flaquear, fuertes latidos del corazón, flores y fotos a su paso, muchos invitados, expresiones tal vez falsas ¡Qué bella está! ¡Parece una virgen!. Novio trémulo de emoción esperando junto al altar con sus mejores galas, el clavel en el ojal. Juramentos que rara vez se cumplen. Abrazos, besos, felicitaciones, sudor y lágrimas. Brindis, manos nerviosas partiendo el cake, ramo que se disputan las amigas solteras, cansancio sin dejar de sonreír a los fotógrafos, amabilidad con los invitados, abrazo de la madre llorosa, maleta repleta, chiquillos alborozados tirando flores y arroz al paso del coche, gangarrias colgando de la defensa trasera, globos, risas, despedida.

Viaje a lo desconocido con temor y ansiedad.

¡Al fin solos! Dolor, placer…Pesadumbre ante el primer desengaño, la naciente desilusión,. No era como me lo imaginaba, es solo un hombre, pero actúa como un animal, que solo desea satisfacerse.

Después… lo cotidiano, las obligaciones y deberes a cumplir. Las llamas de la hoguera se van apagando con el transcurso del tiempo y los pocos estímulos. Se olvidan las fechas más importantes. Un día tras otro en espera de una flor, una frase de amor, una caricia, para convertirse en solo una guitarra que cuelga de la pared y que solo se usa cuando se desean pulsar sus cuerdas y escuchar música. El deber de complacer las necesidades fisiológicas del macho, no al hombre que un día soñamos. Sin preámbulos, ni una caricia siquiera o una pequeña frase de halago ante la sugestiva prenda interior, el perfume nuevo, el cambio de peinado, se es utilizada por un animal salvaje, que uno vez culminado el acto, se vira de espaldas y comienza a roncar, sin preocuparse del vació tan grande que deja en el alma.

Las ilusiones se van muriendo cada día por inercia, el amor que se creía eterno, ya no nos contenta, nos aburre, lo soportamos por la fuerza de la costumbre, los convencionalismos, el qué dirán, los hijos, las condiciones creadas, por no experimentar algo nuevo.

Luego… el primer desliz, la traición, las mentiras, las intrigas , son las mejores armas para matar el más consagrado amor

Viene las discusiones, las ofensas.. ¡Qué desgarramiento se siente en el alma! De golpe cae el ídolo y se rompe a pedazos, como fino cristal del pedestal donde lo teníamos colocado. Todo el amor acumulado muere, dando paso a los celos, la desconfianza y la frustración Nos quedamos vacías, solo llena de malos recuerdos y . pensamientos de rencor, rabia e impotencia.

Los viejos recuerdos en vez de hacernos rememorar tiempos felices, nos llena de la más honda tristeza, no sabemos como recuperar lo perdido, nos llenamos de pesares y amarguras, la alegría huye de nuestros rostros. Inútil tratar de fingir indiferencia, las huellas del sufrimiento están presentes en nuestro semblante, en la manera de expresarnos y actuar, ya no somos las mismas y es evidente que otros lo noten, la pena va por dentro, pero brota por los ojos.
¿Qué hacer? ¿Romper de una vez o soportar estoicamente como en la época de nuestras abuelas y madres?

Rara vez ocurre lo contrario: Amor eterno, como en las novelas románticas. Ese hombre, que aún en la vejez es galante y te lleva del brazo ,.no te deja sola bajar un escalón, te halaga cuando te vistes bonito, si cocinas algo que le gusta, te acompaña a las fiestas y aún se siente orgulloso de ti y te muestra que le eres muy necesaria. Tiene tiempo para escucharte y comentar entre ambos, cualquier situación, las noticias de última hora, el desarrollo de una novela o la película que ven juntos. Paciencia ante tus defectos y manías. Te despierta con un beso cada mañana y da gracias a Dios por tu compañía.

Ese es el sueño de toda mujer romántica y sensible, pero…¿Dónde encontrarlo?

¿Qué es el amor? Una gran desilusión, pero sin embargo de esa experiencia, sea positiva o negativa nadie se quiere perder, a menos que no se sienta mujer o haya nacido sin corazón.


Meditaciones de: Haydée B. Rodríguez Rodríguez

Madrid, 30 de mayo de 2009

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