He tenido muchas Biblias desde que En abril de 1960 me dirigí a la 1ra. Iglesia Bautista de Santiago de Cuba en busca de una con el propósito de enviársela a mi novio José Cervera Cuquet, que había sido condenado a 20 años de prisión en el llamado Presidio Modelo de Isla de Pinos por mostrarse desafecto al régimen implantado el 1 de enero de 1959.
Allí la adquirí y quedé
consolada ante mi gran tribulación e invitada a asistir a los cultos.
Así lo hice y también compré otra Biblia
para mí.
Después de esa etapa han pasado por mis manos muchas
Biblias, las he regalado a personas
necesitadas de La palabra de Dios. Así
me quedé con una vieja y rota. Un joven vino
a mi angustiado por los golpes
que le daba la vida, sin vacilar se la entregué y me quedé sin Biblia,
justamente al día siguiente recibí una nueva de la Iglesia de Cristo de Matanzas.
Un domingo meditaba y miraba mi reloj de pulsera de 15
años viejo y desteñido y pensé:- Cuando tenga dinero me compraré
otro. Para mi sorpresa al día siguiente recibo una visita de Estados Unidos y
nos traía a mi hermano ya mí dos relojes
de pulsera, regalo de nuestro amigo y compañero de lucha Geordanis Prieto.
Así sucesivamente cada vez que doy algo, recibo mucho más.
¿No es esa una bendición de Dios?
Madrid, 6 de agosto de 2020
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