27 noviembre 2020

DIOS SUPLE

 Testimonio

Había emigrado desde Cuba el 26 de octubre de 2007 y apelado a todos los trámites para recibir alguna ayuda por mi avanzada edad y la falta de recursos, se me decía que no tenía derecho a  ninguna prestación. 

En una  ocasión  visité  una dependencia de la Seguridad Social, me atendió una  compañera llamada Isabel, ¡Nunca la olvidaré! al plantearle mi difícil situación, me sugirió pedir lo único que tenía derecho, o sea una ayuda única como Emigrantes Retornado, pero ese trámite podía  durar varios meses o denegarlo.

En esa fecha para no perder la residencia en Cuba había que regresar  antes de cumplidos  los 11 meses, pagar al Consulado Cubano en Madrid 40.00 euros mensuales, o sea 440.00 euros, más ya en Cuba solicitar a Inmigración y Extranjería el permiso para poder volver a España, lo que llamaban Carta Blanca, que  costaba 150.00 dólares, más pagar por pisar el aeropuerto José Martí en La Habana para regresar 25.00 dólares por pisarlo, más el pasaje y demás gastos de taxis y la estancia en la ciudad Santiago de Cuba  donde tenía mi domicilio y La Habana, Aunque mi  gran compañero de viaje Armando Enrique Ortega Nieto  suplía mis más perentorias necesidades, no tenía ni remotamente la posibilidad de viajar a Cuba. Aunque  hacia  gestiones en busca de un trabajo, no encontraba nada y los meses y los días  corrían inexorables. En mi angustia un día abrí  la Biblia con el deseo de pedir ayuda a Dios y me encontré este texto en la Epístola a los Filipenses: - “Mi  Dios, pues, suplirá todo lo que os falta  conforme a sus riquezas  en gloria  en Cristo Jesús”

 Esto me dio una gran seguridad y en efecto, pocos días después  recibía un telegrama de la Seguridad Social que me anunciaba que podía recoger el cheque de la  ayuda única que suplió  todas mis necesidades y pude viajar a Cuba.

¡Gracias Señor!

Madrid, 8 de septiembre de 2020


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