27 noviembre 2020

COMO UN SUEÑO

Este se volvió realidad, haciendo renacer mis ilusiones dormidas, soñé en una noche de verano que iba  caminando atravesando el Parque Céspedes de Santiago de Cuba y no sé como percibí que alguien me seguía y con una voz varonil me instaba a escucharlo. Me voltee y vi la cara sonriente de un hombre muy atractivo. Este me rogaba  la atención. Quedé subyugada, era como  el hombre de mis sueños, trigueño, de pelo muy negro  y de muy buen  parecer.

Hasta aquí el  más bello sueño.

Sucede que Bertha, una amiga me hablaba a menudo de un  apuesto hombre que  ella le había hablado mucho de  mí y estaba deseoso de conocerme.

Una tarde… me encontraba duchándome e insistentemente tocaba a mi puerta, salgo medio mojada y era Bertha, me decía:- ¡Apúrate, ahí está el hombre que te dije y vino a conocerte! Lo más rápido posible  me vestí  con un pantalón beige de hilo muy ajustado y un pull over  rojo haciendo juego, me maquillé discretamente y perfumé, crucé la calle y caminé por la espaciosa sala de la casa mi vecina Belkis hasta  llegar a una pequeña  salita que daba  al patio florido con variedad de plantas  ornamentales. 

Allí sentado en un cómodo balance  pude ver para mi sorpresa al hombre de mis sueños, no cabía duda, era él. Se paró de e l asiento trémulo y me recibió  con una amplia sonrisa manifestando:  ¡Qué mujer tan bella! _¡Desde hoy me convertiré en tu sombra!

Así comenzó un ardiente amor a primera vista.


Santiago de Cuba, agosto de 1979


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