Si Dios me lo permite volveré
a pisar la tierra que venero, para
abrazar a mis hermanos de todos
los colores y razas, a los que me
amaron, los que con ensañamiento
me odiaron y hostigaron.
Volveré a rodear con mis brazos las
palmas reales, a cubrir mi cuerpo con
las flores de los flamboyanes y coralillos.
Respirar entre los platanales y cocoteros,
exhalar el olor de la tierra, escalar sus
montañas, contemplar su cielo, bañarme
en sus aguas, extasiarme en una puesta
de sol.
Volveré, para seguir amándote, para
venerarte hasta mi último aliento
Patria idolatrada.
Madrid,
10 de abril de 2010
11 abril 2010
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