Amor no es tan solo ese sentimiento
maravilloso que une al hombre y a la mujer,
el amor también presente en todo
lo que nos rodea.
Nacemos por amor y desde que vemos la luz
primera tenemos necesidad de él.
Somos tan inútiles y desvalidos,
que si no fuera por el amor duraríamos pocas horas.
En todos los actos de nuestras vidas
está representado el amor.
De niños amamos a todo el que nos da
cariño.
Amamos nuestros juguetes, las plantas,
los animalitos, la naturaleza entera.
Amamos nuestra escuela, la maestra,
los libros, los símbolos de la Patria.
Amamos nuestro hogar, la calle en que vivimos
el viejo árbol de la barriada
que nos cobijaba bajo su sombra.
donde jugábamos y soñábamos.
El parque en que dimos nuestros primeros pasos,
corrimos y nos caímos,
y tuvimos nuestra primera cita de amor.
Amamos al más anciano de nuestros vecinos
y hasta al pregonero que nos anunciaba;
frutas frescas y deliciosas.
Amamos el calor del regazo de mamá,
su mirada llena de ternura,
la voz suave que nos cantaba bellas canciones
la que jamás nadie podrá igualar.
Amamos los ojos de papá cuando nos levantaba
en el aire y nos daba un beso lleno de orgullo
y felicidad
Amamos las blancas canas de abuelita,
sus ojos tristes de tantas penas sufridas,
su cara, aquel susurro de su voz
cuando nos acurrucaba entre sus brazos.
Amamos el noble abuelito que hacía mil piruetas
para complacer al sietecito, su llegada sonriente
con las manos llena de golosinas y algún regalito
escondido para ver la cara de alegría que poníamos,
corríamos a su encuentro y nos abrazábamos
a su pierna.
Amamos el primer corazón que con timidez
dibujamos y en el centro estampamos las
iniciales del nombre del dueño de nuestra
primera relación.
Amamos aquella reseca flor que con cuidado
guardamos entre las hojas de un libro
y que al mirarlas nos hablan
del que fue un romántico amor.
Amamos al que un día conocimos por casualidad
y al pasar los meses ha logrado conquistar
nuestro corazón, con vehemencia, con loca pasión
y juramos que será así por una eternidad.
Amamos el blanco pañuelo, la que aspiramos
desde muy jóvenes y que nos a costado
tantos sacrificio y desvelo alcanzar.
Amamos nuestros amigos más sinceros,
los profesores abnegados. El trabajo lo creado
por nuestras manos, las obras de artes,
los conocimientos impartidos, cuando salvamos una vida.
Amamos las herramientas, la pluma la máquina,
los compañeros que día a día comparten con
nosotros las penas y alegrías. Los héroes caídos cuando
sabemos respetar su memoria.
Todo es amor en nuestras vidas.
Pero sobre todas las cosas, existe un amor
incomparable, el que profesamos a nuestra patria,
el que profesamos a nuestra bandera, el himno,
y es tanto lo que amos a nuestra tierra que la vida,si es preciso daríamos a ella.
18 febrero 2009
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