Adiós juventud de sueños y
Quimeras no realizadas.
Llegó el ocaso como un triste
Invierno, envuelto en nubes de
Melancolía.
Miro hacía atrás, contemplo en un
Espejo nublado aquella niña bulliciosa
Y alegre como un cascabel que a todo reía.
¡Cuántas esperanzas frustradas!
¡Que dura realidad de una vida estéril y
Vacía!
En el espejo de hoy contemplo la flor
Marchita que jamás renacerá con la frescura
Y fragancia de veinte años atrás.
Santiago de Cuba,
22 de septiembre de 1979
11 julio 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario