María mira el reloj y se dirige a su hija: _Hija acábate de acostar, mira la hora que es. _¡Ay mamy! ¡Por más que saco cuentas, no hay forma de que alcance el dinero para los 15 de Lelita, a pesar de que hace 10 años que estoy ahorrando para hacer a mi hija una fiesta decente… ¡Qué va! ¡No me da! Solamente para las fotos debo disponer por lo menos de 500.00 pesos, el cake, no puede conformarse con la basura que venden en las dulcerías para esta fecha, que es un masacote que vale 23.00 pesos, ni con las 3 cajas de cervezas, la botella de ron para el ponche y alguna otra guachipupa para hacer refrescos. Hay que mandar a hacer un cake con los particulares, lo que hay que llevarle la harina, los huevos, el azúcar blanca y… ¡con una par de libras que dan por la libreta…! Tendré que conseguirla por ahí en la Bolsa Negra o comprarle en la shopping, además lo que cobre por hacerlo, pero no es lo mismo, dicen que la mora del Tivolí los hace riquísimos y bien decorados, pero…¡Como cobra! ¡Imagínate hija, nadie trabaja por gusto, señala María convencida. También hay que conseguir el pan de molde para los bocaditos la pasta, que se puede adquirir con amistades en El 1900 o con un talle en el Hotel Casa Granda. Además las croquetas, me las hace mi vecina Belkis,¡ es una bárbara en eso! Además las empanadillas… Eso solamente el buffet, también los vestidos, porque tiene que cambiarse por lo menos 5 veces. ¡Eso es lo que yo no entiendo! Dice la abuela, moviendo la cabeza. Antes cuando había de todo y mucho más económico, nadie se cambiaba tantas veces, ni se hacía una fiesta en lugares como El Ciroa o el Café cantante del Teatro Heredia. Acuérdate de tus 15, una fiesta modesta en la casa, las fotos y un solo vestido y los míos… ¡Ni se diga! Papá era un gallego que lo único que le interesaba era que a sus hijos no les faltara la comida y lo más necesario, pero eso de celebrar fiestas… jamás lo vi en mi casa, a mí no me tiraron ni una foto de carnet en mis 15 y lloré muchísimo y nada. ¡Pero mamá, eran otros tiempos, ahora es lo que está de moda, casi todas sus amiguitas de la beca lo han hecho, ¿La mía va a ser la más desgraciada? ¿Después que la niña se ha sacrificado estudiando en la Secundaria Básica en el campo, desde los 11 años? _Bueno hija… ¿Qué vas a hacer? Tu sabes que puedes disponer de mis ahorritos, es lo único que tengo, ya que todas las prendas que tenía las tuve que cambiar por chavitos para comprar ropas y zapatos en la casa de cambio, cuando el dólar estaba penalizado y si te cogían con uno te podía costar una cárcel y además no habían tantas shopping como ahora. .Lo sé mamá, con todo no alcanza ¿Qué puedo hacer? Con su papá no se puede contar, después que nos divorciamos, no hay quien le saque más de los $ 30.00 que le da mensuales por Pensión Alimenticia. ¿Y si le escribieras a la prima Dorita que vive en New Jersey? Tal vez nos mande una tierrita y resolvemos la crisis? Dice la abuela esperanzada. ¿Desde cuándo no le escribes? Bueno, no hay peor diligencia que la que no se hace, exclama Olga.
La fecha se aproxima, ella y su madre hace prodigios, para poder celebrar la tan esperada fiesta. Algunos amigos y familiares se han ofrecido para ayudar al ver la ansiedad que tienen, el menos los vestidos.
La prima Dorita no ha respondido, el alquiler de los vestidos está asegurado, así como los materiales para la confección del brindis. Un amigo de Olga le ha prometido el alquiler de la estancia en el Café Cantante del Teatro Heredia. Y se ha confeccionado la lista de los invitados, otra amiga le regalará el costo de las invitaciones en una imprenta, que llevan además la foto a colores de la quinceañera. Los arreglos y el maquillaje en la peluquería Quisqueya, ya están garantizados, hasta que otra buena amiga le prestará el vestido a la madre y la abuela acabadito de llegar de Estados Unidos, con zapatos y adornos a tono. El tío Miguelito las llevará en su carro a la fiesta, las flores se las van a resolver sus compañeros de trabajo ¡ Y de los jardines de La Gran Piedra! ¡Qué cachet ! María asombrada. ¿Esas que nada más que son para los actos políticos y la gente de arriba? _Si mamá, el ramo de Lelita y las flores del salón, van por ellos.
Olga comenta: ¿Ves mamá? Tú que dices que se yo… que de vez en cuando participo en las actividades del partido comunista, el sindicato y hago trabajo voluntario y guardias o si me tengo que meter La tribuna abierta…
Han sido días de mucha fatiga y gestiones por todas partes, de un lado para otro, resolviendo todo lo necesario, para que la fiesta quede lo mejor posible. Ya faltan pocos días para la tan esperada celebración cuando se aparece en la casa una profesora de la Escuela Vocacional Antonio Maceo con la jovencita. La madre y la abuela muy sorprendidas ¿Qué pasó? ¿Tiene pase esta semana? Nó, Explica la profesora. La he traído porque tiene un problema ¿Qué tiene? ¿Estás enferma?_ No, miren… no se pongan nerviosas, les diré…
La jovencita suelta la mochila y se dirige a su habitación. La profesora trata de ser lo más explícita posible. Resulta… bien. No sé cómo decirles esto: Lelia María, que siempre ha sido una alumna ejemplar, pero ustedes saben lo que son las cosas… los jóvenes juntos, lejos de la familia… pues… ¡Por favor acabe de decir de una vez lo que pasa! Inquiere ya fuera de sí Olga, la abuela ha palidecido y muestra su rostro angustiado .¡Ay virgencita que no sea lo que me estoy imaginando! La profesora mira a ambas y sin preámbulos les dice: _ Notamos que la alumna no se sentía bien , apenas comía y en una ocasión se desmayó, la llevamos al hospital, al hacerle los médicos el reconocimiento, se comprobó que está embarazada ¡Ay mi madre! Grita la abuela a punto de sufrir un infarto. ¿Cómo es posible este descuido? ¿Ustedes no se ocupan de esas niñas? _!Figúrense! ¡Son tantos alumnos! ¿Quién va a estar vigilándolos constantemente? Aclara la profesora tratando de encontrar una justificación lógica.
Exclama la abuela:¡Te lo dije Olga que esas escuelas becadas nunca me han gustado, ahí lo que hay es una gran promiscuidad, jamás estuve de acuerdo a que la niña estudiara en una de esas becas lejos de la vista de nosotras, que si no cogía carrera…¡Mira la carrera que ha cogido! ¡Por favor grita la abuela fuera de sí. La madre trata de serenar a la abuela que está visiblemente afectada y prosigue: _Bueno mamá, tranquilízate, a esto a que buscarle una solución ¿Quién es el muchacho? Supongo que un compañero ¿No? Pregunta la profesora la que visiblemente apenada contempla la escena y responde:_ E s un jovencito más o menos de la misma edad que ella. La abuela propone: Pues hay que conocerlo y mandar a buscar a sus padres, ahora en vez de los 15 hay que celebrar también la boda ¿Qué otro remedio queda?
Lelita sale de la habitación, sea cambiado el uniforme , viste un short muy corto y un pull over apretado. Al escuchar a la abuela le dice con desenfado ¡Qué boda de qué? ¿Tú estás loca?_ Qué tú dices? Responde la abuela incrédula. ¡Eso no se puede quedar así, tú con un hijo sin padre… No podrás seguir estudiando, tú mamá trabaja y yo estoy muy vieja para cuidar niños, así que tendrás que asumir tu responsabilidad ¿Me oíste?
Olga anonadada apenas puede pronunciar palabras, la profesora apesadumbrada no sabe qué decir.
Lelita muy segura se dirige a las tres: _Eso está solucionado, no voy a dejar de estudiar, Jorgito tiene una tía que es médico del Hospital de maternidad, ya se resolvió la donación de sangre y el lunes me voy a hacer la interrupción y asunto concluido, después tendré más, ni cuidado. ¡Lelita! Increpan al unísono madre e hija - ¡Bah ¡ ¡Ustedes están muy anticuadas, ¿Qué hijo que ocho cuartos? Eso era en tus tiempos abuela, la ciencia está muy avanzada, date cuenta que estamos en otro siglo y milenio. El sábado celebro mi fiesta de 15 y asunto concluido. La abuela exclama poniéndose las manos en la cabeza ¡Qué barbaridad, con todo lo escuchado no lo puedo creer. ¡Cómo cambian los tiempos señores!
Santiago de Cuba, 7 de mayo de 2001
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