18 enero 2022

DESESPERANZA

 Me siento como una hoja batida por el

viento, que no sabe a dónde va, ni a dónde

va a caer.

Estoy tan sola y falta de estímulos, que mis

días son tristes y sombríos, mis días y mis noches

vacios en espera de una nueva aurora de

esperanza.

¿Qué me motiva?  ¿Qué quiero? ¿Qué aspiro?

 con  certeza no lo sé y la incertidumbre del

futuro  me abruma.

Los años pasan inexorables, el final se acerca,

se lleva nuestros mejores recuerdos, también los

 de las muchas aflicciones.

¿Quién se acordará de mí en la posterioridad?

sola las obras buenas o malas, que deje como

Herencia de lo que fui y ya no seré.

como todo, viene el olvido, las nuevas generaciones

no tendrán memoria de mí, la indiferencia borrará

mi nombre.

Esta es la dura realidad, que no puedo soslayar en

este presente tan expectante.

Solo confió en la misericordia de Dios, que siempre

me acompañe.

Madrid, 26 de marzo de 2020

No hay comentarios:

Publicar un comentario