06 mayo 2018

ENCUENTRO CASUAL Estampa santiaguera


Sala de espera  de el  Policlínico de Especialidades,  Hospital Provincial Saturnino Lora de Santiago de Cuba. 2do. Piso.  En el amplio salón existen unas 10 filas de asientos frente a un escritorio  donde una enfermera   chequea  infinidad de Historias Clínicas, según la especialidad a  atender   los distintos facultativos, los que por el orden llama por sus  nombres , Unos  miran su  reloj  impaciente y comenta:  - Me citaron para la 1.00 de la tarde  y…¡Mira la hora que es!   Algunos comentan de diversos  asuntos, otros se abanican con lo que tengan a mano, la sala no tiene aire acondicionado ni ventiladores. ¡Qué calor concho!  Otros dormitan o conversan entre sí. Es algo habitual  entre cubanos.
Una y otra vez la enfermera  expediente en mano  llama a los pacientes, los  que se apresuran  a  llegar a la puerta   asignada a  la consulta del  Dr. X. Instintivamente muchos se paran y le hacer un cerco para poder escuchar mejor. Ella les  exhorta una vez más a permanecer en sus asientos y esperar a ser  nombrados ,que no pueden  estar de pie en el  pasillo Y… ¡Por favor siéntense, que no me dejan trabajar todos encima de mí ¡  Toma el grupo  de historias y   se  dirige al médico asignado que  supuestamente los llamará por su nombre.
El murmullo se disipa y casi todos vuelven a sus asientos, algunos tozudos permanecen de pie cerca de la   consulta. _! Mira pá  eso! Ese llegó ahora  mismo y ya  consultó!  ¡Señores el  “socialismo”  nunca se acaba en este país!  -¿Eh?  ¿Tú   no eres  Susanita la que vivía en San Pedrito?_ La otra responde algo cortada y observando  a  su alrededor: _Yo misma soy. Luce bien  vestida, calzada, maquillada y con un suave olor a perfume y  con  aires de superioridad. _Dice a la otra:_   ¿Tú no te acuerdas de mí?  Soy Ivonne, la hija del  chino bodeguero  Antonio  y de  Sofía  la mora,    y  yo  íbamos a la misma escuela  del  barrio, tu papá… No  la deja  expresarse y  la  interrumpe, a ella le pasa por la mente  el pasado del padre, malversó miles de pesos en la empresa donde trabajaba y fue condenado a  muchos años de prisión. Más cortada  aún_ Es que hace tanto tiempo que no nos veíamos… ¿Cómo  andas? Tu papá y  tu mamá  ¿No tenías  tres hijos?_ Sí, es que no nos vemos desde que tu marido fabricó  una  casa y  se fueron  del   barrio. _¡Verdad! _ Responde la  aludida. ¡Qué tiempos aquellos!          -  Ivonne no también vestida y menos calzada trata de esconder los pies debajo  del  asiento, sus sandalias no pueden competir  con  la modernas plataformas   que  calza Susanita, pero de todos modos Ivonne es  muy conversadora y  trata de indagar  todo lo posible en la vida de su antigua  vecina y  entabla  una amena  charla. _¿Mis hijos? Si  los  vez no lo conoces, Luis Miguel  ya tiene 20 años, Ana Gabriel  18 y la más pequeña  ya  va a cumplir los 15. La otra  la interrumpe de nuevo:_ ¡Espérate  un momento ¡ _ ¿Quiénes   son esos?  ¿No se llamaban Vladimir, Saskia Y Natacha?_ ¡Sí, son mis hijos! _Muy  bien, si hasta jugaban con los míos en  el parque. Ivonne titubea_  espérate, te contaré…Resulta  que estos muchachos después de  grandes  no quieren  tener nombres  rusos, Luis Miguel  como no cogió carrera, ni una  técnica, lo  agarró el Servicio Militar y allí formaron un combo, ahora canta y toca guitarra,  Ana  Gabriel  dejó la carrera al mes, no le gustan las matemáticas y eso fue lo que le dieron, ya tú sabes… pocos puntos y sin ninguna palanca  . Ella  lo que le gustaba  era la medicina, pero pocos  pueden  alcanzarla si no tiene  un ”Padrino”  que la  apoye, hizo un curso de peluquera  y ahora también  está en al combo, toca las maracas y baila, eso le fascina. Para el  baile no tiene precio. ¡Les va de lo mejor!
_ ¡Qué cosa tan grande! ¿Cómo han hecho para cambiarse los nombres?  Pregunta intrigada Susanita. – Nada  mi amiga, en el Carnet de Identidad continúan con sus  nombres, estos son los artísticos, pues  eso cuesta un dineral ¡Qué papeleo! Hasta contratar a un abogado, todo eso será más adelante. ¡Ya tú sabes, son cosas de  los muchachos de estos tiempos! Luis Miguel  salió  perfilado  como su abuelo  gallego Serafín, pero  la  pobre  Ana Gabriel que quiso nombrarse como la protagonista de  la última novela  colombiana Gaviota, pero con los ojos chinos, la pasa en la cabeza y la ñata de su nariz,  la gente se reía de ella en su cara, ahora como  Ana Gabriel  le va  mejor, ella es como  su abuela  paterna  Ambrosina, que era negra como  un totí, de nada le valió  su abuelo  chino y ni  mamá  hija de mora, echó  pa’ tras.  Natacha hasta ahora no tiene  muchos  problemas  con  el  nombre, siempre le  hemos dicho Nati  y  se  pondrá  Nathalie, que es el que le  agrada. Hace una pausa. La otra toma la palabra: ¿Y  tu marido? _¡Tú no sabes nada! Ese descarado se fue en el 94 con los balseros para la Base Naval  de Guantánamo en Caimanera, yo no  me pude ir por los muchachos chiquitos a una aventura  como esa  y me quedé, vino una de esas órdenes que no se podía viajar con niños pequeños y me embromé y tuve que quedarme en la  playa  con los tres. Interpela  la otra: _Te ayudará y mandará algo de la Yuma ¿No?  _ Le habla muy bajo cerca del oído _ ¡Ay  mi amiga! Beby era tan contrarrevolucionario, que no  se cómo no lo cogieron preso de lo que  hablaba por la calle. ¡Menos mal  que se pudo ir! ¿Pero crees que me manda algo? ¡Qué va!  Dice  que con este gobierno  él   que no coopera  ni manda  un  dólar y  lo único que  han recibido estos muchachos de su padre  es  alguna que otra foto  de lo bien que está  en  Las Vegas. Y mucho menos desde que se enteró  que me había echado otro marido. ¿Qué quería que hiciera con tres  hijos y desamparada? _ ¿Te acuerdas  de  Jaba’o  el  carnicero  de la Calzada de Crombet? _ La otra  hace un  gesto positivo.  –Bueno imagínate, me vi sola, él siempre  estuvo  enamorado  de  mí desde que  era  una jovencita, me lleva como 25 años, pero… me ha ayudado a  criar a mis hijos y… ¡Como resuelve cosas!  ¡Carnicero! Tiene sus contactos  en la bodega, el  mercadito y hasta en las shopping,  gracias a él  no me   ha faltado  nunca   aunque sea  la comida.         Gracias también  a que los muchachos me han salido buenos,  trabajan  por  las noches en un hotel para turistas extranjeros  y  siempre se les  pega  algo, le dan propinas.  Luis Miguel  hasta piensa viajar al extranjero, una italiana un poco mayor, le hizo una invitación y está de lo mas embullado ¡Ojala que se le dé.  Dice que es fea como un comeme , pero con fulas…!Que está  locamente enamorada de  él,  hasta le va a abrir una cuenta en  divisas!  Ana Gabriel  también tiene un Pepe  español  que es  una  maravilla, también un poco mayor, pero es lo que aparece, le da fulas en cantidad y todo lo que se le antoje. Interrumpe la otra: _ ¿Todavía vives   en el mismo lugar? -¡Qué va, permutamos para una casita vieja, pero  mejor lugar, en el Casco  Histórico de la ciudad y con la ayuda de los muchachos la estamos reformando, quitando tablas y techo de tejas  y  echando  placa,  ¡Poco a poco!  Pensamos  en la placa  hacer dos apartamentos  para  cada uno de los mayores   y Jab’ao, la niña y yo  abajo, el  pobre ya  está viejo  y  enfermo, diabético, con problemas en la circulación, pero  no  se quiere jubilar ¡Figúrate con lo mala que está la cosa! ¡Qué comemos, nos morimos de hambre! Susanita  menea la  cabeza. Otra  pausa. _ ¿Pero cuando coño nos llamar a la consulta?
Toma la palabra de nuevo  Ivonne_ ¿Y   qué?  ¿Sigues con Roberto?_ Si  chica, con sus problemas de siempre, ¡Mujeriego…! Tomador  de ron, pero por lo demás no me falta nada, no me puedo quejar, está  terminando  la  licenciatura  en  Economía por encuentros, es  jefe en un departamento de la Empresa de la construcción donde siempre ha trabajado, tiene carro y chofer, pero ahora le ofrecieron  un alto cargo en el Ministerio del  Interior. La otra se lleva las manos a la boca­  ¡Mi madre y yo hablando tanto! _¡No  hija, él no se mete con nadie!, Solo  con los contrarrevolucionarios y esos que llaman disidentes.-  ¿Pero aquí hay contrarrevolución? Pregunta  con gesto incrédulo  Ivonne  - ¡Deja eso, no toques ese punto ¡   _Como  te  decía, Rebequita  estudia  Historia del  Arte en la Universidad, es  lo que le gusta, Robertico  termina  el año  que viene  Ingeniería  Mecánica, yo trabajo de cajera en una shopping. -  Ivonne hace un  gesto de asombro - ¡Tú si  estás bien mi amiga!
De  nuevo comienza  a llamar la enfermera: ¡Ivonne Chang  Gendis!
Alguien  comenta: - Nombre francés,  apellidos  chino y árabe ¡Qué cosas se ven  caramba!
Chao, mi amiga, te dejo, me toca mi turno.

Santiago de Cuba
Junio 28 de 2000

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