No hay beso más puro que el una madre,
Ni caricia más tierna, su voz es un dulce
Susurro de un cántico celestial.
Madre: Palabra que encierra el más sublime
De los amores, forjado
en penas y dolores,
Siempre dispuesta al sacrificio, los desvelos
Y todos los avatares de la vida.
Para ellas sus hijos nunca crecerán, serán
Siempre “sus niños,
sus bebés” con sus manos
Protectoras les dará
amparo, calor, fuerzas para
Emprender el camino que es la vida.
No hay lágrima que no pueda enjugar, ni pena
Que no pueda mitigar.
¡Madre eres una bendición de Dios!
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