Mi pasión por ti se esconde detrás
de una mampara, mi amor le teme
a la luz y prefiere la oscuridad.
Mi ilusión está en un cofre cerrado
que llevo oculto en lo profundo de
mi corazón.
La realidad me aterra, prefiero
desconocerla.
En las largas noches que he velado
Tu sueño, la respiración acompasada
¿Estabas conmigo o era que deliraba?
¡Qué lejos te he sentido, aunque tu
cuerpo estaba junto al mío!
Ante esta amarga realidad, quisiera que
pasaran mil años, para así olvidarte, que
el tiempo borrara tu recuerdo, pensar que
nunca exististe, que no te he conocido,
Desaparecer tu imagen, tu nombre para
siempre y así tratar de encontrar la tan
ansiada paz.
La Fortuna, Leganés
Madrid, 3 de Septiembre 2011
04 septiembre 2011
SI PUDIERA
¡Si pudiera volar!
¡Si pudiera ser un ave peregrina,
si pudiera!
Remontaría el infinito cielo, ya
frío, ya tibio, volaría dejando
atrás la tristeza de tantos fracasos
y desengaños.
¡Quien fuera una libre gaviota, una
golondrina que surcan las alturas
sin ataduras, sin permiso de nadie!
Cruzaría el inmenso océano y entre
montañas y llanos encontraría mi
perdido nido.
¡Si pudiera dejar atrás tantos sinsabores,
malos recuerdos!
¡Si pudiera!
La pena me destroza el alma, no tengo
el consuelo de poder derramarme en llanto,
¿Quién enjugaría una lágrima, me daría consuelo?
atada a qué me encuentro en la soledad a merced
de mi destino.
Soy aquella flor que soñó ser eterna en sueños y
quimeras. ¡Qué golpes me ha dado la vida
y todavía tengo el valor de agarrarme
a la existencia!
¡Si pudiera volver atrás, recuperar aquellas
ilusiones que me hacían soñar en un futuro
mejor!
¡Si pudiera!
La Fortuna, Leganés,
Madrid.
13 de abril de 2011
¡Si pudiera ser un ave peregrina,
si pudiera!
Remontaría el infinito cielo, ya
frío, ya tibio, volaría dejando
atrás la tristeza de tantos fracasos
y desengaños.
¡Quien fuera una libre gaviota, una
golondrina que surcan las alturas
sin ataduras, sin permiso de nadie!
Cruzaría el inmenso océano y entre
montañas y llanos encontraría mi
perdido nido.
¡Si pudiera dejar atrás tantos sinsabores,
malos recuerdos!
¡Si pudiera!
La pena me destroza el alma, no tengo
el consuelo de poder derramarme en llanto,
¿Quién enjugaría una lágrima, me daría consuelo?
atada a qué me encuentro en la soledad a merced
de mi destino.
Soy aquella flor que soñó ser eterna en sueños y
quimeras. ¡Qué golpes me ha dado la vida
y todavía tengo el valor de agarrarme
a la existencia!
¡Si pudiera volver atrás, recuperar aquellas
ilusiones que me hacían soñar en un futuro
mejor!
¡Si pudiera!
La Fortuna, Leganés,
Madrid.
13 de abril de 2011
29 mayo 2011
Aquella extraña mujer
Entra al bar como otras tantas veces, en busca de calor humano, a tomar un café bien caliente. Dentro, una tibia atmósfera, una camarera que se mueve incesante entre las mesas, sirve, recoge, limpia, acepta con una sonrisa la propina, entra y sale detrás del paraban, tintineo de vasos, platos y cubiertos, alguna insulsa conversación, uno que distraído lee un periódico, otros parroquianos que discuten lo mismo de política, que de fúfbol.
Como periodista o aspirante a escritor, lo escruta todo con mirada sagaz, no es que sea demasiado pendenciero, es como dijo el sabio filósofo:- “Nada humano me es ajeno”.Sus ojos detrás de las gafas de aumento se posan en una mujer que aparenta unos 30 a 40 años de edad bien conservados, su cabeza la corona una larga y negra melena, que cubre parte de su espalda y hombros. No se puede considerar una belleza, pero tiene cierto atractivo en su rostro moreno claro, sus labios carnosos, ojos alargados, parpados cubiertos de fino maquillaje, nariz pequeña. Observa que es alta, sus largas piernas se retuercen entre las torneadas patas de la banqueta en que está sentada, viste un pantalón vaquero azul con desteñidos en las rodillas, altos botines de piel, debajo del abrigo entreabierto un jersey multicolor deja adivinar los senos turgentes. Está sentada, su codo izquierdo reposa sobre el mostrador, mientras el dorso de su mano se apoya en la mejilla, con la otra sostiene un cigarrillo encendido, que a intervalos se lleva a los labios, frente a ella, una copa. Luce abstracta, como ausente, exhala una bocanada de humo, llena sus pulmones, lo expele y se queda absorta contemplando las figuras grisáceas que lentamente se elevan y van desapareciendo y a la vez impregnando el local de nicotina, contagiando con su vicio el ambiente, ya pesado y denso por la pobre circulación del aire.
¿En qué pensará? ¿A quién espera? ¿Será una enmascarada prostituta que aguarda una invitación lasciva?
Se mueve en el minúsculo asiento, se acomoda, toma la copa, saborea un sorbo muy despacio, no mira a nadie en particular, pero su vista lo abarca todo, busca algo desconocido en cada rostro.
Quien no la pierde de vista, está convencido que espera a alguien. Por su mente pasan mil ideas, más rápidas que la luz del un relámpago. Tal vez que aguarda un buen postor, puede ser un anciano verde cansado de ver lo mismo por más de 50 años, o un proxeneta que le ha buscado “Mercancía” para un rato. ¡Qué lástima! Con la juventud que aun le queda, con su tipo, bien podía trabajar honradamente y no vender su cuerpo y alma por míseras pesetas.
Pasa el tiempo y no logra descifrar el enigma que se esconde tras esa mirada a veces triste, otra ausente y lejana a la vez.
La copa se vacía, los cigarrillos no soportan la espera y mueren aplastados en el próximo cenicero. Con un gesto llama al camarero, este a su vez se acerca, ella extrae un billete , espera, viene el mesero con el vuelto en una pequeña y plateada bandeja, lo toma, lo esconde en el dorso de la mano, se para, cierra la cremallera del abrigo, segura de que afuera aunque ya se ha anunciado la primavera, los árboles han recuperado su verde follaje, en el parque cercano los longevos han salido a desentumecer su cansada anatomía, los niños ajenos al futuro corran alborozados y los perros los sigan felices por la libertad momentánea, todavía hace frío.
Ahora la puede observar mejor, en efecto, es alta y esbelta. Sacude su copiosa melena y se dispone a marcharse.
L a curiosidad lo domina, quisiera seguirla a ver qué rumbo toma, no le da tiempo, dobla de prisa la primera esquina.
Alguien tal vez tan indiscreto como él comenta a su lado:- ¡Pobre mujer! Hace muchos años que como Penélope espera al amante ausente que un día le juró amor eterno y volver a consumar su sueño para siempre en este mismo lugar y jamás volvió.
Unos dicen que está perturbada, otros que aguarda por un imposible, lo cierto que no falta nunca a la cita, no acepta invitaciones, promete ser fiel hasta el esperado encuentro o hasta la muerte.
Solo queda una pregunta flotando en el aire:- ¿Cómo es posible que a una mujer así se olvide tan fácil?
Madrid, 7 de mayo de 2009
Como periodista o aspirante a escritor, lo escruta todo con mirada sagaz, no es que sea demasiado pendenciero, es como dijo el sabio filósofo:- “Nada humano me es ajeno”.Sus ojos detrás de las gafas de aumento se posan en una mujer que aparenta unos 30 a 40 años de edad bien conservados, su cabeza la corona una larga y negra melena, que cubre parte de su espalda y hombros. No se puede considerar una belleza, pero tiene cierto atractivo en su rostro moreno claro, sus labios carnosos, ojos alargados, parpados cubiertos de fino maquillaje, nariz pequeña. Observa que es alta, sus largas piernas se retuercen entre las torneadas patas de la banqueta en que está sentada, viste un pantalón vaquero azul con desteñidos en las rodillas, altos botines de piel, debajo del abrigo entreabierto un jersey multicolor deja adivinar los senos turgentes. Está sentada, su codo izquierdo reposa sobre el mostrador, mientras el dorso de su mano se apoya en la mejilla, con la otra sostiene un cigarrillo encendido, que a intervalos se lleva a los labios, frente a ella, una copa. Luce abstracta, como ausente, exhala una bocanada de humo, llena sus pulmones, lo expele y se queda absorta contemplando las figuras grisáceas que lentamente se elevan y van desapareciendo y a la vez impregnando el local de nicotina, contagiando con su vicio el ambiente, ya pesado y denso por la pobre circulación del aire.
¿En qué pensará? ¿A quién espera? ¿Será una enmascarada prostituta que aguarda una invitación lasciva?
Se mueve en el minúsculo asiento, se acomoda, toma la copa, saborea un sorbo muy despacio, no mira a nadie en particular, pero su vista lo abarca todo, busca algo desconocido en cada rostro.
Quien no la pierde de vista, está convencido que espera a alguien. Por su mente pasan mil ideas, más rápidas que la luz del un relámpago. Tal vez que aguarda un buen postor, puede ser un anciano verde cansado de ver lo mismo por más de 50 años, o un proxeneta que le ha buscado “Mercancía” para un rato. ¡Qué lástima! Con la juventud que aun le queda, con su tipo, bien podía trabajar honradamente y no vender su cuerpo y alma por míseras pesetas.
Pasa el tiempo y no logra descifrar el enigma que se esconde tras esa mirada a veces triste, otra ausente y lejana a la vez.
La copa se vacía, los cigarrillos no soportan la espera y mueren aplastados en el próximo cenicero. Con un gesto llama al camarero, este a su vez se acerca, ella extrae un billete , espera, viene el mesero con el vuelto en una pequeña y plateada bandeja, lo toma, lo esconde en el dorso de la mano, se para, cierra la cremallera del abrigo, segura de que afuera aunque ya se ha anunciado la primavera, los árboles han recuperado su verde follaje, en el parque cercano los longevos han salido a desentumecer su cansada anatomía, los niños ajenos al futuro corran alborozados y los perros los sigan felices por la libertad momentánea, todavía hace frío.
Ahora la puede observar mejor, en efecto, es alta y esbelta. Sacude su copiosa melena y se dispone a marcharse.
L a curiosidad lo domina, quisiera seguirla a ver qué rumbo toma, no le da tiempo, dobla de prisa la primera esquina.
Alguien tal vez tan indiscreto como él comenta a su lado:- ¡Pobre mujer! Hace muchos años que como Penélope espera al amante ausente que un día le juró amor eterno y volver a consumar su sueño para siempre en este mismo lugar y jamás volvió.
Unos dicen que está perturbada, otros que aguarda por un imposible, lo cierto que no falta nunca a la cita, no acepta invitaciones, promete ser fiel hasta el esperado encuentro o hasta la muerte.
Solo queda una pregunta flotando en el aire:- ¿Cómo es posible que a una mujer así se olvide tan fácil?
Madrid, 7 de mayo de 2009
Tus Ojos
Cuando me miran siento como
una tibia caricia recorre mi cuerpo,
tus ojos me envuelven con una dulzura
Inexplicable.
Son capaces de transmitirme indescifrables
sensaciones.
Me observas y puedo diferenciar tus estados
de ánimo, si tienes nuevas ilusiones,
Estas alegre, el amor palpita en tu ser fulguran
como dos luceros.
Tienes un dolor escondido, la tristeza te embarga,
alguna preocupación, lucen opacos, perdido su brillo,
si la ira te invade chispean como diamantes.
También lucen sombríos cuando una honda congoja
te asalta.
Son capaces de alcanzar cualquier distancia en busca
de la esperanza.
En el horizonte se pierden en la añoranza.
en la nobleza de tu espíritu jamás los escondes.
Transmiten franqueza, solidaridad.
tus ojos poseen un oculto lenguaje que me
hace palpitar de solo mirarlos, lo siento, los disfruto,
cuando extasiada me miro en el lago profundo
y negro de esos ojos que saben expresarme tantas
cosas con solo posarte en los míos.
25 de marzo de 2011
una tibia caricia recorre mi cuerpo,
tus ojos me envuelven con una dulzura
Inexplicable.
Son capaces de transmitirme indescifrables
sensaciones.
Me observas y puedo diferenciar tus estados
de ánimo, si tienes nuevas ilusiones,
Estas alegre, el amor palpita en tu ser fulguran
como dos luceros.
Tienes un dolor escondido, la tristeza te embarga,
alguna preocupación, lucen opacos, perdido su brillo,
si la ira te invade chispean como diamantes.
También lucen sombríos cuando una honda congoja
te asalta.
Son capaces de alcanzar cualquier distancia en busca
de la esperanza.
En el horizonte se pierden en la añoranza.
en la nobleza de tu espíritu jamás los escondes.
Transmiten franqueza, solidaridad.
tus ojos poseen un oculto lenguaje que me
hace palpitar de solo mirarlos, lo siento, los disfruto,
cuando extasiada me miro en el lago profundo
y negro de esos ojos que saben expresarme tantas
cosas con solo posarte en los míos.
25 de marzo de 2011
02 mayo 2011
AÑORO Y OTRAS NOSTALGIAS
Añoro el perfume de las madreselvas
trepando en los portales.
Añoro el rumor incesante de las olas,
el penetrante olor que viene del mar, la
sombra protectora de las uvas caletas,
Las grandes rocas de la orilla.
Añoro el atardecer cuando el sol ilumina
con rayos dorados las nubes cercanas y
se pierde en el ocaso.
Los insectos nocturnos cuando salen de
sus madrigueras a iluminar la oscuridad,
El chirriar de los grillos, el graznido de las
lechuzas.
La luna cuando aparece radiante acompañada
de miles de estrellas y luceros.
Añoro al amanecer pisar la hierba bañada
de rocío.
Las flores silvestres, las campanillas
trepando los cercados.
No me complacen nuevos paisajes,
añoro la exuberancia de mi tierra,
el astro refulgente que ignora estaciones.
Poder caminar sin miedo por sus calles,
Respirar el aire de la libertad.
Compartir esa dicha con mis hermanos,
los negros, los blancos, los niños y los
ancianos, todo mi pueblo cantando lo
mejor de su rico folclor, alabando a Dios
por devolverme la añorada liberación.
La Fortuna, Leganes
24 de abril de 2011
trepando en los portales.
Añoro el rumor incesante de las olas,
el penetrante olor que viene del mar, la
sombra protectora de las uvas caletas,
Las grandes rocas de la orilla.
Añoro el atardecer cuando el sol ilumina
con rayos dorados las nubes cercanas y
se pierde en el ocaso.
Los insectos nocturnos cuando salen de
sus madrigueras a iluminar la oscuridad,
El chirriar de los grillos, el graznido de las
lechuzas.
La luna cuando aparece radiante acompañada
de miles de estrellas y luceros.
Añoro al amanecer pisar la hierba bañada
de rocío.
Las flores silvestres, las campanillas
trepando los cercados.
No me complacen nuevos paisajes,
añoro la exuberancia de mi tierra,
el astro refulgente que ignora estaciones.
Poder caminar sin miedo por sus calles,
Respirar el aire de la libertad.
Compartir esa dicha con mis hermanos,
los negros, los blancos, los niños y los
ancianos, todo mi pueblo cantando lo
mejor de su rico folclor, alabando a Dios
por devolverme la añorada liberación.
La Fortuna, Leganes
24 de abril de 2011
OTRAS NOSTALGIAS
Busco la felicidad y esta escurridiza
se escapa una y otra vez.
La vida a veces me hastía aunque la
ame con ímpetu de adolescente.
Cansa el bregar por este mundo
desconocido.
Anhelo la paz y el sosiego, las tardes
tranquilas, el reposo que sopese la
La carga que llevo a mis espaldas y
que a veces se hace tan pesada.
¡Vida, déjame soñar que aún puedo
alcanzar la felicidad y la paz que tanto
añoro!
¡Llévate la tristeza que ensombrece mi
alma!
¡Devuélveme el sol de mis ilusiones,
el optimismo que se me escapó!
24 de abril de 2011
se escapa una y otra vez.
La vida a veces me hastía aunque la
ame con ímpetu de adolescente.
Cansa el bregar por este mundo
desconocido.
Anhelo la paz y el sosiego, las tardes
tranquilas, el reposo que sopese la
La carga que llevo a mis espaldas y
que a veces se hace tan pesada.
¡Vida, déjame soñar que aún puedo
alcanzar la felicidad y la paz que tanto
añoro!
¡Llévate la tristeza que ensombrece mi
alma!
¡Devuélveme el sol de mis ilusiones,
el optimismo que se me escapó!
24 de abril de 2011
24 abril 2011
IAM SORRY
Te conocí a través de un hilo telefónico,
me cautivó tu cálida locución.
Ignoraba quien eras y como eras.
Cada mañana escuchaba el timbre de tu
voz, serena, complaciente.
Dirigías un programa musical en una popular
estación radial.
Elegía mis melodías favoritas,
siempre delicadas, siempre románticas,
interpretadas solo por instrumentos, sin
vulgaridades ni estridencias.
A través de esas preferencias descubriste
mi espiritualidad.
Cada día anhelabas escuchar mi voz, me
colmabas de elogios, elevabas mi autoestima.
Me consideraba privilegiada de poder contar
con alguien que me prefería tal vez entre docenas
de admiradoras.
Continué el juego, era para mí algo un nuevo,
fuera de lo común.
Con el transcurso de los días, creció la curiosidad,
fue mutua la atracción, la necesidad de un
encuentro personal.
Con la incertidumbre ante lo inédito,
una noche nos conocimos, la impresión fue
recíproca.
Ignoro lo que sentiste, si creíste haber alcanzado
lo que tanto aspirabas.
Para mí, como uno más, intranscendente,
ni más ni menos.
Llenabas transitoriamente un vacío.
Lo siento !!!!!!!!!!!!!
Tal vez para ti no fuera igual, las propias
ideas, los mismos proyectos.
Ante ti un oasis que apagaba la sed.
Perdóname!!!!!!!!!!!!!!
No fue esa mi intención.
Te busqué como la hembra en celo que
encuentra al macho que sacie sus deseos.
Discúlpame!!!!!!!!!!!!!!!
Si te utilicé como un muñeco que se tira con
desden una vez que de tanto manosearlo,
importuna, aburre y ya no es objeto de su agrado.
Dispénsame!!!!!!!!!!!!!!!
Pretendiste atraparme para siempre, que fuera
la compañera de tu vida, tal vez la madre
de tus hijos.
Con orgullo me tomabas del brazo y exhibías
ante tus amigos y conocidos.
Era para ti como un trofeo largamente soñado
y al fin alcanzado.
¡Qué pena que yo no sentía lo mismo!
Excúsame!!!!!!!!!!!!!!
La exaltación de los primeros encuentros,
con la monotonía se convirtió en una
hoguera extinguida, no me
conmovían tus razonamientos, promesas,
ni lamentos.
Te esquivaba, ni las melodías más sentidas me
inmutaban, dejé de escucharlas, con un solo
propósito: - Olvidarte, excluirte de mi existencia,
borrarte para siempre, ya que nunca te amé, que
solo fuiste para mí un estímulo pasajero que
desaparece sin dejar huellas.
Se que en ti hubo rencor, resentimientos que
no haz logrado superar, te parecía imposible esa
dura realidad.
¿Fui cruel? ¿Veleidosa? - Tal vez escondí el corazón
y solo entregué la pasión que pugnaba en mis
sentidos.
Me propuse no amarte y lo conseguí.
en el teatro de mi vida bajé el telón, la obra sin
éxito se terminó, para nunca volver a escena.
en otro que me haga lo mismo, pagaré mi maldad.
Lamentablemente es así y no puedo llorar.
Lo siento, perdóname, discúlpame, excúsame, dispénsame,
Es preferible la dura verdad a una farsa sostenida
por piedad.
Recuerdos de la década de los años 70
me cautivó tu cálida locución.
Ignoraba quien eras y como eras.
Cada mañana escuchaba el timbre de tu
voz, serena, complaciente.
Dirigías un programa musical en una popular
estación radial.
Elegía mis melodías favoritas,
siempre delicadas, siempre románticas,
interpretadas solo por instrumentos, sin
vulgaridades ni estridencias.
A través de esas preferencias descubriste
mi espiritualidad.
Cada día anhelabas escuchar mi voz, me
colmabas de elogios, elevabas mi autoestima.
Me consideraba privilegiada de poder contar
con alguien que me prefería tal vez entre docenas
de admiradoras.
Continué el juego, era para mí algo un nuevo,
fuera de lo común.
Con el transcurso de los días, creció la curiosidad,
fue mutua la atracción, la necesidad de un
encuentro personal.
Con la incertidumbre ante lo inédito,
una noche nos conocimos, la impresión fue
recíproca.
Ignoro lo que sentiste, si creíste haber alcanzado
lo que tanto aspirabas.
Para mí, como uno más, intranscendente,
ni más ni menos.
Llenabas transitoriamente un vacío.
Lo siento !!!!!!!!!!!!!
Tal vez para ti no fuera igual, las propias
ideas, los mismos proyectos.
Ante ti un oasis que apagaba la sed.
Perdóname!!!!!!!!!!!!!!
No fue esa mi intención.
Te busqué como la hembra en celo que
encuentra al macho que sacie sus deseos.
Discúlpame!!!!!!!!!!!!!!!
Si te utilicé como un muñeco que se tira con
desden una vez que de tanto manosearlo,
importuna, aburre y ya no es objeto de su agrado.
Dispénsame!!!!!!!!!!!!!!!
Pretendiste atraparme para siempre, que fuera
la compañera de tu vida, tal vez la madre
de tus hijos.
Con orgullo me tomabas del brazo y exhibías
ante tus amigos y conocidos.
Era para ti como un trofeo largamente soñado
y al fin alcanzado.
¡Qué pena que yo no sentía lo mismo!
Excúsame!!!!!!!!!!!!!!
La exaltación de los primeros encuentros,
con la monotonía se convirtió en una
hoguera extinguida, no me
conmovían tus razonamientos, promesas,
ni lamentos.
Te esquivaba, ni las melodías más sentidas me
inmutaban, dejé de escucharlas, con un solo
propósito: - Olvidarte, excluirte de mi existencia,
borrarte para siempre, ya que nunca te amé, que
solo fuiste para mí un estímulo pasajero que
desaparece sin dejar huellas.
Se que en ti hubo rencor, resentimientos que
no haz logrado superar, te parecía imposible esa
dura realidad.
¿Fui cruel? ¿Veleidosa? - Tal vez escondí el corazón
y solo entregué la pasión que pugnaba en mis
sentidos.
Me propuse no amarte y lo conseguí.
en el teatro de mi vida bajé el telón, la obra sin
éxito se terminó, para nunca volver a escena.
en otro que me haga lo mismo, pagaré mi maldad.
Lamentablemente es así y no puedo llorar.
Lo siento, perdóname, discúlpame, excúsame, dispénsame,
Es preferible la dura verdad a una farsa sostenida
por piedad.
Recuerdos de la década de los años 70
SIN DERECHO ALGUNO (Poema)
No tengo derecho a amarte, pero no lo
puedo evitar.
Aunque lo disimule, te llevo clavado como
una profunda espina que no logro sacar.
¿Qué hago en este mundo desconocido y
a veces hostil?
¿Qué corriente me arrastró y sacó de mi
apacible orilla?
Una fuerza descomunal me hizo romper con
antiquísimos principios. Quise huir de la negra
mancha sobre mi blanca reputación, atrás dejé
mis recuerdos, mis más caros sueños, los que
más me amaban.
He vivido como pendiendo de una fina cuerda
con el temor creciente de tenerte, de perderte
a cada instante, de verte muy cerca y lejano a
la vez.
La tibieza de tu cuerpo no ha sido capaz de darme
calor, la indiferencia ha matado mis antiguas ansias.
Sin embargo mi fiel amor a ti me ha mantenido
creyendo que existo, que aún puedo seguir
viviendo con el alma rota y sin esperanzas de
futuro.
Anhelo darte lo poco que queda de mí, solo mis
desvelos y cuidados, para que nunca te arrepientas
de haberme conocido y conserves en la posteridad
el mejor de los recuerdos.
La Fortuna, Leganés
11 de febrerote 2011
puedo evitar.
Aunque lo disimule, te llevo clavado como
una profunda espina que no logro sacar.
¿Qué hago en este mundo desconocido y
a veces hostil?
¿Qué corriente me arrastró y sacó de mi
apacible orilla?
Una fuerza descomunal me hizo romper con
antiquísimos principios. Quise huir de la negra
mancha sobre mi blanca reputación, atrás dejé
mis recuerdos, mis más caros sueños, los que
más me amaban.
He vivido como pendiendo de una fina cuerda
con el temor creciente de tenerte, de perderte
a cada instante, de verte muy cerca y lejano a
la vez.
La tibieza de tu cuerpo no ha sido capaz de darme
calor, la indiferencia ha matado mis antiguas ansias.
Sin embargo mi fiel amor a ti me ha mantenido
creyendo que existo, que aún puedo seguir
viviendo con el alma rota y sin esperanzas de
futuro.
Anhelo darte lo poco que queda de mí, solo mis
desvelos y cuidados, para que nunca te arrepientas
de haberme conocido y conserves en la posteridad
el mejor de los recuerdos.
La Fortuna, Leganés
11 de febrerote 2011
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