Si al levantarme en las mañanas, no
pienso en ti, es que no ha amanecido.
Si no poso mis ojos en todo tu cuerpo,
es que todavía no ha salido el sol.
Si no te expreso junto a la oración mis
mejores pensamientos, es que aún duermo.
Si no te dedico una dulce palabra, un beso,
es que todavía no he despertado.
Si en este día que Dios nos ha regalado no
estás conmigo, no existe nada para mí.
05 abril 2009
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