03 febrero 2010

EL PENSAMIENTO DE JOSÉ MARTI

José Julián Martí Pérez, nace en la ciudad de La Habana el día 28 de enero de 1853.

Hijo de padre gallego y madre isleña de Santa Cruz de Tenerife, ve la luz primera en una humilde casa de la calle Paula.

Desde muy joven se inclina por las letras. En su corta vida (1853-1895) dejó una fructífera obra literaria., como un claro precursor del Modernismo, en su obra cargada de romanticismo y humanismo.

Muy joven sufre los rigores del presidio político en toda su crueldad, llevando grilletes en sus piernas, como castigo a su libertad de expresión y su sentido ético de la vida, la creación y la condición humana.

Padece la separación de su madre y hermanas, su esposa y su hijo pequeño.

Desterrado a España, más tarde se radica en Los Estados Unidos, donde escribe para los niños y niñas americanos la revista “La Edad de Oro” Las obras completas en numerosos tomos. Presenta ante los obreros y profesionales de Tampa, su programa de libertad y justicia para el futuro de Cuba.

José Martí dedicó su corta existencia a elevar el pensamiento de los cubanos, no era un hombre de armas, aunque derramó su sangre en suelo patrio en Dos Ríos el 19 de mayo de 1895.

Erróneamente se le atribuye ser el “Autor Intelectual del Asalto al Cuartel Moncada”, precisamente en el centenario de su nacimiento.

Extraemos algunos de sus pensamientos, que son un claro mentís a tal afirmación.

“La patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos, y no feudo ni capellanía de nadie. (Tomo 4, página 239)

Con una gobierno que se mantiene en el poder por 51 años, no puede haber dicha, ni cielo para todos, sino dolor, ya que se ha convertido en feudo de un grupo de usurpadores , por tiempo indefinido.

“La libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pesar y hablar sin hipocresía” (Tomo 18, página 304)

“El respeto a la libertad y al pensamiento ajenos, aun del ente más infeliz, es mi fanatismo: si muero, o me matan, será por eso” Tomo 3, página l66)

¿Qué diría José Martí al ver tantos fusilados, presos en las cárceles o en el exilio, por tratar de ejercer esos derechos? Apoderarse del pensamiento: “ La libertad cuesta muy cara, y es necesario, o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio” (Tomo 4, página 193)

“No hay espectáculo, en verdad más odioso, que el de los talentos serviles” (Tomo 13, página 158)

“La fuerza tiene siempre sus cortesanos, aun en los hombres de letras. Hay hombres dispuestos naturalmente a ser ovejas, aunque se crean libérrimas águilas” Tomo 22, página 247)

¡Cuantos talentos serviles entre brillantes periodistas y escritores, que no son capaces de expresar la verdad que tienen ante sus ojos y prefieren mantenerse por intereses creados o miedo al margen de lo que sucede en la patria esclavizada!

“El hombre ama la libertad, aunque no sepa que la ama, y anda empujado de ella y huyendo de donde no la halla.” (Tomo 9, página 224)

Por esta causa andan dispersos por el mundo millones de cubanos, buscando la libertad que no pueden disfrutar en su patria.

“Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras: el de las lecturas extranjerizas, confusas e incompletas, y el de la soberbia y la rabia disimulada de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse, para tener hombros en que alzarse, frenéticos defensores de los desamparados” (Tomo 3, página 168)

¿Puede el hombre que escribió estos pensamientos ser el autor intelectual del Asalto al Moncada?

Es una falta de respeto tal falacia a la memoria del más grande pensador de nuestra América, nuestro Apóstol José Martí y la antitesis de todos su ideología, por lo que él catalogó: “Asesino alevoso, ingrato a Dios y enemigo de los hombres, es el que, so pretexto de dirigir a las generaciones nuevas, les enseña un cúmulo aislado y absoluto de doctrinas, y les predica al oído, antes que la dulce plática de amor, el evangelio bárbaro del odio” Tomo 7, página 230)

En una fecha tan sagrada para los hombres que aun mantiene su decoro, no les es posible depositar una flor blanca ante su tumba o en cualquier estatua o busto, que son vigilados y reprimidos por las fuerzas de la Seguridad del Estado a lo largo y ancho del país, tratados como a vulgares delincuentes, por desear rendirle homenaje.

¡Qué triste realidad en este nuevo aniversario de su nacimiento!

Madrid,
28 de enero de 2010

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