Todo lo puedo en Cristo que me fortalece
me da nuevas fuerzas para luchar, crear, para
vivir amar.
Mis esperanzas se renuevan cada día, mis
amaneceres son hermosos, porque tengo
la certeza que mi Cristo a mi lado va.
No hay penas ni sinsabores que Él no pueda
aliviar, si confiadamente en oración me entrego
a Él.
¡Bendito hijo de Dios, llévame de tu mano por
esta senda en que debo transitar, para siempre
sentirme segura y feliz!
Madrid, 28 de octubre de 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario