22 septiembre 2010

¡Y EL GATO QUÉ!

El nuevo éxodo que se está llevando a cabo en Cuba, es distinto y diferente a otros ocurridos en esta etapa de 51 año de dictadura castrista.

Desde los primeros meses de 1959, con el mal llamado Triunfo de la Revolución, muchos cubanos emigraron, ante el peligro inminente del comunismo.

En 1966 se produce el primer gran éxodo por Camarioca, en la provincia de Matanzas, esto dio lugar al Puente Varadero-Miami, que se prolongó hasta los primeros años de la década de los setenta.

En abril de 1980 ocurre los sucesos de la Embajada de Perú, donde miles de compatriotas trataban de escapar de la isla. Esto dio lugar a la barbarie de los actos de repudio por turbas dirigidas por las autoridades, que indiscriminadamente insultaban, maltratan y arrojaban huevos y desperdicios hasta a niños y ancianos. Fue una de las páginas más negras del proceso revolucionario.

El 5 de agosto de 1994 se produce lo que denominó El Maleconazo. En la capital de la república, una multitud se lanza a las calles en protesta, se permite dirigirse a la Base Naval de Guantánamo a unos 134,000 en balsas y cuanto flotara. Allí son albergados en casas de campaña, originándose La Crisis de los balseros.

Durante 16 años muchos cubanos han ansiado un nuevo éxodo, otros han salido por otras vías: ilegales, desertores, matrimonios con extranjeros, reunificación familiar, visitas temporales, etc.

Los últimos sucesos han precipitado el arribo de cubanos, principalmente a España, con la mediación de la Iglesia Católica presionando al gobierno a liberar a los presos políticos de la causa de los 75 de La primavera negra de 2003, la muerte del prisionero político Orlando Zapata Tamayo, los atropellos a Las Damas de Blanco, la prolongada huelga de hambre del psicólogo villaclareño Guillermo Fariñas, precipitaron estos acontecimientos,
acompañados de sus familiares, han constituido una verdadera avalancha.

La otra modalidad ha sido la ley promulgada por el gobierno español de dar la nacionalidad a los nietos de emigrantes. En estos momentos cualquiera tiene un abuelo o abuela nacido en la madre patria y lucha tenasmente por conseguir una inscripción de nacimiento de ese ser que muchos no conocieron y que les puede servir de puente para escapar de forma legal de la tierra cautiva.

La historia se repite, pero al revés, en siglos pasados los españoles emigraban a La Perla de las Antillas en busca de fortuna, huyendo al Servicio Militar y la guerra, hoy los hijos y nietos retornan a ocupar el lugar que ellos dejaron.

Esto dará lugar a que miles de compatriotas abandonen la tierra que los vio nacer y no se quiera quedar ni el gato.


Madrid,
6 de septiembre de 2010

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