Aquella soleada mañana del 18 de marzo del 2003, nos esperaba una desagradable sorpresa, mi casa, que sin hacer uso de ningún tipo de jactancia, era una de las cabezas de la oposición santiaguera, allí se encontraba la Biblioteca Independiente "Centenario de la República," la sede principal de la agencia de prensa Independiente "La Voz de Oriente",la delegación provincial del Consejo Unitario de Trabajadores, la presidencia de la organización femenina "Elena Mederos", la distribución de medicamentos del Plan Liborio, dirigido desde Puerto Rico por el señor Enrique Blanco, como gestora del Proyecto Varela, recogía firmas, por lo que permanecía prácticamente llena de la mañana a la noche de opositores que iban a llevar las últimas noticias, a denunciar atropellos, detenciones, a buscar una palabra de aliento y en muchas ocasiones recabar mi ayuda para pagar una arbitraria multa, un plato de comida, un medicamento.
Me encontraba en las labores propias de un ama de casa, cuando tocaron a mi puerta, era Osvaldo Rams de la Cruz, del Movimiento "Jóvenes por la democracia" dirigido desde la prisión Combinado de Guantánamo por su presidente Néstor Rodríguez Lobaina.
Por la expresión de su rostro pude darme cuente que me traía una mala noticia. Sin preámbulos me dijo que estaba rodeada la casa de Claro Sánchez Altarriba por agentes de la Seguridad del Estado,el que residía a pocas cuadras de la mía en la calle Santa Rosa y Rabí.
Rápidamente salimos, al llegar vimos lo aparatoso de los operativos policiales, varios carros de patrulla y muchos agentes de la Seguridad del Estado, entre los más conocidos el repugnante guajirito de Contramaestre Ramiro Tamayo, haciendo alarde de prepotencia, la pequeña y humilde casa llena, Claro en una esquina observando como lo registraban todo con gesto preocupado. Aunque no me permitieron entrar, desde la puerta le envié un mensaje de apoyo y seguridad,allí estábamos casi todos sus compañeros de lucha, nos sentamos en un muro frente a la casa, yo, como es habitual en mí me burlaba de ellos, principalmente hacía mofas de Ramiro, el que de vez en cuando me decía:- A ti te vamos a buscar en cualquier momento. Le respondía:- No tienes necesidad de ello, aquí me tienes.
Varias horas después sacaron lo ocupado, cosa ridícula, una vieja máquina de escribir de los años 40 , revistas y papeles, unos cubos plásticos desechables, propios para arrojar basuras,a lo que la anciana madre de Claro reclamó, sin que le prestaran ninguna atención, al parecer sería una prueba más de "Su delito".
Entre militares de armas largas y como si fuera un peligroso criminal, condujeron al detenido a uno de los carros, nos acercamos y recuerdo que le dije en voz alta:- ¡¡¡Claro, a ti te llevan, pero yo quedo en la retaguardia!!! ¡¡¡Ramiro vete a sembrar boniatos a Contramaestre!!!. Numerosos vecinos observaban la triste escena.
Al regresar a mi morada, supe que al unísono estaban registrando las casas de la familia de José Gabriel Ramón Castillo, la de sus padres y hermanos y en la propia en la calle Bacardí No. 5. Pensé:- ¡Dios mio! Deben de haber cogido todos los trabajos literarios presentados en el Concurso Arrecife, que recientemente se había convocado por el Instituto Independiente Cultura y Democracía, de muchos escritores y poetas santiagueros y los míos en los géneros de poesía, narrativa, cuento y una epístola dedicada a Frank País.
También me comunicaron de la detención del Dr. Luis Milán Fernández, que residía en el reparto Antonio Maceo.
Traté de comunicarme con otros reconocidos opositores de la ciudad y hacer contacto con los de La Habana, casi todos los teléfonos estaban incomunicados, finalmente compré una tarjeta prepagada en dólares y pude hablar con emisoras en el extranjero y pasarles las noticias.
Por las ondas de Radio Martí, escuché que la ola de detenciones había sido a nivel nacional,muchos conocidos como Ricardo González Alfonso, Raúl Rivero Castañeda, Regis Iglesias, Omar Rodríguez Saludes,que precisamente tres días antes me había visitado, Manuel Vazquez Portal, Héctor Palacios Ruíz, Martha Beatríz Roque Cabello, los residentes en la ciudad de Palma Soriano, Jesús Mustafá Felipe. Dr. Ricardo Silva, Alexis Rodríguez y de Palmarito de Cauto Leonel Grave de Peralta y José Daniel García Ferrer, su hermano Luis Enrique en Puerto Padre, José Luis Rodríguez Tanquero en Amancio Rodríguez, en Las Tunas al Dr. José Luis García Paneque, y otros tantos, hasta completar la lista de 75 opositores detenidos e incomunicados en espera de un juicio sumarísimo de la causa conocida mundialmente como La Primavera Negra de 2003.
Fueron unos días de mucha tensión, en espera de nuevos arrestos, donde procuramos sacar de la casa todo lo que podía constituir una prueba de delito, gracias a la solidaridad de los vecinos y amigos, que con sigilo iban con un bolso aparentemente lleno y se llevaban libros, revistas y otros documentos importantes.
Fui citado por el agente de la Seguridad del Estado Giovanni Durán Pomier,el que con palabras amenazadoras me comunicó que tenía el número dos en la lista de la próxima recogida.
Como siempre, en estas circunstancias le dije despectivamente que estaba preparada psicológicamente para cualquier cosa, pero... que no se atrevieran a hacerme un acto de repudio, pues él había visto una estiba de ladrillos en el patio de mi casa y era para lanzárselos en la cabeza a quién se atreviera ha agredirme y mucha menos tratar de quitarme la máquina de escribir Optima, que mi padre me había comprado en los años 60, que si lo hacían, se la destrozaba en la cabeza.
Con el furor que me expresé, se puso como otras veces nervioso y me conminó a marcharme, con la advertencia de que no hablara más por Radio Martí
Como es conocido, hice caso omiso de las amenazas y continué mi labor divulgadora todo el tiempo de residí en Cuba.
Días más tarde se celebraban los juicios a puerta cerrada, no se le permitió a ningún opositor acercarse, so pena de ser detenido.
Las condenas oscilaron entre 15 y 28 años de privación de libertad, en las prisiones más alejadas de de sus lugares de residencia. Un calvario de se prolongó hasta ahora que van alcanzando la libertad por la presión nacional e internacional, la tenaz persistencia de las Damas de Blanco con sus comparecencias en las misas de la Iglesia de Santa Rita de 5ta. Avenida de Miramar y las marchas enarbolando un gladiolo en alto, la muerte de Orlando Zapata Tamayo, la larga huelga de hambre del opositor pacífico Guillermo Fariñas y por último la mediación de la Iglesia católica representada por su cardenal Jaime Ortega con el gobierno cubano y también la visita del Ministro de Relaciones Exteriores de España, señor Miguel Ángel Moratinos.
¿Hasta cuando debemos sufrir estos acosos? ¿Habrá otra redada para condenar a otros opositores?
De los Castros y camarilla, no se puede esperar nada bueno.
Madrid,
8 de septiembre de 2010
23 septiembre 2010
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