¿Qué sería de esos árboles desnudos
Por el rudo invierno su no tuvieran
La esperanza de una nueva primavera,
Que los vestirá de verde follaje y
Hermosas flores?
¿Qué sería de los seres humanos en los
Tiempos de dura borrasca sin la certeza
Que de nuevo verán el sol refulgente,
Con su luz nos mostrará que con fe
Siempre habrá un día mejor?
¿Sin la convicción que por oscura que sea
La noche, siempre vendrá un fulgurante
Amanecer?
En las tempestades de la vida, invariablemente
Surgirá la calma, orando y esperando la
Continúa ayuda de Dios.
No habrá dolor ni pesar que El no pueda aliviar,
Cumpliendo su promesa: “Yo estoy con vosotros
Todos los días, hasta el fin del mundo”. Amén
San Mateo 28:20
Madrid, 21 de febrero de 2010
14 marzo 2010
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