Vemos con dolor la insensibilidad del gobierno cubano, que actualmente se encuentra envuelto en el escándalo que se ha producido por la muerte el preso político Orlando Zapata Tamayo y que se enfrenta a otro, tal vez de mayores proporciones, se trata de la huelga de hambre que se encuentra realizando en estos momentos el psicólogo y periodista independiente de Las Villas Guillermo Fariñas, por reclamar pacíficamente en riesgo de su vida que se liberen a los presos políticos que se encuentran en las inmundas cárceles de toda la isla, por el único delito de pensar libremente.
¿Han olvidado los Castros y sus más cercanos seguidores lo ocurrido en Santiago de Cuba cuando asaltaron el Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953? ¿Los más de 40 muertos de ambas partes, mientras ellos huían del campo de batalla?
En aquella ocasión el gobierno que pretendían derrocar a sangre y fuego, no los condenó a muerte, sencillamente no lo recogía el Código Penal vigente, fueron tratados como presos políticos, con las mejores condiciones en el Presidio Modelo de Isla de Pinos (Hoy Isla de la juventud) Camas Limpias, comida a su gusto, ya que ellos mismos se cocinaban, jamás tuvieron que reclamar sus derechos con una huelga de hambre. Aquel gobierno firmó una amnistía y fueron todos liberados sin haber cumplido ni la cuarte parte de la sanción impuesta por los tribunales.
Salieron triunfantes y muy orondos, con, toda libertad, hasta la de escribir en diarios de la época sus opiniones, como ocurrió en el articulo publicado por el propio Fidel Castro titulado ¡Estúpidos! Refiriéndose a una golpiza recibida por la policía a Juan Manuel Márquez, en la que condenaba tal hecho con las más duras palabras.
Pronto se apresuraron a modificar el Código Penal, para así implantar en tenebroso paredón de fusilamiento, lo que ha cobrado la vida de miles de cubanos, crear nuevas leyes para reprimir todo asomo de rebeldía.
El Rey de Marruecos Mohamed IV ha sido más sensato, cedió a todas las peticiones de la luchadora pacífica Aminatu Haidar, no se quiso ver involucrado ante las presiones de otros gobiernos y la condena en caso de la muerte de esta mujer que exige el respeto a los derechos humanos. Al parecer a los Castros les importa muy poco la vida de un ser humano y todo el fango que se vierta en contra de ellos.
Es sumamente triste, pero es un hecho palpable.
Madrid,
6 de marzo de 2010
07 marzo 2010
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