Esta aventura ocurrió hace
25 años, del 25 al 29
de septiembre de 1995 y todo ha cambiado para mal, ya aquellas bellas y
confortables cabañas apenas existen y el servicio es pésimo.
Por el trabajo de mi sobrina Ivette Rodríguez Hernández (CIMEX) por su buen desempeño se le
asignó una cabaña.
Hemos venido después
de algunas peripecias con el trasporte,
Ivette, su entonces esposo José Pequeño Soto, su hija Iliette, su prima Liliam Duran
Jorge, Ileana Rodríguez Hernández y sus hijos Joan Manuel y Albertico Fernández Rodríguez.
La llegada a Berraco ha sido una verdadera odisea. Desde el
día anterior había preparado mi equipaje y todo lo necesario para los 3 días de
estancia en la playa, trusa, short, chancletas, mosquitero y algunos utensilios
de cocina. Hice un pudin de harina de maíz y coco, más un tapers con
croquetas. Ivette trajo lo que le dieron por un módulo en su trabajo
leche, chocolate, algunas latas,
cervezas, refrescos y spaguettis.
El lunes al medio día
ya estaban en mi casa de San Carlos 257 en San Pedro y Santo Tomás,
Ileana y sus dos hijos. Hice comida y almorzamos para dejarle a mi hermano Antonio, potaje de
frijoles negros, arroz blanco, croquetas, huevos, 3 merluzas fritas, pues no
había otra cosa.
Si me pongo a pensarlo, no voy, estoy apretada de dinero, pero… ¿Qué otra
oportunidad tendré de pasarme unos días en la playa? Por eso sin mucho
analizarlo tomé mis bártulos decidida venir.
Ivette me había dicho que
el transporte lo pondría la corporación donde trabajaba. Me llamó por
teléfono a las 12.30 p,m. para que
bajara hasta su casa. Gracias que Ileana me ayudó, ya que eran dos jabas y un bolso con mis cosas personales.
El día estaba muy nublado y ya había caído un fuerte
aguacero por la mañana. Antes tuve que ir a la bodega a comprar la leche en polvo de la dieta de mi hermano
(300 grs. para 5 días) 4 libras de papas
en el mercadito, y el 25% de kerosene en
el puesto de combustible, por lo que tuve una mañana bastante agitada.
Después de almorzar a toda prisa salimos los 4.00 p.m. por
toda la calle Santo Tomás, jadeantes y sudorosas por tanto peso encima, ella me
dijo que mejor cogíamos por San Pedro, tal vez alguien nos llevara, así lo
hicimos pero nadie nos dio una “botella”. Llegando a la calle San Francisco, ya
casi no podíamos más, venía un auto
grande amarillo y negro, era un taxi particular, le hicimos señas que
parara, pero no nos hizo caso, pero Ileana lo conocía por ser amigo de su hermano Serafín, le gritó y entonces paró y
se disculpo y nos llevó hasta el Paseo de Martí, ¡Qué alivio!
Cuando llegamos a la casa de Ivette, ya lo tenía todo
recogido y lista para el viaje a la playa y esperando a un compañero de trabajo
que nos iba a llevar.
Iliette y Liliam muy
jubilosas preguntaban una y otra vez
¿Cuándo nos vamos? Pasaban las horas, Ivette llamaba al que supuestamente nos
iba a llevar y nada, no venía.
¡Resultado! Nos dieron las 8.00 de la noche y nosotras con rostros
desalentados. Me puse a orar pidiendo la ayuda de Dios. Vino un compañero
de trabajo de Ivette que era uno de los jefes con su chofer y cuando vio que nos
habían embarcado y nos dijo que cuando el chofer lo llevara a su casa vendría a
buscarnos. Ivette le tenía miedo a ese
viaje de noche por una carretera
estrecha y peligrosa, llena de
baches y lloviendo Yo confiada en la
protección de Dios oraba. Algo había pasado.
Ileana fue a ver a su hermano
Serafín y éste como otras veces puso excusas, esto le dolió Ileana y manifestó
que no era justo, que el auto que le dio su padre, era de todos, pero Serafín se ha vuelto un poco egoísta, ya en el
mes de julio que Ileana le habían conseguido una cabaña en Berraco y la perdió,
pues él no lo quiso llevar y no encontrar
otro que le diera el viaje. Eso me disgusta, él es su hermano. Ella triste, pues sus
hijitos este año no han ido ni un día a la playa. Ella se
propuso resolver este asunto y llamó a su amigo Palomino para que le hiciese “El talle” y nos dejara ir en la
guagua de los trabajadores. Después de varias llamadas quedó que fuéramos a las
6.00 de la mañana y frente al
Servicentro que se encuentra más abajo de la Terminal de calle 4 del Reparto
Sorribes. Nos levantamos a las 4.00 de la madrugada, a esa hora despertó a sus hijos y tomamos las empinadas
y solitarias calles y gracias a Dios antes de las 8.00 de la mañana nos recogió
y nos llevó a la playa. Los niños muy contentos y dispuesto a darse el primer
chapuzón, pero… nosotros esperando el otro transporte en la casa de Ivette, vino e
iba muy de prisa, ella le recomendó que fuera más despacio, para evitar un
accidente ya que no tenía buenos frenos.
Yo orando mis Salmos preferidos el 23, 91 y 121. En la larga espera tuve la
oportunidad de predicar evangelismo a una muchacha vecina de Ivette.
Llovía mucho y
los charcos de agua salpicaban
los cristales del auto. Pasamos por el Centro Urbano Abel Santa
María, a causa de la lluvia los
edificios se veían oscuros como cómo
tumbas de un cementerio abandonado. Los demás niños se durmieron y yo seguía
orando pidiendo la protección de Dios y rogando: ¡Señor quita cualquier
obstáculo en nuestro camino! ¡Y en efecto! Al doblar una
curva vimos como 3 o 4 vacas estaban
en la orilla, ninguna en medio de la vía, di las gracias a Dios por
haberlas apartado tan oportunamente.
Llegamos felizmente a la playa de
Berraco. Después de los trámites de rigor en la
oficina, nos situaron en la
cabaña A-4. Tiene debajo dos camitas,
una mesa y sillas. Un ventilador y una
pequeña meseta con fregadero y refrigerador. No tiene televisor. En la parte de arriba 2 camas Box Spring con un ventilador
de techo y una mesa de noche. Lo que no había ni sábanas ni toallas, menos mal que nosotros traíamos.
Enseguida me di un baño, Ivette conectó la hornilla
eléctrica y freímos croquetas, que
comimos con pan y pudin de harina y también hice leche.
Fuimos a la playa y nos sumergimos en sus aguas tibias
por el fuerte sol que nos alumbraba.
Así pasamos el primer día, por la
noche puse el mosquitero. (Siempre llevo clavos y una piedra para ponerlo, hay
muchos mosquitos) Me arrodille antes delante de mi cama, Liliam me imitó y oro
conmigo ¡Gracias Señor! Me tome un Diazepan y una Benadrilina y me dormí
enseguida, también estaba muy cansada y fatigada por las peripecias de ese día.
Al despertarnos descubrimos muchos
mosquitos dentro del mosquitero, así que nos
picaron a su antojo.
Como dije antes estaba Ileana y sus
hijos, hicimos café y leche, desayunamos pan con mantequilla. Con José y los
niños nos fuimos a la playa, Albertico y yo nos quedamos en la orilla, no tenía deseos de
bañarme en el mar tan temprano, el niño muy activo usando todos los equipos del Parque Infantil.
Este paisaje es muy hermoso, el mar de frente en su inmensidad y continúas
olas, las montañas a su espalda, grandes árboles de mamoncillos, por eso el
motel se llama “Los mamoncillos” Está lleno de cabañas de troncos y tejas
acanaladas, la gran cocina y el
restaurant adornado de lajas y plantas
ornamentales. Por sus calles transitan
autos y una guarandinga, que es un
amplio transporte con asientos y al aire libre que hace sus paseos por toda la amplia zona de Baconao
hasta la laguna del mismo nombre. Allí venden
deliciosos pescados fritos nombrados Pataos, donde también existe un
restaurant y varios edificios para el
alquiler de turistas, la playa bordeada de uvas caletas, donde se encuentran el
rio y el mar.
Regresé a la cabaña y todos los
demás se quedaron en la playa, me quedé
para estar pendiente cuando vinieran a hacer el pedido del almuerzo. Escuché
música en una pequeña grabadora sentada
en una cómoda silla plástica frente a la puerta. Mucha tranquilidad y paz en
el hermoso paraje, lo que no puedo evitar es el dulce recuerdo de los días
tan felices que allí disfrute en los
años 1983 y 1984 junto a Pedro Emilio Guerra Salazar, el que llenó de tanto
amor mi vida, solo me quedan las fotos que él me hacía con tanta ternura y dedicación.
Vino una empleada del complejo turístico y trajo sábanas y toallas,
otra a recoger el pedido del almuerzo, ofertaban potaje de frijoles colorados, spaguettis, boniatos y pan. En el
refrigerador había cervezas, refrescos,
croquetas, turrón de chocolate con almendras y refrescos instantáneos. Este menú costó 21.00 pesos para 8 personas, no
estaba cara.
Regresaron de la playa José,
Ivette, Joan Manuel y Liliam. Ileana se quedó en la playa con Albertico y un
amigo que se encontró llamado Luis.
Después de almorzar nos acostamos y
despertamos baja la lluvia.
Por la noche cenamos spaguettis, arroz con calabaza y
huevos duros, pan y refresco instantáneo. Los muchachos cantando y haciendo
acrobacias hasta que nos acostamos, seguía lloviendo y no se podía salir a
ninguna parte.
Arriba estaban José, Ivette, Liliam e
Iliette y abajo nos acostamos Ileana, Joan y Albertico, un poco
apretados. A media noche se fue la luz ¡Para qué fue aquello! Miles de
mosquitos nos querían cargar en peso, a Joan y Albertico no lo dejaban dormir. ¡Qué noche! Amanecí sin poder dormir, cansada y adolorida, comida de picadas
de los mosquitos, con grandes deseos de
irme para mi casa. Desayunamos pan con mantequilla (Yo se lo saco no me vaya a
subir el colesterol) y refrescos instantáneos. Después… me hice el propósito
de caminar hacia la Comunidad Artística
que existe a la derecha del combinado turístico donde viven y trabajan en pequeñas casas artistas,
artesanos y pintores. Las casas son muy bonitas y de un estilo original.
Ileana y Albertico a primera
instancia iban conmigo, pero se arrepintieron y se viraron para la playa. Yo
seguí caminando hasta otro pequeño asentamiento más adelante de casas de piedras, puertas y ventanas de
troncos barnizados, también muy originales, al parecer de gente muy pobre por
su aspecto.
Regresé a la cabaña cerca de
las12.00 del día, ya Ileana había hecho el pedido del almuerzo y la cena de
arroz con carne de res (Por primera
vez) además huevos duros con salsa y refresco instantáneo. La luz la pusieron por la tarde. Mientras…
hice una ensalada fría con spaguettis, papas, jamón y mayonesa (Las papas no
las hirvieron en la cocina del comedor de los trabajadores a petición nuestra por
faltarnos la corriente casi todo el día
¡Quedó muy sabrosa!)
Esa noche Ileana e Ivette
decidieron bajar dos colchones de los Box Spring y se llevaron a Joan para la
parte de arriba. Esa noche también llovió con intensidad y no podíamos salir de
la cabaña. Dormimos mejor, solo que Albertico lloró varias veces, Yo con el
Diazepan y la Benadrilina hicieron que no sintiera las picadas de los
mosquitos. Albertico amaneció hinchado de tantas picadas de los insectos, que
parecía un chino.
Ayer nos visitaron Luis Sardina y Pocholo
y otro compañero que trabaja en la tienda “Fantasía” (Es una shopping) Dicen
que van a coger 17 tiendas de Enramadas para shopping en dólares y me pregunto_ ¿Y nosotros los que no tenemos
dólares qué?
Esta mañana de jueves 28 de
septiembre nos visitó el administrador del complejo turístico y nos dijo que van a fabricar 250 nuevas cabañas. Me alegra, así habrá más
facilidades para alquilar, aunque seguro que pasará a la cadena hotelera del
Parque Baconao “Isla azul” o “Rumbos”¿Quién sabe.
Hoy no ha habido pan, tratamos de
hacer café y la cafetera no quiere colar ¡Qué lucha! Menos mal que nos quedaban
croquetas, leche y refrescos. Vamos a ver
si hoy tenemos almuerzo.
Aquí estamos prácticamente
incomunicados con la ciudad, el teléfono público está roto, casi no se ven
pasar autos por la carretera, pero sí mucha paz y silencio, solo interrumpido
por los trinos de los pájaros y el rumor del cercano mar. Parece que estamos
fuera de la civilización, hay solamente
2 o 3 cabañas ocupadas y muy pocas personas, la playa está casi
desierta, como le gusta a mi hermano
Antonio, enemigo del rebullicio ¿Cómo
estará?
Albertico dio tremenda tángana
porque comenzó a llover y los demás comenzaron a bañarse bajo la lluvia, lo que
les puede ocasionar un fuerte ataque gripal, es muy peligroso, pero no hacen
caso y están alborozados dándose tremendo baño, ya que no pueden ir a la playa.
Solo me queda pedir a Dios que los
salve.
Me alegra ver cuando servimos la
mesa a los niños orando con mucha atención, hasta Liliam cierra sus ojitos muy
atenta. Es lo que les he enseñado.
Le ruego a Dios que hoy no se vaya
la luz, pues dice Luis que cada vez que llueve mucho se revientan los caballitos y a veces se pasan hasta 3 días
sin corriente.
En esta playa apacible pasé días
inolvidables con Pedro, por su delicadeza y finos modales me hacían sentirme una mujer realizada y
sobre todo amada. Fueron tal vez los
días más felices de mi vida. Esto hoy me llena de una dulce melancolía. ¡Qué
bien me sentía con Pedro aquí!
¿Qué será de su vida? Se fue a
Alemania en 1993 y solo sé de él porque no ha dejado de escribirme. ¿Lo volveré
a ver algún día? La mirada se me pierde
en el infinito horizonte, me siento sola y me falta su calor.
¡Ojala que mañana amanezca un día
soleado y podamos disfrutar de la playa
e irnos sin problemas.
Vino un empleado del comedor a
hacer el pedido del almuerzo, arroz blanco, frijoles y huevos duros, importó 12.00 pesos.
Sigue lloviendo, dicen que es una
Honda Tropical. ¡Qué inoportuna! No obstante José y los muchachos se fueron a
la playa y al poco rato llegaron que parecían hombres primitivos, con los
cabellos empapados y tiritando de frio.
Ahora nos preocupa en qué nos
iremos de aquí, ya que no se ve ni la guagua de los trabajadores por tanta
lluvia.
Almorzamos, gracias a que el
almuerzo fue traído puntual. De postre,
conserva de guayaba que trajo Ivette.
Después nos sentamos a conversar sobre el Hotel Casa Granda que también pasó a
una corporación. Nos acostamos a dormir la siesta y al poco rato los muchachos
divisaron el automóvil de Serafín, vino con su esposa Merceditas Castilla y su
hija Leanne, por lo que nos pusimos muy contentos y lo embullamos paraqué se
quedaran esa noche con nosotros y así no
tendríamos el sufrimiento de cómo salir de allí, aunque éramos 8 y las cabañas están diseñadas para
4. El e Ivette fueron a ver al
administrador y conversaron con él y
accedió a alquilarles la cabaña número
15, frente a la nuestra, ahora estamos todos juntos y en familia, me siento my
feliz de poder compartir con mis sobrinos.
Serafin nos comunicó que iba al Acuarium a ver si
encontraba algo de comer, pan o cualquier cosa, todos fuimos menos Ileana y Albertico que estaba muy
alterado por las picadas de los mosquitos. Pasamos por el Balneario del sol, un
hotel con una bella construcción a la orilla del mar, pero de lejos, pues se
hospedan turistas canadienses y todo es con divisas y a los cubanos no nos
dejan ni pararnos en la entrada. Pasamos por Sigua, donde se encuentra la famosa casa de Pedro el cojo, todo cerrado,
hasta llegar al Acuarium, todo igualmente
cerrado como si fuese un pueblo abandonado. No encontramos nada y…
¡Tenemos un hambre…
Como esta tarde afortunadamente no
está lloviendo regresamos y nos fuimos a la playa y nos dimos un buen baño, las
olas estaban un poco fuertes y yo que no sé nadar, permanecía cerca de la
orilla, los muchachos como siempre no querían salir del agua.
Estamos esperándola comida con
ansias ¡Qué hambre_ no sabemos el menú de hoy.
La cosa se puso mala, al ver que no
venían a hacernos el pedido de la
comida, salimos José y yo, primero fuimos al restaurant “La Arboleda”. Llamé y
no encontré a nadie, abrí la puerta de la cocina que estaba cerrada con un
alambre y entré, vi un enorme caldero, otro más pequeño sobre el fogón de leña humeante, según supe después se
estaba preparando para el día siguiente, salimos y nos dirigimos al restaurant
“Los mamoncillos” allí vimos un camión descargando cajas de sorbetos
y mitades de puerco. Nosotros esperando a ver qué decidían y nos vendían
algo. Finalmente nos dijeron que no habían dejado comida ni para los
trabajadores de guardia. José y yo les dimos tremenda charla de lo que era la
indolencia y la falta de responsabilidad, yo de brabucona como siempre les dije
que esto había que resolverlo, si no me iba a quejar por escrito al mismísimo
Partido Provincial. Uno de ellos me dijo que esto aquí pasaba
a menudo y nunca se resolvía nada ¡Qué consuelo! Comenté con José: _
Por eso este país se hunde, me
respondió: _ Esto no se lo hacen a los
turistas extranjeros, nosotros somos como
perros para ellos. Seguí
insistiendo, que 5 niños no se podían quedar sin comer y que por todos
estos contornos no habían ni dónde amarrar la chiva (Dicho popular donde no se
encuentra nada) Uno de ellos nos dijo que después de descargar el camión iba a
ver a uno de los administradores, que estaba al frente de las nuevas
cabañas, que dicho sea de paso están muy
bellas y confortables, tal vez para
alquilarlas a los turistas extranjeros, ya que para los cubanos de a pie… ¡Lo
peor! Nosotros salimos detrás de ellos y
al descargar se les cayó una caja de
sorbetos sobre un charco de agua sucia, yo tenía tanta hambre que pedí
uno y me dijeron que eso se decomisaba y me quedé con las ganas. Un compañero tocó a una puerta y el que estaba dentro le dijo que pasara, estaba con una pierna enyesada, le
contamos lo que no pasaba y dijo que eso se iba a resolver, que había que pesar
la mercancía dispuestas para las 4 o 5 cabañas ocupadas y por lo menos nos iban
a hacer spaguettis con carne. Nos fuimos más alentaos, pero… ¿A qué hora
estaría eso?
Al ver que eran las 7.50 de la
tarde y no se veía a nadie Ivette y Merceditas fueron a “La
Arboleda” Todavía no habían comenzado a cocinar ¿Qué es esto? Ivette
vino con una cocina eléctrica que le prestaron en una cabaña y cocinó spaguetis.
José muerto de hambre y los demás
no se quedaban atrás. Ileana desconsolada, Luisito no había venido hoy ¿Qué le
pasaría? Miraba a ver si venía y nada. ¡Menos mal que la cocinita calentó
bastante.
Vino una muchacha que le dicen China y nos dijo que a esa hora (8,00 de la
noche) que todavía no había salido la
mercancía del almacén. ¡Qué esperanza! José estaba tan hambriento que manifestó
que comería en la primera tanda, le respondí que esto iba a ser como cuando un
barco se está hundiendo: _¡ Los niños y las mujeres primero!
9.00 pm. Vino la China el menú
sería cerdo guisado con spaguettis y que
costarían 11 raciones 63.25 pesos.
La primera tanda de spaguettis
le echamos una lata de jamón y salsa de
tomate. Le servimos a los niños y
nosotras lo probamos. La China vino a recoger las cantinas, pero aún no estaba
la comida.
Iliette y Leanne se cayeron de la
escalera. Hubo llanto y mocos. Ileana sigue añorando la presencia de Luis ¡Ay,
ay, ay!
En la cabaña hay gran algarabía y
la comida no acaba de llegar, para aumentar el show y la gritería a Liliam se le metió una cucaracha en la tota. Todos gritando
asustados, Iliette se encaramó en una silla, otros encima de las camas.
Mientras… Joan preguntó: ¿Y la comida? ¿Cuándo llega?.
(Esta narración hecha con una
escritura de pacotilla, será pasada en
máquina, foto copiada y repartida entre todos para que les quede el recuerdo de
esta aventura para la posterioridad)
Son las 8.55 pm. Y la comida no
acaba de llegar.
( Nota de prensa) En el grupo hay
una personita que se orina en la cama, que por razone obvias no decimos su
nombre, ya que este modesto diario puede
ser leído dentro de 15 o 20 años y… ¡Qué pena si la novia se entera!
Seguimos esperándola bendita
comida.
Si supieran… los niños se han acostumbrado a orar en cada comida,
me agrada mucho, hay que dar gracias a
Dios por todo.
José a pesar de todos los inconvenientes esta
alegre, canta y no se sabe si imita a Nelson Ned, Julio Iglesias o a Roberto
Carlo.
La segunda tanda de spaguettis
salió a las 9.40 pm. Y la otra comida no ha llegado. Los spaguetis con el hambre que teníamos lo encontramos de
exquisitos con el jamón y la buena salsa de tomate y mayonesa. Yo me siento
llena, los demás esperan la otra comida,
dicen que no se han llenado y yo pensando: ¿Cómo estará Ñico?
A
pesar de todo la noche
transcurrió alegre en medio de tantas vicisitudes, los muchachos escuchando
música en la grabadora de la 2da. Planta, aunque hay una oscuridad que no se ve
nada y… Luisito no aparece ¡Qué pena!
Los perros que deambulan por la
instalación también están esperando
pacientemente a ver qué se les tira, pero…
La
China vino a las 11.00 de la noche con dos cantinas con spaguettis
hervidos, arroz amarillo con carne, muy pálido, al parecer no tienen salsa de
tomate, carne de cerdo ¿Guisada? Yo diría hervida y el color se lo dieron con
azúcar parda quemada. El único que bajó a comer fue José, los niños se habían
dormido y los demás estábamos llenos con
los spaguettis. Nos acostamos después de dejar en el refrigerador la comida
para el día siguiente, nada afuera, ya
que tenemos un indeseable visitante no invitado merodeando por
los alrededores de la cabaña, que se pasa toda la noche buscando qué
comer algún alimento y si no los encuentra se come hasta las bolsas de naylón.
Los que lo han visto dicen que es un
enorme ratón ¡Qué asco! ¡Era lo que nos faltaba!
Esa noche llovió mucho.
Al día siguiente no hubo desayuno. La
irresponsabilidad de los dirigentes de
este combinado turístico es evidente. Yo diría: ¡Desastrosa! No hay apenas
ofertas en un país rico en frutas, se
podían hacer batidos, es que no se hace ni la menor gestión para
satisfacer la demanda de los usuarios a estas instalaciones, en el menú no
existen las hortalizas, ningún tipo de
dulces ¿Por qué? Por la incapacidad y falta
de exigencia del organismo superior que los más ineptos dirigentes, solo
están aquí por el sueldo que se le paga y… Lo que se les pega.
Pensaba y pensaba que este lugar
podía ser mucho más bonito y confortable
con un poco de interés e imaginación. ¿Por qué los pocas
plantas ornamentales, casi ninguna flores, poco césped, cercas que impidan la entrada
libre de animales, pues los chivos se pasean como en su casa. Otra cosa
desagradable es que no se recoge la basura, no se limpian las cabañas a diario
como en los hoteles, cestos llenos de
papeles hasta que descubrimos pres isamente detrás de nuestra
cabaña un gran basurero y de
frente a la carretera, así que el que transita por aquí puede observar el desaguisado. ¿Qué impresión se
llevaran los turistas extranjeros?
En realidad estos parajes podían
tener más belleza y atractivos que admirar y sí mucho malojero. Creo que se vería
mucho más bonita si sembraran por
sus alrededores de buganvilias y adelfas, plantas muy bonitas y resistentes a las
inclemencias del clima y que no necesitan de regadío como otras plantas. Frente
a las cabañas deberían sembrar crotos,
palmitas y otras plantas que embellezcan
el paisaje y alegran el ambiente, solo hay yerbas feas y ni siquiera un césped
bien cuidado. Qué impresión tan grata sería llegar a esta instalación y ver miles de flores multicolores perfumando
y llenando de colorido del paisaje de
mar azul y el verdor de las cercanas montañas! ¿Por qué las
sombrillas de guano de la playa están rotas? ¿Cuesta tanto su reparación
cuando el guano de las palmas reales
está en abundancia en todos los campos
de Cuba? ¡Qué impresión tan desagradable
me dio ver lo que fue el bello y
confortable antes cafetería y
restaurant “La arboleda” tan feo con una
cocina de leña humeante y tiznada! ¡Qué
pena y añoranza por el que conocí en años anteriores! Hay desidia por los que podían mantener este
lugar tan bello como lo fue en sus primeros años en las yo posaba para las más bellas fotos de colores Me entristece
el parque infantil también abandonado y con casi todos los equipos rotos, lo
que resulta peligroso para su uso por los niños que lo utilizan deslizándose por las canales que están con sus bases descarnadas y pueden lastimarse al caer en el cemento que no tiene protección por su mal estado.
Algo que no puede escapar de mi implacable pluma. Por la noche
, ya dije que la comida llegó casi a la
media noche, pero… una compañera vino vendiendo sorbetos, aunque dijeron que no se iban a vender por no saber
su precio, pero que le dieran 15.00 pesos por paquete y así mismo lo compramos
con la esperanza que al día siguiente
nos vendieran más. Resultado que vinieron por la mañana y nos dijeron que tocaba un paquete por cabaña y que
solamente había 4 ocupadas y vi con mis
propios ojos cómo se bajaban del camión unas 10 cajas. En el supuesto caso que
se vendieran por cabaña ¿Qué se hacía con el resto de los sorbetos? ¿Acaso uno
por cabaña no alcanzaban más para todos?
Era evidente el trapicheo, me di cuenta
del rejuego y el sucio negocio por
debajo de la mesa, la corrupción que no se
acaba nunca bajo la mirada indolente de los jefes que son los que deben
poner orden.
Pues bien, como no tenemos desayuno
nos contentamos con calentar la comida
del día anterior con desayunar y cenar al mismo tiempo. ¡Qué innovación!
Como hoy es el último día de los que vinimos el fin de semana, a comida fue algo mejor, debemos
abandonar la cabaña a las 2.00 de la tarde, para darle cabida a los próximos huéspedes. Se
había carne de cerdo, bisteces de carne de res, arroz con carne de cerdo y
spaguettis. Almorzamos bien e hicimos refrescos y algunos tomaron cervezas y de postre: Conserva de
guayaba.
Ya Ivette y Merceditas tienen todo
recogido, se dejó limpia la cabaña,
incluyendo el baño, el refrigerador, se recogió toda la basura y
se dejó en óptimas condiciones, para que los que vengan sepan que somos
personas limpias y organizadas.
Los niños dijeron adiós a la playa dándose el último baño.
En la máquina de Serafín nos fuimos
todos como sardinas enlata, los niños sobre
nuestras piernas, pero contentos y
satisfechos de tener garantizado el
transporte.
Pasamos a pleno día por el
Combinado de La Punta, el Valle de la
Prehistoria, con algunas cafeterías. Me recordó a las carreteras de Estados Unidos, muy bonitas y sobre todo: ¡Ahí si hay!
¡Hasta la próxima excursión!
El mundo da muchas vueltas, lo que
ni remotamente pensábamos, parte de los
integrantes de esta excursiones que
este escrita en Madrid el 21 de febrero
de 2021 es que nos encontramos muy lejos
unos de otros, Ivette y Claudia (No había nacido) se encuentran en Atlanta,
estado de Georgia, Joan Manuel y Albertico,
en Lanzarote y Fuerteventura, de
las Islas Canarias, Iliette y Leanne en Santiago de Cuba, también mi hermano
Ñico y Serafín e Ileana y Merceditas Castilla falleció en 2004 y yo
hace 13 años resido en Madrid.
¿Volveremos estar juntos alguna vez?
Madrid, 21 de febrero de 2021