abanicarme con las pencas de
las palmas reales,
endulzarme con una caña de azúcar,
saborear una fruta de El Caney.
Quiero pasearme por sus calles,
avenidas y parques.
Contemplar el azul del cielo besando al mar.
Quiero sentir sobre mi piel
el ardiente sol resplandeciente
desafiando a las blancas nubecillas.
Quiero disfrutar de una noche
estrellada, repleta de luceros,
con la brillante luna,
enseñoreándose del firmamento.
Quiero a mi Santiago de Cuba
donde viví tantos años,
disfruté de mi niñez,
mis primeras ilusiones,
mis sueños y esperanzas.
Quiero a mi ciudad emergiendo
entre mar y montañas,
donde guardo tan gratos recuerdos.
Quiero sobre todo sentir el amor de mi gente,
campachana, sencilla, cordial y amistosa.
La sonrisa franca y el abrazo
sincero.
¡Quiero a mi Santiago de Cuba!
Una preciada joya de la isla,
por tus paisajes exhuberantes
de un verdor inigualable.
Quiero a mi tierra pródiga y acogedora,
con tanta historia acumulada,
de grandiosas hazañas y valor.
Quiero disfrutar de la música,
que la ha hecho famosa en el mundo entero,
cuna de melodías de inspirados autores.
Quiero escuchar los inconfundibles
compases de los tambores
y la corneta china de una conga santiaguera,
Quiero sentir mi cuerpo estremecerse
y latirme el corazón con fuerza
detrás de La Sala'a Trocha arriba y Trocha abajo.
Quiero convivir con tus habitantes,
hermosa mezcla se muchas razas,
que los hace ser únicos en cualidades
físicas y espirituales.
Quiero algún día volver a pasearme
por tus calles y cantar a tu belleza
y darle gracias al Creador por
regalarnos tanta hermosura.
Madrid, 5 de septiembre de 2018
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