¡Qué dulce es dormirse pensando en ti!
Más dulce es despertar y seguir pensando
en ti.
Si te recuerdo noche y día ¿Qué sería de mi
de no haberte conocido?
Mis noches sin sueño, mis amaneceres tristes.
Por tu amor he sufrido heridas, dolor en el alma.
¡Qué vana esperanza es no sufrir por no haber
amado!
Lo más dulce del amor son los inconstantes celos,
que no sufre el pobre mortal que nunca ha amado.
Si por ti he llorado, son mis lágrimas el más puro
lamento de mi alma enamorada. Recoge cada gota
como si fueran
pétalos de una flor deshojada,
Guárdalos en un libro y al pasar el tiempo, aunque
marchitas te hablaran de lo que fue mi amor.
Si hoy rememoro tan dulces momentos ¿Qué hubiese
sido de mi de no conocerte?
Como una deslucida
hoja que lleva el vaivén del viento.
¿Qué sería de mí de no haberte conocido?
Me hubiese privado de recrearme de tu impetuosa
pasión
que llenó mis días y mis noches.
¿Qué hubiese sido de
no haberte conocido?
Contigo aprendí a
amar el fulgor de la luna y las estrellas
en las noches serenas en que
muy juntos andábamos por
las inquietas orillas de la playa y sus blancas olas nos
salpicaban,
luego corríamos por el bosque solitario cómplice de nuestra
pasión hasta quedar exhaustos.
De no haberte conocido ¿Cómo disfrutar de tan maravillosa
Experiencia?
Aunque pase el tiempo, que dicen que todo lo borra, yo
seguiré
creyendo que lo mejor que me ha ocurrido en la vida es
haberte
conocido.
Madrid, 31 de agosto de 2015
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