Nací hace 82 años, en una sociedad machista. Mis padres y otros familiares eran emigrantes españoles, que vinieron a Cuba en los primeros años del siglo XX en busca de nuevas oportunidades.
Siempre observé en mi hogar las costumbres de mis abuelas, tías y mi propia madre, su rol fundamental en la vida era la de ser esposas y madres, obedecer al cónyuge y criar hijos con muy pocas posibilidades de superación. Desde muy pequeña me hice el propósito de no ser igual, sería pianista y abogada para defender a los pobres, muchos se burlaban de mí por esa idea. Era la mayor de 5 hermanos y muchas veces tenía que dejar de ir a la escuela para atenderlos. En este ambiente se estaba formando mi controvertida personalidad, leía mucho y trataba de aprender en todo lo posible de cuanto material interesante caía en mis manos. A los 12 años ya era mecanógrafa y a los 15 modistas, por la precaria situación familiar no podía aspirar a más. A los 19 años me ofrecen una plaza como secretaria en una nueva empresa, ubicada en el Edificio Oriente en el centro de la ciudad, trabajaría 8 horas diarias de lunes a viernes y el sábado media jornada. Ganaría 30.00 pesos mensuales. Para mi joven vida aquello resultó ser lo mejor que me había ocurrido, podría ayudar a mi familia y tal vez hasta poder seguir estudiando. Con mi primer salario matriculé en una escuela de Administración y Comercio en el horario de noche. Al principio en la empresa no había mucho trabajo, aunque cumplía con todas las tareas asignadas y asistía con puntualidad. Resultó que allí iba con frecuencia el abogado que la atendía, este siempre tenia frases de halagos para mi persona, yo le daba las gracias por los elogios, al fin y al cabo era abogado y tenía mucha elocuencia. En alguna ocasión le había manifestado mi deseo de estudiar la carrera de derecho, él era profesor de la universidad y se ofrecía para ayudarme, yo sería una de sus alumnas
Un día se presentó en la empresa y me dijo que me necesitaba en su oficina para terminar un trabajo que debía entregar el lunes próximo. No puse objeción y ese sábado a las 2.00 de la tarde fui. Era un elegante bufete en los altos de un edificio de dos plantas.
Al llegar pregunté por su secretaria, ya que suponía que se encontraría presente, para mi asombro se dirigió a una vitrina y extrajo dos copas y una botella licor. Al momento me percaté de que sus intenciones no eran las mejores ni las que yo esperaba. Mi padre siempre me alertaba que nunca aceptara un brindis de un hombre, ya que podía echarme una droga. Estaba sentada en un living y él se aproximó hacia a mi, mientras yo trataba de alejarme. Me dijo sin preámbulos que me había citado para allí porque estaba muy enamorado de mí, que era un hombre rico y podía ponerme una casa, hacerme socia del exclusivo Siboney Yatch Club, pasearme en su yate y darme los lujos que nunca había soñado. Instintivamente me levanté del asiento y le manifesté: - ¡Usted se ha equivocado conmigo¡ ¡Yo no me vendo! - ¡Me voy! Este se paró delante de la puerta de salida, que afortunadamente estaba abierta. -¡Tú no te vas! –entonces dije ¡Grito! –No importa, nadie te va a escuchar, - respondió, todas las demás oficinas están cerradas. Miré alrededor y solo pude ver una carpeta grande y negra sobre el escritorio. Sin pensarlo dos veces la tomé entre mis manos y se la lancé con toda mi fuerza sobre el rostro, usaba unas finas gafas montadas al aire que cayeron al suelo, oportunidad que aproveché y salí corriendo escaleras abajo a pesar de mis altos tacones. Desde la acera opuesta lo ví asomado a una ventana y me hacía señas: -Me la vas a pagar. –Le grité de nuevo -¡Ven cógeme aquí! –respondí.
Por supuesto, el lunes cuando me presenté puntual al trabajo estaba despedida, no me sentí derrotada, al contrario, satisfecha, había defendido mi integridad como mujer decente. ¿Cómo me iba a presentar delante de mis padres deshonrada? Si era preciso lo haría con uñas y dientes, pero jamás me convertiría por miedo o algún tipo de ambición en la amante de un hombre rico. No le dije nada a mi familia, temía la reacción de mi padre, al fin y al cabo tenía las de perder, él era rico y nosotros pobres.
Por primera vez experimente la desigualdad de clases. La situación económica de mi familia estaba atravesando uno de sus peores momentos, mi padre siempre se había dedicado al giro de comercio, pero últimamente todo le había ido mal y estaba prácticamente en la ruina. Cosía y bordaba, todo lo que pudiese para socorrer la situación imperante en mi hogar.
Un día vi en anuncios clasificados de un periódico local una oferta de empleo, decía que era un trabajo fácil y lucrativo, que se necesitaban jóvenes de buena presencia. Mi madre me acompañó a la entrevista, era en el sótano del edificio que ocupaba uno de los mejores teatros de la ciudad. El Teatro Aguilera. Se llamaba Subway, todo a media luz. El trabajo consistía en usar unas faldas plisadas muy cortas y de llamativos colores, muy maquilladas, de la cintura colgaba una especie de caja donde se ofrecía a los clientes variedad de artículos. Enfatizaban que había que ser “Atentas y solícitas” con los parroquianos. Por supuesto, no lo acepté, para mi concepto aquello era la antesala de la prostitución. Ya en el año 1955 leo otra solicitud de trabajo, este era en un diario llamado Prensa Universal y consistía en hacer nuevos suscriptores y también mediante una lista que se ofrecía tratar de recuperar los que se habían dado de baja. Otra alternativa era que se había programado un sorteo que debía coincidir con el de la Lotería Nacional, que se celebraba una vez a la semana, si el número asignado a cada suscripción era igual, se podía ganar una hermosa y moderna casa, otros regalos como automóviles. Ganaría por cada suscripción 0.50 centavos. Acepté el trabajo, con mucho entusiasmo me día a la tarea de recuperar y hacer nuevos socios, caminaba media ciudad y a veces sin éxito. Algunas personas me hacían ir varias veces, para después decirme que no les interesaba. Otras eran amables y al verme agotada y sofocada de tanto caminar me ofrecían asientos y hasta me hacían un brindis de café o algún refresco.
Así en mis andanzas conocí al joven Omar Girón, muy amable y respetuoso, su madre era una de mis clientes, él alumno del Instituto de Segunda Enseñanza y muy consagrado a estudiar la obra de nuestro Apóstol José Martí. Sosteníamos en cada visita largas charlas sobre la situación que atravesaba nuestro país con la dictadura implantada por Fulgencio Batista, quien había tomado el poder de la nación mediante un golpe de estado perpetuado el 10 de marzo de 1952. Con el transcurso de esas charlas, supe que pertenecía junto a Frank País a una célula del Movimiento 26 de Julio, con otros líderes estudiantiles que luchaban para derrotar la dictadura que había violado la Constitución del 40. Me incorporé al movimiento 26 de Julio.
En el transcurso de un año mi trabajo como Agente de Prensa fue disminuyendo, cada día cobraba menos, no lo dejaba, ya que con lo poco que recibía sufragaba algunos gastos de la pobre economía familiar y hasta compraba juguetes a mis hermanos menores el Día de Reyes. Más tarde el periódico se declaró en quiebra, perdí mi trabajo.
Continué militando en el movimiento, un día supe con honda tristeza que mi compañero de lucha lo habían asesinado. Este hecho me enardeció y ya estaba dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de derrotar la sangrienta dictadura, no exenta de muchos peligros. Visitaba los creados campamentos rebeldes en la Sierra Maestra y fungía como mensajera con el objetivo de llevar y traer correspondencia a los alzados y a sus familiares en la ciudad. Un día fui sorprendida y detenida, me vi en los tenebrosos calabozos de la policía, solo mi agilidad mental me hizo salir airosa del percance.
Finalmente el 1 de enero de 1959 el tirano Fulgencio Batista huyó. Me encontraba en el Campamento Rebelde “La Redondita” en las cercanías de la ciudad de Santiago de Cuba, perteneciente a la Columna 9, dirigida por el Comandante Hubert Matos Benítez, cuando se recibió la noticia que el tirano Batista y muchos de sus secuaces habían huido. Recuerdo que ha sido la emoción más grande de mi vida, nada la ha podido superar.
Los primeros días del triunfo de la revolución todo era alegría, nos encontrábamos con amigos y compañeros que se habían alzados y volvían victoriosos, aunque muchos de nuestros vecinos, amigos y hasta compañeros de escuela habían perecido en la guerra, en combates o asesinados. Formarían las largas listas de mártires de la revolución.
Los pocos días fui nombrada Secretaria General del grupo Mariana Grajales con el fin de recabar fondos, para los damnificados de la guerra. Sucedió un día que una turba se presentó en mi casa solicitando mi apoyo y compañía para ir con unos burdos cartones mal escritos pidiendo la cabeza del oficial de la derrocada dictadura Jesús Sosa Blanco, catalogado como criminal de guerra y en esos momentos se encontraba siendo enjuiciado por los Tribunales Revolucionarios. Me negué rotundamente, manifestando que mis principios y educación no me permitían asistir a esos actos. Que lo juzgara la justicia revolucionaria y que en ese momento hacía mi formal renuncia al cargo que se me había encomendado.
Unos años antes con el esfuerzo de toda la familia habíamos puesto una panadería, a partir de ese momento se nos catalogó como desafectos y comenzó también el hostigamiento y la represión, los insultos y amenazas. Se instauró la censura de prensa, radial y escrita, se intervino o nacionalizaron todas las propiedades de ciudadanos, incluyendo a toda mi familia. También comenzó la escasez de alimentos y otros artículos necesarios para la vida decorosa a la que estábamos acostumbrados.
Con estos cambios también surgieron” Las organizaciones de masas”, era prácticamente obligatorio “Estar Integrado” en esas organizaciones y pagar un por ciento de nuestro salario en concepto de socio. Sin este requisito no era posible lograr un empleo o estudiar una carrera.
Con la expropiación de nuestro comercio pasamos a ser trabajadores, con el único empleador: -El Estado, en las peores condiciones posibles, sufrí maltratos físicos y psicológicos, trabajaba frente a un mostrador vendiendo pan desde 5:00 horas a 11.00 y de 14:00 a 18:00. Después iba a mi centro de estudios de 20:00 a 23:00. Tenía la necesidad de superarme con la esperanzas de poder aspirar a un trabajo mejor. Un día un dirigente de la recién creada Empresa Consolidada de la Harina, me vio en tan pésimo ambiente y condiciones y al indagar por mi nivel de escolaridad y saber que estudiaba economía, me traslado a otra panadería con mejores condiciones como oficinista, sentada en un escritorio y con un teléfono al lado. Un tiempo después fui solicitada para el departamento económico de la empresa.
Por mi carácter rebelde y justiciero y la confianza ganada entre los trabajadores fui nombrada más de una vez Secretaria General de la Sección Sindical, Activista de Historia, Corresponsal de Prensa y hasta Presidenta de un consejo de trabajo. Estos cargos me traían grandes problemas con los dirigentes, que querían violar las leyes y estatutos creados por el propio estado y que pretendían desconocer, ya que yo se las hacía cumplir basándome en ellas. Por este motivo y no deseando buscarme tanto problemas me trasladaba de trabajo con frecuencia, en lo que no tenía ningún impedimento por mi dominio de todas las ramas de la economía.
Con desaliento y tristeza vimos como Fidel Castro declaraba a Cuba Primer país socialista de América. Se había implantado la persecución religiosa, en la que se despedían de sus trabajos y estudios a los que la profesasen su FE. Muchos trataban de escapar del país por cualquier vía posible, en precarias embarcaciones, de atravesar el estrecho de La Florida o cruzar la franja que separa la Base Naval de Guantánamo por tierra minada o a nado. Muchos han desaparecidos ahogados, comidos por los tiburones o víctimas de las explosiones de las minas, pocos lo han logrado, otros cumpliendo misiones la han abandonado, deportistas, artistas y hasta altos funcionarios del Estado, concertando matrimonios con extranjeros y cualquier otra vía posible.
Hubo deserciones, desembarcos y otras acciones por parte de cubano fuera de la isla, para tratar de derrocar la nueva y feroz dictadura. En 1968 se crean las llamada Unidades de Ayuda a la Producción, más conocida por la sigla UMAP, lo que fue una verdadera cacería de brujas contra vagos, homosexuales y religiosos, los que se hacía trabajar hasta de noche a la luz de focos de tractores. Eran Campos de concentración al estilo nazi. Con la caída del campo socialista, Se implanta en Cuba el mal llamado Período Especial en 1992, lo que conlleva a empeorar la situación por la falta de alimentos y otros artículos de primera necesidad, comienza en gran parte de la población a padecer enfermedades como la Neuritis óptica y periférica, que dejaba ciegos y postrados.
La situación tanto económica como social continuaba empeorando en todos los sentidos. El 5 de agosto de 1994 se produce lo que se llamó El Maleconazo o La crisis de los balseros, en protestas por las malas condiciones de vida a lo que se veían sometidos y deseando abandonar el país. Más de 36 mil cubanos fueron alojados en la Base Naval de Caimanera, en las inmediaciones de la ciudad de Guantánamo y posteriormente trasladados a los Estados Unidos y otros países que se ofrecieron darle asilo.
En 1995 se crean nuevos movimientos opositores. El Dr. Dessi Mendoza Rivero funda el Movimiento Pro-Derechos Humanos en Santiago de Cuba. Había estado en la Base Naval de Guantánamo y regresó voluntariamente al seno de su familia, por mediación de Helaine Ibarra, una reconocida opositora que me visitaba y había leído mis trabajos literarios, me presenta al Dr. Mendoza, me ofrece ingresar en su movimiento, ya era reconocida como desafecta a la revolución, en 1989 con el fusilamiento del General y Héroe de la República de Cuba Arnaldo Ochoa y tres compañeros más que fueron fusilados con la sentencia de un juicio amañado, por lo que no estuve de acuerdo y como no tenía otro modo de expresarme confeccioné miles de octavillas y las regué por varias provincias. Alguien me delató y en 1991 después de regresar de un viaje a Estados Unidos y entrevistarme con el Comandante Hubert Matos Benitez, fui detenida por dos oficiales de la Seguridad del Estado, se me recriminaba lo hecho y se me amenazaba que de continuar en esas actividades subversivas sería llevada a juicio y condenada. No obstante se me dio seguimiento, o sea era vigilada de forma sistemática.
Acepté la invitación del Dr. Mendoza y con mucho entusiasmo me incorporé a la misma.
Con mucho entusiasmo comencé a escribir crónicas, artículos para la Revista Carta de Cuba radicada en Puerto Rico.
En la sede del movimiento se celebraban charlas y conferencias con muchos opositores pacíficos, sobre todo dábamos a conocer la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la que la Seguridad del Estado consideraba como un documento sedicioso a pesar de Cuba ser signataria. Se creó la primera Agencia de Prensa Independiente con la sigla APLO (Agencia de Prensa Libre Oriental. Nuestras actividades pacíficas no estaban exentas de problemas, a menudo la Seguridad del Estado nos citaba, amenazaba y hostigaba.
En 1997 ocurre en la ciudad de Santiago de Cuba la epidemia de dengue hemorrágico, teníamos conocimiento de numerosos infectados y fallecidos. Las autoridades políticas y sanitarias no le informaban a la población de la magnitud de la enfermedad, por lo decidimos el Dr. Mendoza y yo darlo a conocer por la prensa escrita y radial del sur de la Florida, específicamente a la Voz de la Fundación Cubana Americana y a Radio Marti con un listado con los nombres de los fallecidos con todos los detalles como nombres, edad, dirección y lugar del deceso.
Por este motivo el Dr. Mendoza es detenido y conducido a las celdas tapiadas de la sede de la Seguridad del Estado en Alturas de Versalles. Continúo ocupando su lugar y dando a conocer nuevas noticias. También soy citada y amenazada.
El 27 de junio de ese año me convocan a una reunión la Asociación de Combatientes de la Revolución con un brutal acto de repudio, acompañados de militantes del P.C.C. y otros factores políticos para que entregara las condecoraciones que años antes y por instancia de mis compañeros de lucha me había otorgado el Consejo de Estado y de Ministros de la República de Cuba por mi activa participación en la lucha clandestina.
Me negué rotundamente, aludiendo que las medallas recibidas fueron ganadas a sangre y fuego.
Con la ayuda del periodista independiente Ricardo González Alfonso de la agencia capitalina CubaPress continué transmitiendo desde teléfonos públicos, ya que los que disponíamos estaban cortados, todo lo que seguía aconteciendo en la ciudad, el juicio al Dr. Mendoza y la condena a 8 años de prisión en la Cárcel Provincial de Boniato por el supuesto delito de Divulgación de noticias falsas y los nuevos brotes de la enfermedad con los consiguientes fallecimientos.
Los combatientes no cejaban en su empeño para despojarme de las medallas, nuevas citaciones, amenazas, hasta elevarlo al propio Consejo de Estado y de Ministros. Unos
Portadores de la misiva se presentaron en mi hogar con la intensión de que se las entregara. No lograron con sus intimidaciones sus propósitos hasta el día de hoy.
Ya la epidemia estaba tan extendida, que la propia prensa escrita y radial tuvo que reconocer la magnitud de la terrible enfermedad y darla a conocer con todo sus detalles la población. Por lo que elaboramos un alegato de 16 páginas demostrando que no era cierto que el Dr. Mendoza divulgara noticias falsas. Entre su esposa y yo nos dirigimos a la ciudad de La Habana y nos encargamos de repartirlas a todas las agencias de prensa extranjera radicadas la capital, a todos los movimientos de Derechos Humanos, a la Fiscalía General de la República, al Tribunal Supremo, al Parlamento Cubano y hasta el propio Consejo de Estado donde estaba Fidel Castro Ruz. Además las propias agencias de prensa se encargaron de divulgarlo el mundo entero.
Hasta el Papa Juan Pablo II tuvo conocimiento de este hecho. Un mes y días después el Dr. Mendoza era liberado, partiendo con su familia al exilio a España.
Me incorporé a la Agencia de Prensa CubaPress por un tiempo, me era muy difícil la comunicación telefónica con La Habana y poder continuar trasmitiendo noticias.
Nacieron otra agencias, por las amenazas y otros motivos desaparecían, formo parte del Instituto Independiente de Cultura y Democracia, dirigida por José Gabriel Ramón Castillo, participo en los concursos literarios que se convocaban, a la vez me incorporo al Movimiento Cristiano Liberación, liderado por el fallecido Oswaldo Payá Sardiñas, integro parte del Proyecto Varela en la recogida de firmas, del Proyecto Pro-Cambio del Ingeniero Juan Pablo Polanco, pertenezco al Consejo Unitario de Trabajadores de Cuba, dirigido por Maybell Padilla, a la Organización Independiente Femenina Elena Mederos, de la cual fui presidenta. En 2002 fundo en mi casa la Biblioteca Independiente “Centenario de la República” más tarde soy nombrada Coordinadora Provincial de todas las bibliotecas independientes de Santiago de Cuba.
Creo mi propia agencia de prensa con 5 periodistas, la nombro: La voz de Oriente las que trasmito noticias, reportajes, crónicas y Estampas Santiagueras para Radio Martí y las revistas Cubanet y Nueva Prensa Cubana, todas radicadas en La Florida. A la vez soy la vocera del Movimiento “Jóvenes por la democracia” participando en todo tipo de actos, conferencias junto a los aguerridos jóvenes que la componían.
Con estas y otras actividades me había convertido en una opositora al régimen de primera línea, viajaba mucho a otros pueblos y ciudades, impartiendo conferencias de grandes pensadores, dando a conocer la Declaración Universal de Derechos Humanos, iba con frecuencia a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, donde poseía un pase abierto para asistir a la Sección de Prensa y Cultura, donde se impartían conferencias a los Periodistas Independientes, se nos obsequiaba con libros y materiales de oficina.. También era invitada a la Embajada de España, Holanda, Francia, Alemania y hasta la Unión Europea por su Secretaria Cristina Martínez. Había hecho contacto con los más conocidos dirigentes de la oposición en el país.
A todo esto la Seguridad del Estado trataba por todos los medios de hacerme desistir de mis actividades, otras me citaban altos oficiales para ofrecerme a colaborar con ellos, tanto que escribí mi testamento político y lo hice circular por todos los medios a mi alcance y hasta darles una copia, donde manifestaba que antes de traicionar mis principios y a los que en mi habían depositado su confianza, me inmolaba envuelta en una bandera cubana, pero jamás sería un instrumento de ellos, como la hacían con algunos pusilánimes, que por miedo o tratar de que se le facilitara la salida del país se plegaban a sus morbosos deseos.
En el mes de mayo de 2006 en un acto solemne soy proclamada por los principales grupos opositores como Madre de la oposición santiaguera, en reconocimiento a mi labor a favor de los presos políticos, marginados y perseguidos.
Para celebrar el 50 Aniversario del Asalto 30 de Noviembre, muy cerca de mi residencia, denuncio lo siguiente, que sale publicado en la Revista Nueva Prensa Cubana de fecha enero de 2006 titulado: . Confusión de sentimientos y que decía lo siguiente: - El Capitán de la Seguridad del Estado Giovanni Durán advirtió a la periodista que de seguir ejerciendo el periodismo independiente, sería trasladada junto con su hermano a “Una casa de descanso” Este término alude a ingresarlos en el Hospital Psiquiátrico “San Luis de Jagua” de Songo-La Maya y que entraña la aplicación de viejos métodos bolcheviques de represión a opositores pacíficos y periodista independientes.
Ya para entonces se trataba de impedir mis viajes fuera de la ciudad, me bajaban del avión, me cancelaban los boletos. Con mucha astucia me trasladaba a pueblos cercanos y desde allí salía. También se había hecho circular una carta a las estaciones aéreas, ferrocarriles y autobuses con mi nombre para que no se me permitiera abordarlos.
Con la enfermedad del gobernante Fidel Castro Ruz, delega todos sus poderes a su hermano Raúl Castro Ruz, también se recrudece la persecución, amenazas y atentados, soy víctima de 6 de ellos, con peligro inminente para mi vida, se arroja bacterias en el agua potable de mi casa, se trata de quemarme lanzándome una botella con material inflamable encima, autos que suben encima de la acera con el propósito de atropellarme, otros en marcha atrás para cogerme desprevenida, piedras y botellas desde balcones, bicicletas a toda velocidad con el fin de derribarme. De todos Dios me libró milagrosamente.
En los primeros días de enero de 2007 viajo a La Habana a una conferencia en la Oficina de Intereses de Estados Unidos y además visito las Embajadas de España, Holanda y a la Unión Europea, donde me obsequian un D.V.D., medicamentos, libros de cuentos para niños y algunos folletos y adornos para frigoríficos. Coincide con el fallecimiento del opositor y preso político Miguel Valdés Tamayo el 11 del propio mes. Soy comisionada por el Grupo Los Plantados dirigidos por Ángel de Fana a cubrir el sepelio, donde hago el reportaje y tiro infinidad de fotos dentro de la funeraria y el Cementerio de Colón, las envió a Los Plantados, a Nueva Prensa Cubana y a Radio Martí.
El día 18 deseo regresar a Santiago de Cuba en tren, me percato que ya iba detenida, me cambian de coche tres veces, siempre con un par de militares a ambos lados. A llegar a la terminal de Santiago de Cuba soy detenida por tres carros de patrulla y conducida primero a Seguridad Ferroviaria, donde con despotismo se me acusa de haberme robado el D.V.D. Posteriormente soy llevada a la 1ra. Estación de la Policía, allí se presentan los Oficiales de la Seguridad del Estado Geovannis Durán y el Jefe de Enfrentamientos Omar Calvo, los que con las peores ofensas y amenazas me despojan de todas mis pertenencias y pretenden tomarme fotos con el fin de publicarlas en la prensa oficialista, me burlo de ellos y les grito frente a la cámara de vídeo:- ¡Abajo el comunismo! ¡Vivan los derechos humanos!
Este interrogatorio duró 10 horas, al ver que no podían doblegarme, me liberan con la promesa de ser citada para instruirme de cargos y pedir 8 años de privación de libertad.
En protesta me declaro en huelga de hambre, en reclamo a todo lo que se me había despojado, lo que por poco me cuesta la vida, no obstante soy citada por el Capitán Durán, me presento sola, muy débil y con un ataque de asma bronquial severo, me encierra en una habitación y quita el aire acondicionado, me comunica que sería instruida de cargos. Mi dolencia empeora, pido se me deje asistir al centro de salud más cercano, me lo niega, hasta que pierdo el conocimiento. Pasan varias horas y al ver que no reaccionaba y tal vez por temor que falleciera en una de sus dependencias, llama al Jefe de Enfrentamiento de la Seguridad del Estado y me trasladan al Hospital Militar Joaquín Castillo Duany. Allí le gritan a los médicos de guardia que no me atendieran, que estaba fingiendo, que era una artista de Hollywood y la más grande de las contrarrevolucionarias. Al ver mi estado una enfermera sin autorización me aplicó una careta de oxígeno, me sentó en la sala de urgencias donde había unos 8 médicos conversando sin que ninguno me atendiera, más tarde y medio desvanecida me mandan salir a la calle, logro tomar un taxi y dirigirme a mi casa a media tarde, nadie sabía donde me encontraba, al verme en tan mal estado me llevan rápidamente a otro centro de salud en la que soy atendida en urgencias hasta el día siguiente.
Comprendo que el peligro era inminente, por lo que tomo la decisión de viajar a España, de donde era ciudadana. Con muchos sobresaltos y con temor a que se me impidiera marchar, logro salir de la ciudad con una identificación ajena, de madrugada y en Lista de Espera. El 26 de octubre de 2007 llegó a Madrid. Dios me había concedido una compañía idónea, que me ayudó y acompañó en esta aventura con 74 años de edad. Con él y la ayuda solidaria de muchas personas, ya que no recibí ninguna de organizaciones políticas, pude sobrevivir los primeros tiempos, trabajar limpiando escaleras, cuidando niños y personas mayores hasta que la Comunidad de Madrid me concedió una renta mínima. Desde 2008 creo mi propio bloc, donde tengo unos 500 trabajos en los géneros de poesía, cuentos, narrativa, relatos y estampas santiagueras. He participado en actividades políticas como marchas, comparecencia en el Programa 59 segundos de la Televisión Nacional en un debate sobre Cuba, y otros en que he sido invitada.
Con 82 años sigo luchando por la igualdad de la mujer a cualquier edad, el derecho a no ser discriminada por estar embarazada, ser madre o que se le pague menor salario por igual trabajo de los hombres. Abogo por liberar a la mujer del yugo machista que les permite maltratarlas y humillarlas sin ningún derecho a defenderse.
Aspiro a lograrlo, ya que en la era actual muchas mujeres ocupan cargos idóneos a los hombres como ingenieras, médicas, científicas, artistas y hasta estadistas.
La historia de mi vida de luchas y desafíos es tan larga, que lamentablemente no cabe en un relato.
10
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario