A veces siento
envidia de los estúpidos, porque ellos no tienen poder de analizar, ni le dan
importancia al futuro ni lo que tienen a su alrededor, apenas saben lo que es
el verdadero sufrimiento. Viven por vivir y poco les importa qué dirán, la
gente los mira a veces con desprecio,
otras con compasión, a ellos lo mismo les
da.
No son esclavos de la
moda, como la mayoría suele ser, Algunos son el hazmerreír de indolentes y
faltos de humanidad. ¿Qué se le exige a
un ser así? – Nada que por su poca capacidad pueda realizar.
Viven un presente escaso y un futuro incierto dependientes
de los demás a quienes la vida les ha
dado alguien por qué luchar y cuidar, sin ninguna esperanza. Ni ellos ni los
restantes esperan nada, no tienen sueños a realizar y cada día es como lo fue ayer y será mañana.
Reflexiono:- Doy gracias
a Dios por no ser así, ni tener ningún ser querido en esa situación, ni
los envidio ni los desprecio, solo me inspiran un sentimiento de amor y
protección.
Santiago de Cuba, 9 de marzo de 2007
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