24 mayo 2014

ANÁLISIS

A  veces siento envidia de los estúpidos, porque ellos no tienen poder de analizar, ni le dan importancia al futuro ni lo que tienen a su alrededor, apenas saben lo que es el verdadero sufrimiento. Viven por vivir y poco les importa qué dirán, la gente los mira a veces  con desprecio, otras con compasión, a ellos lo mismo les  da.

No son  esclavos de la moda, como la mayoría suele ser, Algunos son el hazmerreír de indolentes y faltos de  humanidad. ¿Qué se le exige a un ser así? – Nada que por su poca capacidad pueda realizar.

Viven un presente escaso y un futuro incierto dependientes de los demás a quienes  la vida les ha dado alguien por qué luchar y cuidar, sin ninguna esperanza. Ni ellos ni los restantes esperan nada, no tienen sueños a realizar y cada día es como  lo fue ayer y será mañana.

Reflexiono:- Doy gracias  a Dios por no ser así, ni tener ningún ser querido en esa situación, ni los envidio ni los desprecio, solo me inspiran un sentimiento de amor y protección.

Santiago de Cuba, 9 de marzo de 2007

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