¿Qué merezco para que me des tanto?
¿Cómo no agradarte mi Dios que me proveas
Cada día sustento, amor, salud, valor y fe?
¿Quién soy yo para que
me ames así?
¿Cómo comprender que me
hayas dado
Sabiduría para entender
a los demás, ayudarlos
Y guiarlos en la senda tortuosa de esta vida?
¿Quién me ha dado coraje para desafiar a los
Enemigos si no me sustentara la diestra de tu mano?
¿Si no te conociera, podrías mostrarme tu
Inconmensurable amor?
A ti todo lo debo, por eso te alabo y bendigo con
Todo la fuerza de mi
corazón.
Santiago de Cuba,
2 de junio de 2002
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