Te conocí a través de un hilo telefónico,
me cautivó tu cálida locución.
Ignoraba quien eras y como eras.
Cada mañana escuchaba el timbre de tu
voz, serena, complaciente.
Dirigías un programa musical en una popular
estación radial.
Elegía mis melodías favoritas,
siempre delicadas, siempre románticas,
interpretadas solo por instrumentos, sin
vulgaridades ni estridencias.
A través de esas preferencias descubriste
mi espiritualidad.
Cada día anhelabas escuchar mi voz, me
colmabas de elogios, elevabas mi autoestima.
Me consideraba privilegiada de poder contar
con alguien que me prefería tal vez entre docenas
de admiradoras.
Continué el juego, era para mí algo un nuevo,
fuera de lo común.
Con el transcurso de los días, creció la curiosidad,
fue mutua la atracción, la necesidad de un
encuentro personal.
Con la incertidumbre ante lo inédito,
una noche nos conocimos, la impresión fue
recíproca.
Ignoro lo que sentiste, si creíste haber alcanzado
lo que tanto aspirabas.
Para mí, como uno más, intranscendente,
ni más ni menos.
Llenabas transitoriamente un vacío.
Lo siento !!!!!!!!!!!!!
Tal vez para ti no fuera igual, las propias
ideas, los mismos proyectos.
Ante ti un oasis que apagaba la sed.
Perdóname!!!!!!!!!!!!!!
No fue esa mi intención.
Te busqué como la hembra en celo que
encuentra al macho que sacie sus deseos.
Discúlpame!!!!!!!!!!!!!!!
Si te utilicé como un muñeco que se tira con
desden una vez que de tanto manosearlo,
importuna, aburre y ya no es objeto de su agrado.
Dispénsame!!!!!!!!!!!!!!!
Pretendiste atraparme para siempre, que fuera
la compañera de tu vida, tal vez la madre
de tus hijos.
Con orgullo me tomabas del brazo y exhibías
ante tus amigos y conocidos.
Era para ti como un trofeo largamente soñado
y al fin alcanzado.
¡Qué pena que yo no sentía lo mismo!
Excúsame!!!!!!!!!!!!!!
La exaltación de los primeros encuentros,
con la monotonía se convirtió en una
hoguera extinguida, no me
conmovían tus razonamientos, promesas,
ni lamentos.
Te esquivaba, ni las melodías más sentidas me
inmutaban, dejé de escucharlas, con un solo
propósito: - Olvidarte, excluirte de mi existencia,
borrarte para siempre, ya que nunca te amé, que
solo fuiste para mí un estímulo pasajero que
desaparece sin dejar huellas.
Se que en ti hubo rencor, resentimientos que
no haz logrado superar, te parecía imposible esa
dura realidad.
¿Fui cruel? ¿Veleidosa? - Tal vez escondí el corazón
y solo entregué la pasión que pugnaba en mis
sentidos.
Me propuse no amarte y lo conseguí.
en el teatro de mi vida bajé el telón, la obra sin
éxito se terminó, para nunca volver a escena.
en otro que me haga lo mismo, pagaré mi maldad.
Lamentablemente es así y no puedo llorar.
Lo siento, perdóname, discúlpame, excúsame, dispénsame,
Es preferible la dura verdad a una farsa sostenida
por piedad.
Recuerdos de la década de los años 70
24 abril 2011
SIN DERECHO ALGUNO (Poema)
No tengo derecho a amarte, pero no lo
puedo evitar.
Aunque lo disimule, te llevo clavado como
una profunda espina que no logro sacar.
¿Qué hago en este mundo desconocido y
a veces hostil?
¿Qué corriente me arrastró y sacó de mi
apacible orilla?
Una fuerza descomunal me hizo romper con
antiquísimos principios. Quise huir de la negra
mancha sobre mi blanca reputación, atrás dejé
mis recuerdos, mis más caros sueños, los que
más me amaban.
He vivido como pendiendo de una fina cuerda
con el temor creciente de tenerte, de perderte
a cada instante, de verte muy cerca y lejano a
la vez.
La tibieza de tu cuerpo no ha sido capaz de darme
calor, la indiferencia ha matado mis antiguas ansias.
Sin embargo mi fiel amor a ti me ha mantenido
creyendo que existo, que aún puedo seguir
viviendo con el alma rota y sin esperanzas de
futuro.
Anhelo darte lo poco que queda de mí, solo mis
desvelos y cuidados, para que nunca te arrepientas
de haberme conocido y conserves en la posteridad
el mejor de los recuerdos.
La Fortuna, Leganés
11 de febrerote 2011
puedo evitar.
Aunque lo disimule, te llevo clavado como
una profunda espina que no logro sacar.
¿Qué hago en este mundo desconocido y
a veces hostil?
¿Qué corriente me arrastró y sacó de mi
apacible orilla?
Una fuerza descomunal me hizo romper con
antiquísimos principios. Quise huir de la negra
mancha sobre mi blanca reputación, atrás dejé
mis recuerdos, mis más caros sueños, los que
más me amaban.
He vivido como pendiendo de una fina cuerda
con el temor creciente de tenerte, de perderte
a cada instante, de verte muy cerca y lejano a
la vez.
La tibieza de tu cuerpo no ha sido capaz de darme
calor, la indiferencia ha matado mis antiguas ansias.
Sin embargo mi fiel amor a ti me ha mantenido
creyendo que existo, que aún puedo seguir
viviendo con el alma rota y sin esperanzas de
futuro.
Anhelo darte lo poco que queda de mí, solo mis
desvelos y cuidados, para que nunca te arrepientas
de haberme conocido y conserves en la posteridad
el mejor de los recuerdos.
La Fortuna, Leganés
11 de febrerote 2011
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