22 mayo 2010

MI ULTIMO ADIOS

Cuando ya no exista, quedaran mis

Más sentidos poemas, para recordar,

Cuánto pude amar.

Como un niño harapiento soñé con

Un costoso juguete, que solo alcancé a

Mirar a través de un grueso cristal.

Si tuve gotitas de felicidad, mi vida ha

Sido árida y colmada de soledad.

Si he tratado de regarla con mucho amor,

Se ha esfumado delante de mis ojos.

Por no ser amante de lo burdo, la sensibilidad

Y lo espiritual me ha dominado.

En mi existencia el amor fingido o el interés

Material no han tenido espacio.

He querido ser diáfana como la luz del sol,

Aunque la oscuridad haya ensombrecido mi

Andar.

¿Cómo recordarme en la eternidad?

A través de mis obras, con una oración, una flor,

Para admirar su belleza y fulgor.



Madrid,
Mayo 7 de 2010

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