Estampa santiaguera
Sala de espera de el Policlínico de Especialidades, Hospital Provincial Saturnino Lora de
Santiago de Cuba. 2do. Piso. En el
amplio salón existen unas 10 filas de asientos frente a un escritorio donde una enfermera chequea
infinidad de Historias Clínicas, según la especialidad a atender
los distintos facultativos, los que por el orden llama por sus nombres , Unos miran su reloj impaciente y comenta: - Me citaron para la 1.00 de la tarde y…¡Mira la hora que es! Algunos comentan de diversos asuntos, otros se abanican con lo que tengan
a mano, la sala no tiene aire acondicionado ni ventiladores. ¡Qué calor concho!
Otros dormitan o conversan entre sí. Es
algo habitual entre cubanos.
Una y otra vez la enfermera
expediente en mano llama a los
pacientes, los que se apresuran a
llegar a la puerta asignada
a la consulta del Dr. X. Instintivamente muchos se paran y le
hacer un cerco para poder escuchar mejor. Ella les exhorta una vez más a permanecer en sus
asientos y esperar a ser nombrados ,que
no pueden estar de pie en el pasillo Y… ¡Por favor siéntense, que no me
dejan trabajar todos encima de mí ¡ Toma
el grupo de historias y se
dirige al médico asignado que
supuestamente los llamará por su nombre.
El murmullo se disipa y casi todos vuelven a sus asientos,
algunos tozudos permanecen de pie cerca de la
consulta. _! Mira pá eso! Ese
llegó ahora mismo y ya consultó!
¡Señores el “socialismo” nunca se acaba en este país! -¿Eh? ¿Tú no
eres Susanita la que vivía en San
Pedrito?_ La otra responde algo cortada y observando a su
alrededor: _Yo misma soy. Luce bien vestida, calzada, maquillada y con un suave
olor a perfume y con aires de superioridad. _Dice a la otra:_ ¿Tú no te acuerdas de mí? Soy Ivonne, la hija del chino bodeguero Antonio
y de Sofía la mora, tú y yo
íbamos a la misma escuela del barrio, tu papá… No la deja
expresarse y la interrumpe, a ella le pasa por la mente el pasado del padre, malversó miles de pesos
en la empresa donde trabajaba y fue condenado a
muchos años de prisión. Más cortada aún_ Es que hace tanto tiempo que no nos
veíamos… ¿Cómo andas? Tu papá y tu mamá ¿No tenías
tres hijos?_ Sí, es que no nos vemos desde que tu marido fabricó una
casa y se fueron del
barrio. _¡Verdad! _ Responde la
aludida. ¡Qué tiempos aquellos!
- Ivonne no también vestida y
menos calzada trata de esconder los pies debajo del asiento, sus sandalias no pueden competir con la
modernas plataformas que calza Susanita, pero de todos modos Ivonne
es muy conversadora y trata de indagar todo lo posible en la vida de su antigua vecina y
entabla una amena charla. _¿Mis hijos? Si los vez no lo conoces, Luis Miguel ya tiene 20 años, Ana Gabriel 18 y la más pequeña ya va
a cumplir los 15. La otra la interrumpe
de nuevo:_ ¡Espérate un momento ¡ _
¿Quiénes son esos? ¿No se llamaban Vladimir, Saskia Y Natacha?_ ¡Sí,
son mis hijos! _Muy bien, si hasta
jugaban con los míos en el parque.
Ivonne titubea_ espérate, te
contaré…Resulta que estos muchachos
después de grandes no quieren
tener nombres rusos, Luis Miguel como no cogió carrera, ni una técnica, lo
agarró el Servicio Militar y allí formaron un combo, ahora canta y toca
guitarra, Ana Gabriel
dejó la carrera al mes, no le gustan las matemáticas y eso fue lo que le
dieron, ya tú sabes… pocos puntos y sin ninguna palanca . Ella
lo que le gustaba era la
medicina, pero pocos pueden alcanzarla si no tiene un ”Padrino”
que la apoye, hizo un curso de
peluquera y ahora también está en al combo, toca las maracas y baila,
eso le fascina. Para el baile no tiene
precio. ¡Les va de lo mejor!
_ ¡Qué cosa tan grande! ¿Cómo han hecho para cambiarse los
nombres? Pregunta intrigada Susanita. –
Nada mi amiga, en el Carnet de Identidad
continúan con sus nombres, estos son los
artísticos, pues eso cuesta un dineral
¡Qué papeleo! Hasta contratar a un abogado, todo eso será más adelante. ¡Ya tú
sabes, son cosas de los muchachos de
estos tiempos! Luis Miguel salió perfilado como su abuelo
gallego Serafín, pero la pobre Ana Gabriel que quiso nombrarse como la
protagonista de la última novela colombiana Gaviota, pero con los ojos chinos,
la pasa en la cabeza y la ñata de su nariz,
la gente se reía de ella en su cara, ahora como Ana Gabriel le va
mejor, ella es como su abuela paterna Ambrosina, que era negra como un totí, de nada le valió su abuelo chino y ni mamá
hija de mora, echó pa’ tras. Natacha hasta ahora no tiene muchos
problemas con el
nombre, siempre le hemos dicho
Nati y se
pondrá Nathalie, que es el que le agrada. Hace una pausa. La otra toma la
palabra: ¿Y tu marido? _¡Tú no sabes
nada! Ese descarado se fue en el 94 con los balseros para la Base Naval de Guantánamo en Caimanera, yo no me pude ir por los muchachos chiquitos a una
aventura como esa y me quedé, vino una de esas órdenes que no
se podía viajar con niños pequeños y me embromé y tuve que quedarme en la playa
con los tres. Interpela la otra:
_Te ayudará y mandará algo de la Yuma ¿No?
_ Le habla muy bajo cerca del oído _ ¡Ay mi amiga! Beby era tan contrarrevolucionario,
que no se cómo no lo cogieron preso de
lo que hablaba por la calle. ¡Menos mal que se pudo ir! ¿Pero crees que me manda algo?
¡Qué va! Dice que con este gobierno él que
no coopera ni manda un
dólar y lo único que han recibido estos muchachos de su padre es alguna que otra foto de lo bien que está en Las
Vegas. Y mucho menos desde que se enteró
que me había echado otro marido. ¿Qué quería que hiciera con tres hijos y desamparada? _ ¿Te acuerdas de
Jaba’o el carnicero
de la Calzada de Crombet? _ La otra
hace un gesto positivo. –Bueno imagínate, me vi sola, él siempre estuvo
enamorado de mí desde que
era una jovencita, me lleva como
25 años, pero… me ha ayudado a criar a
mis hijos y… ¡Como resuelve cosas!
¡Carnicero! Tiene sus contactos
en la bodega, el mercadito y
hasta en las shopping, gracias a él no me
ha faltado nunca aunque sea
la comida. Gracias
también a que los muchachos me han
salido buenos, trabajan por
las noches en un hotel para turistas extranjeros y
siempre se les pega algo, le dan propinas. Luis Miguel
hasta piensa viajar al extranjero, una italiana un poco mayor, le hizo
una invitación y está de lo mas embullado ¡Ojala que se le dé. Dice que es fea como un comeme , pero con
fulas…!Que está locamente enamorada
de él,
hasta le va a abrir una cuenta en divisas!
Ana Gabriel también tiene un
Pepe español que es
una maravilla, también un poco
mayor, pero es lo que aparece, le da fulas en cantidad y todo lo que se le
antoje. Interrumpe la otra: _ ¿Todavía vives
en el mismo lugar? -¡Qué va, permutamos para una casita vieja, pero mejor lugar, en el Casco Histórico de la ciudad y con la ayuda de los
muchachos la estamos reformando, quitando tablas y techo de tejas y echando
placa, ¡Poco a poco!
Pensamos en la placa hacer dos apartamentos para
cada uno de los mayores y
Jab’ao, la niña y yo abajo, el pobre ya está viejo
y enfermo, diabético, con
problemas en la circulación, pero no se quiere jubilar ¡Figúrate con lo mala que
está la cosa! ¡Qué comemos, nos morimos de hambre! Susanita menea la cabeza. Otra
pausa. _ ¿Pero cuando coño nos llamar a la consulta?
Toma la palabra de nuevo
Ivonne_ ¿Y tú qué? ¿Sigues
con Roberto?_ Si chica, con sus problemas
de siempre, ¡Mujeriego…! Tomador de ron,
pero por lo demás no me falta nada, no me puedo quejar, está terminando
la licenciatura en Economía
por encuentros, es jefe en un
departamento de la Empresa de la construcción donde siempre ha trabajado, tiene
carro y chofer, pero ahora le ofrecieron
un alto cargo en el Ministerio del Interior. La otra se lleva las manos a la boca ¡Mi madre y yo hablando tanto! _¡No hija, él no se mete con nadie!, Solo con los contrarrevolucionarios y esos que llaman
disidentes.- ¿Pero aquí hay
contrarrevolución? Pregunta con gesto
incrédulo Ivonne - ¡Deja eso, no toques ese punto ¡ _Como te decía, Rebequita estudia Historia del Arte en la Universidad, es lo que le gusta, Robertico termina el año que
viene Ingeniería Mecánica, yo trabajo de cajera en una
shopping. - Ivonne hace un gesto de asombro - ¡Tú si estás bien mi amiga!
De nuevo
comienza a llamar la enfermera: ¡Ivonne
Chang Gendis!
Alguien comenta: -
Nombre francés, apellidos chino y árabe ¡Qué cosas se ven caramba!
Chao, mi amiga, te dejo, me toca mi turno.
Santiago de Cuba
Junio 28 de 2000