¿A dónde iré que no
esté en tu presencia?
Por muy lejos que me
encuentre de mis
Seres más queridos, la tierra que me vio nacer,
Siempre su dulce mirada, la mano en qué
apoyarme confiadamente me
acompaña
Y ampara
perpetuamente.
Con Dios todas las distancias se acortan, cuando
Estamos en oración con
Él.
El Señor es mi
refugio, en cada momento que lo
Llamo en mi angustia, me responde.
Su Espíritu Santo llena cada vacío de mi alma,
Me fortalece en la debilidad, me sana en la
Enfermedad, me consuela
en el dolor,
Se goza en mis
momentos de alegría, está
Presente en todos los actos
de mi vida,
Cuida de mí noche y
día, cuando en mi plegarias
Invoco su Santo Nombre.
Madrid, 28 de septiembre de 2017
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